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Polémica Uber se traslada a la hotelería por servicios que ofrecen Airbnb, Niumba y Booking

Polémica Uber se traslada a la hotelería por servicios que ofrecen Airbnb, Niumba y Booking

En el caso de las dos primeras, el gremio hotelero acusa que ofrecen servicios de alojamiento a turistas sin ningún tipo de regulación. Booking, en tanto, está en la mira del Sernac por ofrecer valores que no son reales, ya que los propios usuarios se enteran cuando llegan a un hotel que deben sumar el impuesto.


El gremio de la hotelería en Chile está en alerta ante la expansión de plataformas web como Airbnb y Niumba, a las que acusan de funcionar en el país sin ninguna de las regulaciones a las que están sujetos los hoteles establecidos, al ofrecer habitaciones y alojamientos de particulares que conforman una gran red de «anfitriones» en todo el mundo, pero sin pagar impuesto alguno ni dr garantía de sus servicios.

Por eso no dudan en calificar a estos sistemas como el “Uber” del sector, a propósito del conflicto que tiene enfrentados a los taxistas tradicionales con los denominados “socios conductores” que ofrecen el servicio de transporte de pasajeros al igual que otros sistemas como Cabify.

Y eso no es todo, ya que se avecina otro conflicto  con Booking, que estaría en la lupa del Servicio Nacional del Consumidor, ya que si bien trabaja con hoteles establecidos, no publica los impuestos en su web.

Esto sorprende a los usuarios cuando llegan al ‘check in’, ya que se ven obligados a pagar una tarifa mayor de la que habían presupuestado. Y si quisieran reclamar tendrían que hacerlo en Holanda, donde están las oficinas de Booking.

La preocupación la manifestaron Colin Turner de Hoteleros de Chile, Mauro Magnani, de Fedetur, y el asesor de ambas entidades Eugenio Yunos en una carta que publicó este miércoles el vespertino La Segunda, en la cual exigen a las autoridades que Airbnb y Niumba se sometan a “las mismas condiciones exigidas a los hoteles” al momento de ofrecer alojamiento en habitaciones en casas y departamentos particulares en miles de ciudades y destinos.

“Se estima que hay cerca de un millón de ofertas de este tipo, cifra que en algunas ciudades como Barcelona ya supera el stock total de habitaciones hoteleras registradas, con las cuales estas plataformas están compitiendo en términos desiguales”, indican.

“Efectivamente, los propietarios de estas viviendas o habitaciones, que están proliferando también en Chile, no cumplen con ninguna de las numerosas normas y regulaciones a que están sujetos los hoteles y otros alojamientos turísticos comerciales, ni en materia de seguridad y sanidad, ni tampoco en lo tributario ni en el registro con la autoridad turística; tampoco esta oferta informal está generando empleo. La competencia con las empresas establecidas es abiertamente desleal y, contrariamente a los taxis, que siempre se han protegido con barreras de ingreso y cuya calidad de servicio en Chile deja mucho que desear, la oferta hotelera chilena es variada, amplia, con tarifas para todos los bolsillos y gustos, y genera un empleo superior a las 150 mil personas, y sigue creciendo”, agregan en la misiva.

Finalmente, recordaron que “conforme a lo acordado en la Primera Conferencia Iberoamericana sobre Hotelería Informal, celebrada en Montevideo la semana pasada, requerimos a las autoridades regularizar a la brevedad la oferta informal, exigiendo a los oferentes de habitaciones privadas que cumplan las mismas condiciones exigidas a los hoteles, hostales, campings y otros tipos de alojamiento turístico: registro, inspección sanitaria y de seguridad, iniciación de actividad y patente comercial, y pago de impuestos. Son miles de empleos los que están en juego, y miles de millones de pesos que el Estado está dejando de percibir debido a esta oferta totalmente desregulada, que pone también en peligro la reputación de los destinos turísticos de Chile, la seguridad de los turistas y la tranquilidad de los residentes habituales de edificios y barrios”.

En Europa la presión ha tenido resultados, ya que en ciudades cono Amsterdam o París, Airbnb adoptó medidas para recaudar y remitir a las autoridades el impuesto de turismo en vez de que tengan que hacerlo los ‘anfitriones’, es decir, los propietarios de las casas y departamentos donde llegan los turistas atraídos por eslogans como “dónde casa donde vayas”, o “nuestra casa es tu casa”. También hacen lo propio en ciudades estadounidenses como Portland, San Francisco, San José, Washington D.C., Chicago, Malibú y Filadelfia.

Y ante la amenaza de ser objeto de una lluvia de demandas, sigue cerrando acuerdos en ese sentido, como el que comenzará a regir en mayo próximo en Lisboa, donde podrá continuar sus operaciones, pero asegurando el pago al ayuntamiento de la capital portuguesa de un euro por noche que se cobra a cada turista por pernoctar en la ciudad, el que comenzó a regir el 1 de enero pasado.

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