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Crowdfunding, el estilo de financiamiento compartido que se opone al Fondart y al mercado Lo usan para producir libros, discos, películas e incluso una revista

Crowdfunding, el estilo de financiamiento compartido que se opone al Fondart y al mercado

Aunque esta práctica ya tiene varias décadas, la idea se presenta como una alternativa de financiamiento a los concursos como el Fondart, generando independencia frente al mercado. Este sistema consiste en recolectar fondos entre los seguidores de artistas, cineastas, escritores y músicos apara financiar proyectos artísticos específicos, cuyo modelo se ha masificado en el último tiempo gracias a Internet.


El crowdfunding, que usualmente consiste en recolectar fondos para eventos como una campaña política o un pequeño negocio, también existe en el arte, donde se usa entre los seguidores de un grupo de música, un cineasta o un escritor para la creación de una obra determinada.

Se trata de un fenómeno que se ha masificado en el último tiempo en el mundo y también en Chile, especialmente gracias a Internet.

La última grabación fonográfica del cuequero Luis Araneda, “El Baucha”, la novela “Apache” de Antonio Gil, películas como «Una historia de in-felicidad», del cineasta Gabriel Hidalgo, e incluso revistas como La Juguera Magazine han recurrido o están en proceso de reunir fondos de esta manera.

Marillion lo hizo

El crowdfunding es una modalidad que ya cuenta con varios años de tradición. El grupo español Extremoduro, por ejemplo financió ya en 1989 su primer disco de esta manera. En 1997, el grupo de rock británico Marillion obtuvo así el dinero para su gira por Estados Unidos. Y siete años después, los productores franceses Guillaume Colboc y Pommmeraud Benjamin juntaron así el dinero para su película “Demain la Veille”.

En Chile, cantantes como Javiera Mena también han acudido a esta modalidad para su disco “Primeras Composiciones. 2000-2003”, al igual que el grupo De Saloon y su sexto álbum, que incluye su sencillo “Domestícame”.

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A fines de marzo pasado, en el encuentro Amplifica 2014, el tema también fue debate obligado de productores, managers, sellos discográficos y otros actores del mundo musical en el evento realizado en Matucana 100 y organizado por el Consejo de la Cultura.

En dicha oportunidad hubo un taller de crowdfunding para proyectos musicales a cargo de Benji Rogers, de la plataforma musical Pledgemusic, donde han realizado con éxito campañas músicos como Slash y Joan Osborne.

La cueca también

baucha

En Chile, una de las plataformas en uso para este tipo de iniciativas es idea.me, donde tuvo éxito un grupo de músicos integrados entre otros por el artista gráfico Francisco Bermejo para reunir los fondos necesarios para grabar en enero el disco “Yo nací pa’ cantar cueca”. Se trata del más reciente trabajo de Luis Araneda “El Baucha”, mítico personaje, cultor y cantor de la cueca chilena, miembro del grupo “Los chileneros”.

“Al ser un proyecto independiente decidimos financiarlo a través de crowdfunding para recaudar fondos y aprovechar la plataforma y sistema para difundirlo también y lograr también identificación y compromiso con la iniciativa por parte del público”, explica Bermejo.

Para el artista gráfico se trata de una alternativa a los fondos estatales o a buscar ayuda de empresas o fundaciones. “La ventaja es que para pequeña escala en términos discográficos permite que el público se haga participe e identifique con el proyecto, y aporte según sus ganas y posibilidades”.

Aña que el éxito de la recaudación se debió a la gestión de prensa y la difusión en redes sociales y contactos. “La gente recibirá recompensas de CD, afiches, entradas al lanzamiento y conciertos probados”, detalla.

Libros contra la inercia capitalista

APACHE

La literatura es otra de las áreas donde el crowdfunding está pisando fuerte. Allí la editorial Sangría, también a través de idea.me, está juntando fondos para publicar los libros “Apache” de Antonio Gil y “Bagual”, de Felipe Becerra.

“Lo primero fue la necesidad de tener dinero para imprimir, por lo que decidimos al principio hacer una venta en verde con los libros a mitad del precio final. De cierto modo adelantamos la venta que uno hace en los lanzamientos, para así poder llegar a las librerías”, señala Martín Centeno, uno de sus editores.

“En segundo término nos pareció importante apelar a la comunidad de lectores que nos ha permitido tener casi 40 libros publicados a la fecha, con varios premios en el catálogo. Nuestra apuesta consiste en un modelo que corre por fuera de la lógica de mercado, donde existen grupos de personas interesadas en leer libros que el mercado no reconoce dentro de su impulso homogeneizante y donde este proyecto es más colectivo de lo que pudiera esperarse”, explica.

“Creemos que este espíritu de colaboración es la forma de romper la inercia normativa del capitalismo y señas de ello se han dado en diversos proyectos culturales financiados colectivamente”, añade. “Es efectivamente una alternativa, pero al mismo tiempo una necesidad para romper las barreras del mercado. Permite efectivamente saltarse al Estado o empresa privada para llegar directamente a los lectores y establecer contacto con ellos”.

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Para Centeno se trata de un mecanismo que otorga más libertad y dinamismo para funcionar, sin depender “de mecenazgos corporativos ni de endeudamientos con la banca”, apelando a los lectores y que estos puedan participar “en el esfuerzo de llevar escrituras críticas y radicales en papel a las librerías, para disputar el espacio en los anaqueles con los libros de la gran industria del libro que tiene aplastado al medio”.

Los lectores que colaboren no sólo obtendrán el libro antes, sino que con precio rebajado y la posibilidad de conversar con los autores, asegura.

Cine con financiamiento popular

Otro sector donde se está dando el fenómeno es el cine. Un ejemplo es la nueva película dirigida por Gabriel Hidalgo, «Una historia de in-felicidad», donde actúan los destacados Willy Semler, Javiera Díaz de Valdés, Julio Jung y Diego Casanueva, entre otros.

El film cuenta la historia de Rafael (Willy) un hombre separado que regresa a su país de un largo viaje espiritual para empezar un movimiento llamado “los peripatéticos”, un grupo de personas “que vive en armonía con la tierra y con sus pares”.

INFELICIDAD

Para el proyecto se puede cooperar con donaciones o comprando los productos de merchandising de la película. Para el público norteamericano incluso están disponibles 12 packs turísticos para que viajen a Chile y sean parte de las filmaciones. “Por sólo US$ 5.000 brindaremos los pasajes, la estadía, un viaje a maravillosas playas chilenas, visitas a eco aldeas, baños termales y por supuesto a los sets de grabación en el espectacular paisaje chileno”, indica René González, uno de los miembros de la producción.

INFEÑICIDAD2

“Una película al estrenarse de manera normal lo hace muchas veces ante el desconocimiento total del film por parte de un público cautivo que sí estaría interesado en saber sobre tu película”, cuenta Hidalgo. “La campaña de crowdfunding sirve para diferentes motivos para un cineasta: primero amplías tu red de contactos en el extranjero, aprovechas de hacer conocido tu proyecto, e incluso tu forma de trabajo. Te permitiría en caso de tener un eventual financiamiento popular, poder generar un proyecto open source, lo que también a todas vistas puede revolucionar y lo hace aunque detrás del escenario la distribución cinematográfica”.

Para el cineasta el crowdfunding no es sólo una alternativa, “sino que es un desafío para los cineastas generarse el derecho a contar su historia en la búsqueda de su público”.

“Una historia debe demostrar interés y esta es una muy buena forma de hacerse camino entre la gente. Estás obligado a contarle en un período de tiempo corto a la mayor cantidad de personas sobre tu proyecto. Es una forma muy atractiva de llamar la atención como película y si tienes éxito además te dan dinero. Es publicidad y financiamiento al mismo tiempo”, asegura el director, que espera comenzar a filmar en agosto.

Revista sin avisaje

Pero el crowdfunding no sólo se aplica a obras en particular, sino también a medios de comunicación como la revista La Juguera Magazine, quienes apelaron a esta modalidad –también en la plataforma idea.me- ante la falta de avisaje, según cuenta su directora Alejandra Delgado.

Campaña de La Juguera Magazine para recolectar fondos

Campaña de La Juguera Magazine para recolectar fondos

Durante el año 2013, más de 78.000 lectores disfrutaron la revista. Los primeros seis números se realizaron con aportes públicos y la séptima edición se imprimió con recursos propios. “Sin embargo, los fondos para continuar con el proyecto se acabaron, y el avisaje no abunda. Y aunque como equipo editorial seguimos trabajando arduamente para mantener el proyecto en pie, necesitamos apoyo para seguir circulando gratuitamente en las calles, es por eso que optamos por esta estrategia, apuntando a la idea de hacer una revista de manera colaborativa”, asevera.

Delgado indica que cada vez son más los proyectos creativos que utilizan el mecenazgo colectivo como una alternativa real para llevarlos adelante. “La torta ‘fondo público’ para los actores culturales es muy pequeña y el Fondart una verdadera lotería”. Por ello, para Delgado la alternativa del crowdfunding es una “ventana muy valiosa para financiar nuestras ideas”.

“Aún cuando no lleguemos a la meta -estamos solicitando $3.300.000 para imprimir las 3 ediciones que restan del año- la sola puesta en marcha de la campaña en idea.me nos permite visibilizarnos y ver el feedback que tiene nuestro proyecto”, asegura.

“Nos ha ido bien, ya hay un porcentaje de colaboradores que ha hecho su aporte. Lo importante es ser creativos, con las recompensas, con el video y con el mensaje en general. En ese sentido, idea.me te da muchas luces y guías para poder hacer una buena campaña. Es importante que el mensaje sea simple, directo y funcional”.

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