La inversión en instrumentos ofrecidos por el Grupo Arcano motivó la salida de tres gerentes de Santander GCB, el brazo de mercado de capitales del banco, siendo uno de ellos Gonzalo Jara, encargado de manejar la tesorería de la entidad financiera. Su salida generó dolor en la plana interna, considerando que se trataba de un ejecutivo muy querido en el banco.
La lista de clientes del Grupo Arcano todavía genera coletazos en el sector financiero. Ayer uno de los bancos más grandes del país resintió sus efectos: Santander.
Tras conocerse la lista de inversionistas que apostaron por la firma de Alberto Chang, tres ejecutivos del banco presentaron su renuncia, siendo aceptada ayer por su gerente general, Claudio Melandri.
Uno de ellos fue Gonzalo Jara, quien estaba a cargo de manejar la tesorería del banco, área que se desprende de Santander Global Corporate Banking y que depende de Fred Meller. Todos renunciaron bajo presión, una vez que se filtró la lista de clientes de Arcano.
Siendo Arcano una empresa no regulada, más su condición de altos ejecutivos que se desempeñan en el área de asesoría financiera para clientes, la situación se hizo insostenible para el banco.
La salida de Jara fue dolorosa para la institución. Quienes lo conocen afirman que era un líder muy valorado por su equipo y en el banco en general era alguien muy querido.
Ahora debe enfrentar los coletazos de la caja de Pandora que se abrió con Alberto Chang, pues una de las aristas más relevantes del caso es la responsabilidad tributaria de sus inversores.
El Ministerio Público envió antecedentes al SII que podrían relacionarse con posibles delitos tributarios, considerando que las rentabilidades obtenidas por los clientes de Arcano no habrían pagado impuestos. Uno de estos clientes es Juan Pablo Swett, empresario conocido por sus constantes dardos contra el gobierno, quien invirtió más de $200 millones.
