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Congreso de Estados Unidos se quedará sin Kennedys

Patrick, otro Kennedy de vida turbulenta, adicto a las drogas y al alcohol pero capaz de convertir sus deficiencias en fortalezas, anunció hoy que no piensa presentarse a la reelección en noviembre próximo.


Por primera vez en casi medio siglo, el próximo Congreso de Estados Unidos no tendrá a ningún Kennedy ya que, a la muerte del senador por Massachusetts, Edward Kennedy, hay que sumarle ahora la despedida de su hijo, el legislador demócrata de Rhode Island, Patrick Kennedy.

Patrick, otro Kennedy de vida turbulenta, adicto a las drogas y al alcohol pero capaz de convertir sus deficiencias en fortalezas, anunció hoy que no piensa presentarse a la reelección en noviembre próximo.

La estela Kennedy tuvo su mayor esplendor con el recientemente fallecido senador Edward Kennedy, pero comenzó con sus dos hermanos, los asesinados John y Robert que, aunque brevemente, fueron senadores por Massachusetts y Nueva York, respectivamente. Ahora se apaga de momento en el Capitolio.

Patrick Kennedy afrontaba una dura contienda frente a su rival republicano y decidió no presentarse a la reelección, tras cumplir nueve períodos en la Cámara de Representantes.

Su anuncio llega menos de seis meses después de la muerte de su padre, algo que, según fuentes allegadas, ha sido un factor determinante en esta decisión.

«Mi vida está tomando un nuevo rumbo», explica Kennedy en un vídeo divulgado en internet y que también será televisado.

Su retirada asesta otro golpe al Partido Demócrata, que ya sufrió el primer varapalo con la muerte del senador Edward Kennedy en agosto pasado debido a un cáncer cerebral.

Su irónica sustitución por el republicano Scott Brown eliminó la supermayoría demócrata del Senado que podría haber hecho realidad muchas de las políticas que Ted Kennedy compartía con el presidente Barack Obama.

El senador Kennedy, conocido como el «león del Senado», dejó una marca indeleble en la cámara alta, adonde llegó por primera vez en 1962 para ocupar el escaño de su hermano, el presidente John F. Kennedy.

En el vídeo, su hijo lamenta los tiempos difíciles que afronta la nación por la grave crisis económica pero lamenta aún más la pérdida de quien fuera su «más preciado mentor y confidente» y su «fuente mayor de ánimo y fortaleza»: su padre.

De hecho, fuentes demócratas aseguran que, más que la posibilidad de perder el escaño en noviembre, cuando se renovarán los 435 miembros de la Cámara de Representantes, la muerte de Ted Kennedy jugó un papel determinante en esta decisión.

El propio Patrick ha tenido sus propias batallas personales y legislativas. En 2006, chocó con su automóvil contra una barrera cerca del Capitolio, y pocos días después fue internado en una clínica de rehabilitación por adicción y depresión.

Esos fantasmas volvieron a acecharlo varios meses después y Patrick Kennedy tuvo que ser internado nuevamente, aunque los reveses y altibajos no le impidieron ganar la reelección en dos ocasiones desde el incidente de 2006.

Y quizá ganó, según observadores, porque convirtió sus flaquezas personales con las drogas y el alcohol en una fuente de activismo político, al promover en el Congreso el derecho al cuidado de salud mental.

De hecho, en su mensaje de vídeo, Patrick Kennedy asegura que continuará luchando por los que «sufren de depresión, adicciones, autismo, y desorden de estrés postraumático».

Expertos como el analista Larry Sábato, director del Centro para Política de la Universidad de Virginia, vaticinó que los Kennedy «sólo están tomando un descanso del servicio público, pero regresarán».

Y agregó: «Es la familia real de Estados Unidos, es una familia muy grande, con muchos nietos. Los Kennedy comprensiblemente están quemados, pero estoy seguro de que regresarán».

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