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Sobre despidos docentes y fin de año

Por: Mario Sebastián Bustos Araya, profesor en formación UDP, ex secretario comunicaciones Fedep UDP y Militante de Movimiento Autonomista


Señor Director:

El cierre de año, ese tiempo que está entre navidad y año nuevo, donde se juega al amigo secreto en el trabajo y donde las fiestas tiñen los ánimos, es un tiempo en el que las comunidades escolares son puestas a prueba y donde la precariedad de la labor docente muestra una de sus más oscuras caras. El contrato de educadores y educadoras termina el 28/29 de febrero y el fin del mismo debe ser avisado con exactos dos meses de antelación.

¿Qué hacen las administraciones de los colegios ante eso? Los y las estudiantes asisten al colegio hasta la tercera semana de diciembre y por mismo no sería bueno que ellos y ellas, o sus apoderados y apoderadas, se enteren de que su profe favorito/a ya no va a seguir en el colegio, ese que les ha acompañado durante muchos años pero al que últimamente se le ha ocurrido la ingeniosa idea de hacer un sindicato, no ha estado de acuerdo con la nueva forma de planificación impuesta por UTP este año (y que tiene una altísima posibilidad de cambiar en los años que vienen), ha estado más enfermo/a de lo normal producto de un estrés o depresión lo que ha hecho que este falte más de lo común, o simplemente no cumple con las “necesidades de la empresa”. A la dirección o sostenedores/as del colegio no les conviene que estudiantes y apoderados sepan del despido de sus profes (año a año, en muchos colegios, apoderados y estudiantes se manifiestan en contra del despido de quienes han acompañado los procesos educativos de sus hijos, hijas, compañeros y compañeras), y tampoco les conviene que el o la profe sepa del fin del contrato a mediados de diciembre porque con esto, no terminaría bien el trabajo, no planificaría lo que tiene que planificar, no prepararía la ceremonia del kínder, la graduación del octavo, la licenciatura de IV Medio, la fiesta de final de año, la presentación de los talleres, o cualquiera de esas actividades que no siempre se sabe que realiza el o la docente.
Todos y todas quienes trabajan en un colegio saben de esta realidad, saben que entre la tercera semana de diciembre y el 28 del mismo mes, se sabe quien continua y quién no, en el colegio. A menos que te hayan hablado antes, y que por uno u otro motivo tengas esa preciada estabilidad laboral, sabes que es posible que o tú o algún compañero o compañera no sigan trabajando el próximo año. Esto aumenta la tensión y agobio de los trabajos de cierre de año antes mencionados, lo que convierte al colegio en un espacio, muchas veces, invivible.

El jueves 15 de diciembre, Las Últimas Noticias publica: “Atención Profes: abre la temporada anual para cambiarse de pega”, y no es que espere mucho del diario en cuestión, pero este titular no solo muestra lo que ya sabemos del mismo, si no que es una muestra de la precariedad laboral de los y las profes en Chile, profesores que no saben si van a tener trabajo el próximo año y que, pero aún, se han acostumbrado a saber que este tipo de cosas ocurren. El gobierno ha levantado una carrera docente que se aleja de las demandas históricas del profesorado, consolidando el mercado de la educación y que, por ejemplo, no resuelve problemas como este. No es que se “abra la temporada anual para cambiarse de pega”, se abre el periodo de despidos, de sufrimientos e inestabilidad. Hay muchas razones para seguir luchando, para cambiar esto y muchas cosas más de nuestra amada profesión.

Mario Sebastián Bustos Araya
Profesor en formación UDP, Ex Secretario Comunicaciones Fedep UDP y Militante de Movimiento Autonomista

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