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La voltereta de Carlos Larraín que lo instala como senador designado

Claudia Rivas Arenas
Por : Claudia Rivas Arenas Periodista de El Mostrador @crivasa
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Cuando la ex Presidenta Michelle Bachelet optó por sacar a la ex diputada Carolina Tohá (PPD) para que asumiera la vocería de La Moneda, el locuaz mandamás de la derecha salió al paso de la medida adoptada. De hecho, no dudó en promover una presentación ante el Tribunal Constitucional para impedirlo, que fue argumentada por el ex embajador Miguel Otero. Casi dos años después, ya no es tan radical en sus opiniones.


Con su decisión, el gobierno “está tratando de torcerle la nariz” a la ley, porque “el Poder Ejecutivo adquiere una palanca muy potente para ir modificando a su gusto la composición de la Cámara de Diputados o el Senado. Eso rompe el equilibrio y es muy peligroso”. Duro análisis que si bien calza perfecto con lo realizado por el Presidente Sebastián Piñera en su reciente cambio de gabinete, se refiere a lo actuado por la ex mandataria Michelle Bachelet en marzo del 2009, cuando sorprendió al mundo político designando a la entonces diputada Carolina Tohá como ministra de la Secretaría General de Gobierno. Lo que, a su vez, provocó la llegada del actual diputado Felipe Harboe a la Corporación, en su reemplazo. ¿El autor? El flamante senador designado por la Décimo Cuarta Región, el relevo del actual ministro de Defensa Andrés Allamand, presidente de Renovación Nacional, Carlos Aníbal Larraín Peña.

El 24 de marzo de ese año, en una entrevista a Radio Agricultura, Larraín no tuvo pelos en la lengua para acusar al gobierno de la época de infringir la ley e intentar manipular las elecciones parlamentarias de fines de 2009, señalando que la autoridad “lo que se hizo en el caso de Tohá es poner al señor Harboe en una ventaja evidente para ser elegido como diputado en un distrito al que él mismo postulaba”. Y de paso confirmó que su partido había decidido en una Comisión Política llevar el caso al Tribunal Constitucional, aunque aclaró que con ello “no se trata de poner una dinamita a la Concertación, sino que el Tribunal Constitucional explique la norma”. Sí, el polémico dirigente no dejó puerta sin golpear para revertir la medida. Pero todo le salió mal. Aunque, en esa época, la derecha en bloque salió a criticar el nombramiento por sus efectos y consecuencias, y unos más que otros anunciaron que concurrirían al TC, pero finalmente nadie lo hizo.

Hasta los diputados de la bancada de Larraín se desistieron de seguir la línea “fiscalizadora” de su timonel. Pero el dirigente aún tenía un aliado dispuesto a defender sus convicciones ante el TC. El abogado –y ahora ex embajador de Chile en Argentina- Miguel Otero. El mismo que expuso en la Comisión Política de la tienda en la que se decidió hacer una presentación al tribunal. En la oportunidad, el profesional entregó los argumentos que al interior de la instancia le dieron piso al reclamo de Larraín. “De acuerdo a la Constitución, la Presidenta de la República no puede nombrar a un diputado o senador en ejercicio en un cargo de ministro de Estado, salvo en Estado de Guerra. Y que yo sepa no estamos en Estado de Guerra”, argumentó Otero, según cita un documento que registró el encuentro, y publicado en el portal del partido, hasta hace unos días.

Dicho y hecho. Poco más de un mes después del nombramiento de Tohá ingresó al TC un elaborado documento en el que no sólo se pedía la inhabilidad de la designada ministra, sino también de quien la reemplazó en la Cámara de Diputados. La solicitud, ingresada con el rol 1357, era inflexible y taxativa: “requerimiento de Miguel Otero Lathrop, Eduardo Soto Kloss, José Pedro Silva Prado, Oscar Lira Herrera, Claudio Díaz Uribe, Patricio Prieto Sánchez y Oscar Gajardo Uribe para que se: “declare la inhabilidad constitucional de la diputada Carolina Tohá Morales para ejercer el cargo de Ministro de Estado y la elección de don Felipe Harboe Bascuñán como diputado reemplazante”.

A pesar del empeño del patrocinante, el TC terminó por acreditar el nombramiento de Bachelet y sus efectos posteriores en la resolución publicada el 09 de julio del 2009, según la cual “lo decisivo, sin embargo, es que, a diferencia de lo que opinan los actores, ni antes ni ahora se requería de pronunciamiento específico en el caso de aceptar un parlamentario el cargo de Ministro de Estado, pues en tal evento la vacante se produce de pleno derecho, sin necesidad de que sea declarada la vacancia por organismo alguno. Esa es la única conclusión razonable a que puede llegarse, tanto por la interpretación sistemática del conjunto de disposiciones constitucionales en juego, como por la simple aplicación de reglas generales de derecho administrativo”.

Si no puedes contra ellos…

Pero todo indica que lo que era malo en marzo del 2009, tuvo casi dos años para mejorar. Porque quien incentivó la presentación ante el TC en contra de Tohá y Harboe, asumirá en marzo un escaño en el Senado, en reemplazo de Andrés Allamand, que dejó su cargo para asumir la cartera de Defensa. Su descargo ante tamaña inconsecuencia la hizo en una entrevista publicada el jueves 27 por La Segunda: “con el juego de sillas musicales que organizó la Presidenta Bachelet, recurrimos ante el Tribunal Constitucional y este falló en contra de lo que buscábamos. Por lo tanto, ahora hemos procedido según lo que la ley, la Constitución y el TC han decidido”. Previa aclaración de que en RN prefieren que el reemplazante de una vacante parlamentaria sea el compañero de lista.

[cita]En la tienda evitan hablar del tema, para no generarle problemas al partido, pero admiten que “las cosas no se hicieron bien” para resolver quién sería el que tomaría la posta de Allamand.[/cita]

La convicción de Larraín acerca de que no es conveniente sacar parlamentarios para trasladarlos al gabinete parece haber desaparecido, junto con el artículo que publicó el partido -con fecha 24 de marzo del 2009- y en el que se daba cuenta de la decisión de RN de concurrir al Tribunal Constitucional, titulado “Comisión Política de RN acuerda recurrir al TC ante nombramientos de Carolina Tohá y Felipe Harboe”. Es en ese texto donde se transcribe el argumento entregado por Miguel Otero para concurrir al organismo y en el que se nombra a algunos de los asistentes a la reunión. Entre otros, se menciona al vicepresidente del partido y actual senador Francisco Chahuán, uno de los más entusiastas promotores de la designación de Larraín en el cupo que dejaba Allamand, apenas se hizo pública la designación del segundo como ministro.

Extrañamente, el documento desapareció de la página web del partido luego que Radio Cooperativa pusiera el link en una nota sobre la designación de Larraín y el comportamiento de la tienda el año 2009 en relación con el tema.

Si bien nadie, incluida la oposición interna de RN, ha querido generar ruido respecto de la forma cómo llega el timonel del partido a la Cámara Alta, lo cierto es que no todo fue miel sobre hojuelas. En la colectividad sostienen que los articuladores de la movida que colocará a uno de los dirigentes más conservadores de la derecha en el Congreso, fueron dos de sus más cercanos aliados: los senadores Francisco Chahuán y Baldo Porkurica. De hecho, el primero fue quien defendió antes que nadie y propuso públicamente el nombre de Larraín en reemplazo de Allamand. A ellos se les atribuye el haber realizados las gestiones necesarias para que el presidente de RN asuma el cargo, contraviniendo abiertamente sus convicciones que en marzo del 2009 lo llevaron a rechazar casi con fiereza el nombramiento de Bachelet.

En la tienda evitan hablar del tema, para no generarle problemas al partido, pero admiten que “las cosas no se hicieron bien” para resolver quién sería el que tomaría la posta de Allamand. No eran pocos los que pensaron que al diputado por Valdivia, Roberto Delmastro, le correspondería, dado que representa a la región. Pero al interior de la colectividad circuló la versión de que el legislador habría rechazado la oferta de ascender a la Cámara Alta. Cosa que más tarde fue puesta en entredicho, porque quienes conocieron el proceso de nominación de Larraín sostienen que a Delmastro se lo contactó sólo para preguntarle su opinión acerca de que se designara al timonel del partido y nunca se le ofreció el cargo.

En el partido existe la convicción de que designar al dirigente “entre cuatro paredes” no fue lo mejor. Preocupa que ahora el timonel tendrá el poder total. “Ya no sólo va a poder despotricar a diestra y siniestra, como suele hacer, va a tener el poder del voto”, advierte una fuente del partido que parece percibir la presencia de Larraín en el Senado más como un peligro que como una ventaja.

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