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The New York Times repasa a Piñera por la Casen y se suma a críticas del Financial Times Prestigioso medio norteamericano recoge polémica por las cifras

The New York Times repasa a Piñera por la Casen y se suma a críticas del Financial Times

El diario que marca la pauta en Estados Unidos, afirma que “los esfuerzos de Piñera en sacar provecho político de las cifras lo abren a acusaciones de que maquilló los números”. También señala que la Cepal declaró que nunca antes funcionarios del Gobierno habían insistido en hacerle cambios a los resultados después de que los economistas de la organización habían revisado las cifras.


Hace una semana el Financial Times criticó a La Moneda al comparar lo que hizo con las cifras de la Casen con las prácticas de los Kirchner en la Casa Rosada.

El influyente diario de negocios británico dijo que las denuncias de que el gobierno “masajeó las cifras es algo que uno asocia más a las prácticas de los gobiernos argentinos que a las que tradicionalmente han tenido los chilenos”.

Esta semana las críticas provienen del New York Times (NYT), el diario que marca la pauta del país más poderoso del mundo y buena parte de la elite global. En la nota, publicada el pasado martes 11 de Septiembre, recogida de un reportaje de la agencia AP, el diario afirma que «los esfuerzos de Piñera en sacar provecho político de las cifras lo abren a acusaciones de que las maquilló».

El titulo en sí es lapidario: «Presidente de Chile acusado de cocinar la cifras de pobreza».

La nota enfatiza que «nadie puede negar los esfuerzos que ha hecho Piñera para combatir la pobreza y crear puestos de trabajo para los más pobres, pero sus afirmaciones de que el gobierno bajó los niveles de pobreza lo llevó a una vergonzosa pelea con la CEPAL, que se ha distanciado públicamente de la forma en que La Moneda interpretó los números».

También sostiene que las dudas acerca de las cifras aumentaron debido a «que el gobierno dejó pasar 49 días antes de explicar cómo se hizo la encuesta y cómo se calcularon los números». Y resalta que el propio Piñera aumentó la presión sobre los resultados de la encuesta, «cuando en mayo reiteró su promesa de eliminar la extrema pobreza antes de que termine su mandato en 2014. Por lo que cuando los datos preliminares fueron anunciados en julio, el Presidente hizo causa celebre de ellos», informa el artículo.

Pero —cita el texto— desde entonces «el gobierno ha tenido que gastar mucho de su tiempo tratando de calmar los cuestionamientos de economistas, congresistas y periodistas acerca de la validez de los números».

Para peor, prosigue el artículo, cuando el viernes pasado finalmente el gobierno dio los detalles del margen de error de la encuesta (0,82), los economistas rápidamente insistieron en que Piñera había estado alardeando de cifras «que estadísticamente son insignificantes y que podrían indicar que la pobreza subió o bajó». Y subraya que el propio economista de la Cepal, Juan Carlos Feres, manifestó algo similar.

El NYT destaca que la Cepal declaró, a través de un comunicado, que nunca antes funcionarios del Gobierno habían insistido en hacerle cambios a los resultados después de que los economistas de la organización habían revisado las cifras.

«Lo que el gobierno luego presentó, no es lo que la CEPAL concluyó. Esto es muy serio. Nunca antes había sucedido», señala el artículo citando al ex ministro de Hacienda, Andrés Velasco.

La nota informa que la CEPAL publicó un comunicado lamentando haber sido «usada en el debate» y que estaba considerando si seguía colaborando en la encuesta, pero que el Secretario Ejecutivo, Antonio Prado, salió luego a aclarar que la organización había estado de acuerdo con los cambios que propuso el Gobierno.

El medio reitera que Piñera ha desestimado las críticas y resalta que para Chile «bajar los guarismos de pobreza es de particular importancia porque el país quiere ser visto como una nación desarrollada. El hecho que Chile sea miembro de la OCDE es de especial orgullo para la elite criolla».

Pero el reportero hace hincapié que en las poblaciones en las afueras de Santiago «muchos sienten que sólo un milagro lograría mejoras de verdad en los niveles de pobreza».

Y el ejemplo que da es el de Olga Riquelme, una empleada doméstica, y su marido, un obrero de la construcción. Entre ambos ganan 380 mil pesos mensuales, «lo que los deja fuera de la línea de pobreza. Pero viven en una población que no tiene agua potable ni alcantarillado, pero sí una vista perfecta de las mansiones y rascacielos del barrio Las Condes».

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