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De Gregorio señala que “existe voluntad real de revisar todos los temas” del programa de Bachelet y abre conflicto con la izquierda de la Nueva Mayoría

Señala que en la Nueva Mayoría se coincide en que debe haber más inclusión social y participación ciudadana, pero “la pregunta es cómo logramos esos objetivos en un contexto económico que se viene complicado. Lo importante es priorizar y proponer un programa realista. Pero será la candidata quien finalmente decida qué se hará”.


El ex presidente del Banco Central y miembro del equipo económico de Michelle Bachelet, José de Gregorio, aseguró que existe una voluntad real de revisar todos los temas que contiene el programa de la candidata de la Nueva Mayoría y construir uno más completo, “ya que lo que se propone en una primaria es bastante más básico”.

El ex ministro de Economía explica a La Tercera que cuando se participa en un comando “bajo la premisa de que alguien te diga: ‘Este es mi objetivo político, usted diseñe cómo lo logro’. Cuando se tienen visiones propias, uno busca influir”.

De Gregorio señala que en la Nueva Mayoría se coincide en que debe haber más inclusión social y participación ciudadana, pero “la pregunta es cómo logramos esos objetivos en un contexto económico que se viene complicado. Lo importante es priorizar y proponer un programa realista. Pero será la candidata quien finalmente decida qué se hará”.

En ese sentido, dijo que existen necesidades urgentes de gastos que son necesarios abordar y “para eso se requiere una reforma tributaria que recaude entre dos y tres puntos del producto. Esto no se consigue simplemente haciendo un par de ajustes o controlando la elusión: hay que impulsar una reforma tributaria significativa y profunda, un tipo de reforma inédita en Chile desde la vuelta de la democracia”.

Además, descarta la posición algunos dirigentes empresariales y del ministro Felipe Larraín en el sentido que un aumento de impuestos afectará la inversión, el empleo y los salarios, afirmando que hacer un ajuste financiado y con responsabilidad fiscal, donde se gaste bien lo recaudado, no tendrá efectos negativos en el crecimiento en el largo plazo; al contrario, mediante un esfuerzo en materias redistributivas, la economía puede tener incluso mayor capacidad de crecimiento. Mi preocupación es la transición, por eso es fundamental tener una idea clara de lo que se hará y cuánto se puede recaudar. La incertidumbre se produce en el período de discusión e implementación, lo que hay que hacer con responsabilidad, pues estaremos en un escenario económico complejo. Es ahí donde se pueden producir efectos económicos negativos. Por eso es que hay que dejar atrás los sesgos ideológicos y hacer una reforma tributaria responsable y eficiente”.

Y añade que “la idea en su conjunto, que incluye ese aumento, bajar el impuesto a las personas del 40 % al 35 %, el que las empresas paguen sobre la base de las utilidades devengadas y tener depreciación acelerada, me parece razonable para subir la recaudación”.

Sin embargo, sostuvo que si en algún momento se percatan de que no es el camino que rinde todo lo que se quiere, se podrán explorar otras alternativas y “creo que hay que conciliar una fórmula que tenga el menor impacto en el crecimiento económico y que sea justa, en términos redistributivos”.

Respecto a la posición asumida por ex figuras del PC y el senador Alejandro Navarro que quiere cambios más radicales, De Gregorio sostiene que  se pueden lograr acuerdo en los temas fundamentales con los sectores más de izquierda, incluso con otros que no están en la Concertación, ya que “más que las divisiones ideológicas, lo importante es priorizar qué es lo que queremos hacer en un gobierno de cuatro años, más allá de los titulares. El gran riesgo que existe es tener excesivas pretensiones y terminar haciendo nada”.

De Gregorio también cree que la discusión está abierta, ya que a su juicio “existe una voluntad real de revisar todos los temas y de construir un programa más completo, ya que lo que se propone en una primaria es bastante más básico. Participar en esa discusión significa que uno no siempre está de acuerdo con todo lo que se propone y se va cediendo para gobernar. No se puede entrar a un comando y arrasar con todo o, al contrario, esperar que los recién incorporados tengan que sumarse a lo que ya está. Yo estoy por las ideas, así es que si encuentro que todo lo que se ha propuesto está bien, seré el primero en decirlo. Pero si hay que cambiar algo, lo diré también”.

Sobre ese punto, el ex presidente del Banco Central dijo que “aquí no hay dogmas, sólo que hay cosas que no se han pensado o no se entienden todavía. Lo importante son los principios y objetivos de una reforma tributaria y en eso estamos todos de acuerdo”.

Con respecto a si su persona y la de otros liberales contendrán las posturas más de izquierda dentro de la Nueva Mayoría, De Gregorio expuso que dicha lectura la tienen que hacer los analistas políticos, y “yo me veo dándole mayor fundamento a las propuestas y contribuyendo a hacer un programa que responda a las tremendas demandas del Chile actual”.

De Gregorio también respondió a los cuestionamientos hechos por Marco Enríquez-Ominami, quien sostuvo que su llegada y la de René Cortázar al comando evidencia la intención de bloquear los cambios.

“Ese comentario no es ni de la “vieja política” ni de la “nueva política”, como algunos hablan, sino que de la “pésima política”. Hay que superar las descalificaciones peyorativas basadas en consignas. Me gustaría que Enríquez-Ominami me explicara mejor su crítica, ya que no tiene ningún fundamento. Me siento orgulloso de lo que hicimos en el Banco Central durante la crisis financiera internacional y que ha sido una base fundamental del desempeño económico positivo de los últimos años”, espetó.

De Gregorio también hace un mea culpa de los errores cometidos por la Concertación en el manejo económico, mencionando que “en muchos momentos se dejaron pasar cosas. En el tema universitario, por ejemplo, si bien hubo buena intención al querer ampliar la cobertura, se permitió que se aplicaran tasas de interés altísimas a los créditos universitarios y no se controló el lucro escandaloso de algunas universidades. En esos casos, las autoridades de la época no actuaron con la debida diligencia”.

Sobre su desacuerdo con la educación gratuita y universal y cómo se concilia con la promesa hecha por Bachelet, De Gregorio expuso que “a nadie se le puede excluir de la educación superior por razones económicas, pero también es urgente una profunda reforma al sistema universitario. Me parece que en el escenario actual, donde hay universidades que lucran y que son un negocio, con carreras en las que los estudiantes tienen que esperar seis años antes de poder trabajar, darle gratuidad a todos los estudiantes es partir al revés. Por eso es que lo primero es mejorar la educación superior y hacer una transición coherente para llegar a una mayor gratuidad. Esto no se puede realizar de golpe. Hay muchas cosas pendientes en las que avanzar y después de eso hay que ver si se puede implementar un modelo gratuito”.

Además, se muestra abierto a una AFP estatal, siempre que dé “cobertura a sectores a los que hoy las actuales AFP no llegan, se puede discutir. Hay que ver en qué consistiría en concreto, pero eso no significa terminar con el actual sistema previsional”.

Otro punto en el que la Nueva Mayoría se muestra dispuesto a modificar es la Constitución, por lo que De Gregorio estima que la actual no da el ancho, pero “estos cambios deben hacerse dentro del actual marco institucional. Justamente, es esa institucionalidad una de las principales fortalezas de nuestra economía y hay que respetarla. Dicha fortaleza institucional ha sido fundamental en explicar nuestro éxito económico”.

Por lo tanto, “una asamblea constituyente no está dentro de los marcos institucionales, por lo que no corresponde. El moverse dentro de los marcos institucionales debe ser la restricción. Los atajos pueden ser muy dañinos e improductivos para el país”.

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