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Cerca de un 30% han aumentado las consultas por migraña durante la pandemia Salud

Cerca de un 30% han aumentado las consultas por migraña durante la pandemia

Varios son los factores que han desencadenado los episodios de migraña durante la pandemia, entre ellos algunos vinculados directamente con las medidas de aislamiento que se impulsaron, siendo los más importantes el estrés y la ansiedad, el insomnio y los malos hábitos de sueño, que pueden significar cerca del 50% de los factores que pueden llegar a gatillar una crisis.


La pandemia ha generado un impacto en muchas enfermedades, agravando en ciertos casos algunas dolencias. Un claro ejemplo son los pacientes que sufren de migraña, quienes durante este año han tenido más crisis producto de las medidas de aislamiento o a cambios en los hábitos diarios, generando descompensación en quiénes sufren esta enfermedad.

Una situación que, según explica el neurólogo y coordinador del Centro Avanzado de Cefalea de RedSalud, Raúl Juliet, “hoy ha generado un aumento en las consultas en cerca de un 30%, por pacientes que siguen descompensados y por personas que, tras las medidas de desconfinamiento, han comenzado a retomar paulatinamente sus atenciones médicas postergadas”, advierte el especialista.

“Producto de la pandemia la gente modificó sus hábitos, por ejemplo, se quedaron despiertos hasta más tarde, porque no había que levantarse tan temprano para ir al trabajo o el colegio. Esto también incidió en la alimentación, porque uno tiende a comer más cosas poco saludables, incrementando la ingesta de hidratos de carbono o grasas, alcohol, bebidas energéticas entre otros, los cuales podrían ser elementos nocivos para la migraña”, explica el Dr. Juliet.

Es por ello, que el neurólogo recomienda retomar hábitos saludables de alimentación como una baja ingesta de cafeína o sus derivados, acompañado de ejercicio aeróbico 3 a 5 veces por semana, beber de 3 a 4 litros de agua diarios y mantener un peso adecuado. A esto se suma, establecer horarios fijos, para levantarse al trabajo o estudio, aunque se esté en modalidad home office.

El especialista también sugiere intentar bajar el estrés con ejercicios de meditación y respiración, pero sobre todo aprender a prevenir los desencadenantes del dolor y auto conocerse, porque es la mejor forma de identificar cuando se está frente a una situación de estrés o los factores que detonan un dolor de cabeza, que finalmente podrían gatillar un episodio de migraña.

En ese sentido, el especialista sostiene que “teniendo en cuenta los evidentes efectos que tuvo el confinamiento y la positiva evolución que demuestra actualmente la pandemia, es importante poder retomar -en la medida de lo posible- los hábitos y conductas que teníamos antes. La migraña no es más que una señal de alarma de que algo en el sistema está desequilibrado y debemos prestar atención y consultar con un especialista”.

Mayor prevalencia de migraña en mujeres

La prevalencia de migraña alcanzaría el 12% de la población en Chile, es decir, cerca de 2 millones de personas, de las cuales el 75% son mujeres. “Por cada hombre, hay 3 a 4 mujeres con esta enfermedad. Incluso hay familias migrañosas, porque incide bastante el factor genético y se han visto situaciones donde la abuela sufría de dolores de cabeza que se van pasando de generación en generación”, explica el neurólogo.

Aunque no todas las mujeres sufren de dolores de cabeza durante su período menstrual, el especialista asegura que los ciclos hormonales tienen directa relación con la migraña en pacientes susceptibles, ya que alrededor del 40% se les acentúan los episodios de cefalea antes y durante el periodo menstrual o incluso durante el periodo de ovulación.

¿Cómo distinguir la migraña?

Lo normal es que a nadie le duela la cabeza, por eso siempre hay que buscar la causa que la desencadena, explica el neurólogo. Existen tres síntomas que son clave para identificar una migraña, partiendo de la base que es una cefalea de intensidad moderada a severa, a la que se suman los siguientes síntomas: fotofobia, es decir, molestia a la luz; discapacidad funcional en relación con el dolor, por lo que hay que descansar, no se tolera el ejercicio y se dejan de realizar las labores habituales; y finalmente náuseas.

Las migrañas se clasifican en con y sin aura, o según su frecuencia en episódica y crónica. Los episodios de dolor suelen comenzar a la edad de los 15 a los 20 años, y alrededor de los 25 a 35 años se genera en la mayoría de los casos un peak de frecuencia de dolor, que suele vincularse a la carga de estrés académico y la inserción laboral. “El segundo punto más alto de dolor y mayor frecuencia de crisis es entre los 40 años y los 45 años. En general, las migrañas después de los 50 años bajan tanto en periodicidad como en intensidad, y con el tiempo se van diluyendo”, agrega el especialista.

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