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El innovador saco de dormir para tratar el síndrome de los «ojos aplastados» asociado a los viajes espaciales Innovación

El innovador saco de dormir para tratar el síndrome de los «ojos aplastados» asociado a los viajes espaciales

La tecnología también podría ayudar a curar una afección del corazón que sufren algunos astronautas.


Un grupo de científicos desarrolló un saco de dormir de alta tecnología que podría prevenir los problemas de visión que experimentan algunos astronautas mientras viven en el espacio.

En gravedad cero, los fluidos flotan en la cabeza y aplastan el globo ocular con el tiempo.

Este es uno de los problemas que más riesgo genera para los astronautas, y algunos expertos están preocupados porque podría comprometer las misiones a Marte.

Los sacos tienen una tecnología que succiona el líquido de la cabeza hacia los pies.

El responsable de su desarrollo es Benjamín Levine, un profesor de medicina interna del Southwestern Medical Center de la Universidad de Texas, y quien busca que el dispositivo se utilice en la Estación Espacial Internacional (EEI).

La NASA documentó problemas de visión en más de la mitad de los astronautas que sirven en la EEI. Algunos generaron hipermetropía, tenían dificultades para leer y, en ocasiones, necesitaban apoyo de otros miembros de la misma tripulación para completar tareas de experimentación.

«No sabemos qué tan graves podrían ser los efectos en un vuelo más largo, como una operación a Marte de dos años», dijo el profesor Levine, quien también es director del Instituto de Medicina para el Ambiente y Ejercicio, un programa del Southwestern Medical Center en conjunto con el hospital Texas Health Presbyterian de Dallas.

El científico Benjamin Levine, creador de los sacos espaciales

DAVID GRESHAM El científico Benjamin Levine, creador de los sacos espaciales.

¨Sería un desastre mayor que los astronautas tuvieran una discapacidad tan grave que no fueran capaces de ver lo que están haciendo, eso comprometería la misión¨, agregó.

En 2005, el astronauta John Phillips se lanzó a la EEI con una visión de 20/20 y regresó seis meses después con una visión de 20/100. Otros experimentan una versión menos grave de la afección.

En la Tierra, cuando una persona se levanta de la cama la gravedad hace que los fluidos pasen al interior del cuerpo, algo que se conoce como «descarga». En el espacio, no obstante, la baja gravedad permite que casi dos litros de fluidos corporales se acumulen en la cabeza, lo que ejerce presión en el globo ocular.

La situación en el espacio puede causar una enfermedad llamada síndrome neuro-ocular asociado a vuelos espaciales (SANS, en inglés), que causa un aplanamiento progresivo en la parte posterior del ojo, inflamación del nervio óptico y deterioro de la visión.

¿Cómo funciona el saco de dormir?

Aunque en la Tierra la presión cerebral de una persona acostada es ligeramente más alta que en alguien que está en el espacio, cuando se pone de pie se suaviza, algo que nunca sucede con los astronautas en la gravedad cero.

El saco para dormir, desarrollado junto a la manufacturera de equipo de exteriores REI, se ajusta a la cintura de la persona, y encierra la parte inferior de su cuerpo en un marco sólido.

La astronauta Serena Auñón revisa sus ojos en la Estación Espacial Internacional

NASA La astronauta Serena Auñón revisa sus ojos en la Estación Espacial Internacional.

Es entonces cuando un dispositivo de succión, que funciona bajo el mismo principio que una aspiradora, crea una diferencia de presión que atrae el líquido hacia los pies. Esto evita que se acumule en el cerebro y genere una presión dañina al ojo.

Antes de que esta nueva tecnología se utilice de forma rutinaria es necesario investigar el tiempo que los astronautas deben pasar con el saco de dormir.

«¿Todo el mundo necesita hacer esto o son solo las personas que están en riesgo de desarrollar SANS? ¿Necesitan hacerlo tan pronto como lleguen al espacio, o pueden esperar y ver si su visión cambia?», se preguntó el doctor Levine.

Pese a estas interrogantes, el científico se mostró optimista de que el SANS no sea un riesgo para la salud cuando la NASA comience las expediciones a Marte.

¿Cómo probaron la tecnología?

Doce personas sobrevivientes de cáncer ayudaron a clarificar las causas de esta afección. Los voluntarios que participaron en el estudio tenían puertos en sus cabezas para recibir quimioterapia y permitieron que los expertos midieron su presión cerebral mientras volaban en viajes parabólicos que simulan la gravedad cero durante varios segundos.

De esta forma, los científicos tomaron medidas mientras estaban acostados, con o sin el saco de dormir. Los investigadores encontraron que, si bien a solo tres días de estar acostados tuvieron una presión que alteró ligeramente la forma del globo ocular, no se produjo tal cambio cuando se utilizó la tecnología de succión.

La tecnología de los sacos también podría ayudar a mejorar una condición que se llama fibrilación auricular provocada por la microgravedad y que hace que el corazón se encoja en el espacio, por lo que late de manera irregular.

El trabajo ha sido reseñado por la revista JAMA Ophthalmology.

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