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Piden que el Calypso se convierta en «patrimonio nacional» de Francia para salvarlo del abandono

Piden que el Calypso se convierta en «patrimonio nacional» de Francia para salvarlo del abandono

Un conflicto económico entre los propietarios, el «Equipo Cousteau» de la segunda esposa del explorador, y los astilleros, han provocado que la reparación del navío esté paralizada desde 2009.


Una petición en línea para salvar al barco oceanográfico «Calypso», que durante 40 años sirvió para sus estudios al comandante Jacques-Yves Cousteau, pide que el navío sea declarado «patrimonio nacional», para evitar su abandono, indicaron  los promotores de la iniciativa.

El célebre barco se encuentra en los astilleros de Piriou, en Concarneau, en el noroeste de Francia, donde debía ser reparado tras haber sido recuperado en 2006.

Sin embargo, un conflicto económico entre los propietarios, el «Equipo Cousteau» de la segunda esposa del explorador, y los astilleros, han provocado que la reparación del navío esté paralizada desde 2009.

La petición fue lanzada por el oceanógrafo Bruno Bombled y está dirigida a la ministra francesa de Cultura, Aurélie Filippetti, a quien pide «una rápida inscripción» del barco en el patrimonio nacional.

«Es hora de decir que no aceptamos que este orgullo de Francia por todo el globo durante décadas muera en Concarneau, pese a que es posible salvarlo», señala la petición, accesible a través de una plataforma digital.

Los impulsores de la iniciativa consideran que si el barco fuera considerado patrimonio nacional podría recibir fondos públicos para su salvaguarda y servir de ejemplo para «las generaciones futuras, la ciencia y la paz».

Adquirido en 1950 por el millonario irlandés Loel Guinness, el «Calypso», que había sido un barco desminador, fue alquilado por Cousteau para sus investigaciones oceanográficas y para rodar sus célebres documentales.

Durante décadas navegó por los mares de todo el mundo equipado con sofisticado material oceanográfico.

En 1996, un año antes de la muerte de Cousteau, el barco se hundió en el puerto de Singapur tras chocar con una barcaza.

Reflotado, fue repatriado a Francia, donde pasó varios años en el puerto de Marsella.

La propiedad del navío fue reclamada tanto por la asociación de la segunda y última esposa del navegante como por otra, denominada Campañas Oceanográficas Francesas, de la que formaba parte uno de los hijos de Cousteau, Jean-Michel.

Finalmente, la justicia asignó el barco al «Equipo Cousteau», que decidió restaurarlo para convertirlo en un museo itinerante de divulgación científica.

Con ese fin, el navío fue enviado a los astilleros de Concarneau en 2007.

Desde 2009, el «Equipo Cousteau» y los astilleros Pirou mantienen un enfrentamiento judicial.

Los primeros aseguran que los astilleros han llevado a cabo «malformaciones» en el barco, mientras que los segundos señalan que no han recibido el dinero indicado en el contrato.

Por eso, los trabajos de restauración están paralizados y el barco se encuentra almacenado en una de las dársenas de los astilleros, donde su estado se degrada, según los promotores de la petición.

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