En tiempos de conmoción social, todos los ánimos se encuentran alterados, los adultos podemos darnos explicaciones de lo que ocurre, tenemos espacios de conversación, diálogo e incluso de discusión; en cambio los niños están sumergidos en un ambiente que es percibido como hostil, peligroso y pocas veces logran entender que es lo que está sucediendo en el país, su colegio, su familia. Son expuestos a imágenes de alta violencia que difícilmente son capaces de elaborar, tanto cognitivamente como afectivamente. Lo anterior, puede generar traumas emocionales muy fuertes sobre todo cuando han sido directamente violentados o cuando ven a sus figuras significativas en una situación agresiva.
Algunos síntomas que pueden aparecer en estos días en los niños y niñas son, pesadillas recurrentes, fatiga y mal genio o actitudes más agresivas justamente porque se alteran el biorritmo natural que ofrece la rutina. También puede que se muestren muy sensibles y más “llorones” pues debajo de estas manifestaciones emocionales se esconde el miedo y la inseguridad. Además puede que se muestren más necesitados de afecto y busquen el contacto afectivo de manera más recurrente, en busca de la protección de las figuras significativas.
La ansiedad y la angustia puede, también, traer consigo cambios en su alimentación, problemas digestivos o alteraciones físicas como fiebre o falta de voz. En los casos de los niños que se han visto afectados directamente, puede que presenten todos estos síntomas y que incluso “retrocedan” a conductas de etapas anteriores de su desarrollo, así el que dormía solo ya no quiere o el que controlaba esfínter deje de hacerlo. Sumamente importante es que en estos casos y con estos síntomas, revisemos que está pensando el niño o niña, como proyecta esta situación y acoger sus miedos, contener y explicar para romper con las fantasías infantiles. Si persisten en el tiempo se hace necesario recurrir a especialistas de la salud mental.
[cita tipo=»destaque»] Es el Estado quien debe cubrir los costos del tratamiento de estos niños pues es el responsable final de su dolor. [/cita]
Algunas consideraciones necesarias para resguardar o prevenir sintomatología de strés son:
En el caso de los niños que han sido heridos por balines u otro nivel de violencia directa es fundamental el apoyo de psicólogos tanto a él o ella como de la familia. Para intervenir sobre los síntomas que se pueden manifestar y evitar un trastorno post traumático. Esta situación es sumamente delicada pues el Estado es garante de los derechos de la infancia y debe cumplir a cabalidad con el derecho a la protección, a mi parecer es el Estado quien debe cubrir los costos del tratamiento de estos niños pues es el responsable final de su dolor.