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CF8M: “Las mujeres nunca hemos conquistado la jornada de ocho horas de trabajo porque las dobles y triples jornadas no remuneradas recaen principalmente en nosotras” BRAGA

CF8M: “Las mujeres nunca hemos conquistado la jornada de ocho horas de trabajo porque las dobles y triples jornadas no remuneradas recaen principalmente en nosotras”

Natalia Espinoza C
Por : Natalia Espinoza C Periodista - Contacto: braga@elmostrador.cl / (sólo wsp) Fono sección: +569 99182473
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El desempleo en este contexto de pandemia ha aumentado considerablemente dejando prácticamente a dos millones de personas cesantes, que en su mayoría han sido mujeres. La inserción laboral femenina retrocedió prácticamente a los niveles de diez años atrás. En relación con ello, la Coordinadora Feminista 8M (CF8M) y otras organizaciones que velan por la igualdad de género se cuestiona el ¿por qué en un contexto de crisis tienden a destruirse más los empleos femeninos si es una mano de obra “más barata”? ¿Qué pasaría si las mujeres tuvieran más tiempo para su desarrollo personal?


La división sexual del trabajo ha estado históricamente desbalanceada en desmedro de las mujeres, hecho que se ha ido acrecentando cada vez más en este contexto de pandemia, en donde la desocupación femenina ha llegado a niveles comparables con cifras de 10 años atrás. Y es que por más que el movimiento feminista, las organizaciones sociales y las mujeres a título personal han constantemente luchado por visibilizarlo, es una situación que no mejora.

En este sentido, según el análisis de diversas organizaciones que luchan diariamente por la igualdad de género, como Corporación Miles Chile, la Coordinadora Feminista 8M (CF8M), el Observatorio contra el acoso en Chile y la ONG Acción Mujer y Madre. Esta situación no mejora porque “no se ha trabajado de manera eficaz, óptima, con seriedad, con un compromiso real, el cambio en las políticas públicas y sociales con perspectiva de género para que se termine con ciertos estereotipos que se nos han impuesto tanto a hombres como mujeres”, expresó en una conversación con El Mostrador Braga, la presidenta de la ONG Acción Mujer y Madre, Virginia Palma.

El techo de cristal

Según la presidenta del Observatorio Contra el Acoso Chile, María José Guerrero, respecto a la división sexual del trabajo, existe una figura que denominan como “los techos de cristal”. Esto quiere decir que, mayoritariamente las mujeres no solamente están trabajando en áreas feminizadas (como lo son por ejemplo, el área de la salud y el servicio doméstico), sino que al estar en estas áreas, tiene una menor remuneración y una menor valorización en el mercado laboral, “a nivel nacional, incluso en estas áreas feminizadas, las mujeres no llegamos a los cargos de altos mandos, a ser las jefas por así decirlo”, explicó Guerrero.

Misma crítica hace la directora ejecutiva de la Corporación Miles Chile, Anita Peña, quien considera, en base a la encuesta del uso del tiempo, que las mujeres además de tener esta poca valorización en el mercado laboral, tienen mucho menos tiempo para desarrollarse personalmente porque por ejemplo,  realizan labores domésticas más del doble que los hombres, «eso claramente en pandemia  ha significado una situación que es mucho más riesgosa para la vida de las mujeres, porque en el caso, por ejemplo, de las profesoras que están realizando su labor desde la casa y además son madres o tienen al cuidado alguna persona dependiente, están trabajando triple o a veces cuatro veces más de su jornada y eso claramente puede afectar su salud física y también su salud mental, eso me preocupa bastante», expresó.

Además, en términos de generar políticas públicas, Peña considera que estas deben «contribuir para que las mujeres puedan tener un tiempo para sí», por ejemplo, un sistema de cuidado que desfamiliarice, es decir, «en donde el Estado se hace cargo de las personas dependientes y eso de un tiempo libre a las mujeres». «Yo creo que sí podría haber una relación entre el uso del tiempo libre de las mujeres y la posibilidad que puedan cuidar de sí (…) de poder ir a hacerse exámenes preventivos, hoy muchas no tienen la posibilidad de hacerse exámenes preventivos porque no tienen tiempo para ir a sacar una hora al consultorio, que a veces requiere que tengas que ir tu mínimo dos horas antes», explicó.

¿Por qué existe esta división sexual del trabajo?

Para la presidenta del Observatorio, esto sucede porque todavía estamos viviendo en una “cultura patriarcal en la cual a las mujeres se les castiga muchas veces por estar en el espacio público. No se les deja un mayor desarrollo”. En torno a ello, la educación resulta ser un aspecto determinante, puesto que la división sexual del trabajo comienza desde muy temprana edad, “como las niñas quienes a muy temprana edad creen que son malas en matemática, por ejemplo, y que los hombres son mucho mejores que ellas cuando la evidencia nos muestra que eso no es cierto”, analizó.

El desempleo en este contexto de pandemia ha aumentado considerablemente dejando prácticamente a dos millones de personas cesantes, que en su mayoría han sido mujeres, la inserción laboral femenina retrocedió prácticamente a los niveles de diez años atrás. En relación con ello, la CF8M se cuestiona el ¿por qué en un contexto de crisis tienden a destruirse más los empleos femeninos si es una mano de obra más barata?

Para la vocera y miembro del Comité de Trabajadoras y Sindicalistas de la Coordinadora Feminista 8M, Karina Nohales, esto se debe principalmente a la carga de trabajo no remunerado de las mujeres, que se ve acrecentado en un contexto de ausencia de redes de cuidados como sala cuna, jardines y colegio, además de las redes de apoyo familiares.

“Existe la idea de que, con el tiempo, los trabajos no remunerados que se realizan en el hogar se han ido repartiendo cada vez más entre hombres y mujeres, y que la composición misma de la familia se ha ido transformando. Pero, en efecto, lo que hemos visto es que, con los años, lo que en realidad pasa es que los hogares monoparentales han ido en aumento en el país y el 85% de estos hogares están a cargo de mujeres. Y hoy, muchas de ellas no tienen trabajo. Así que este desbalance no sólo subsiste, sino que estamos viendo palmariamente cómo se profundiza día a día”, explicó Nohales.

Además, agregó que “las mujeres nunca hemos conquistado la jornada de ocho horas de trabajo que se conmemora el primero de mayo. Las dobles y triples jornadas de trabajo remuneradas y no remuneradas que recaen principalmente en nosotras, impactan nuestra participación política y en actividades de crecimiento personal”.

La maternidad y el cuidado de terceros

Hoy, en pleno siglo XXI y tras la revolución feminista que se ha abierto paso en Chile desde el 2016 o incluso antes. Aún se mantienen creencias en donde se establece que la mujer es la que se tiene que hacer cargo de los niños, “porque los niños no están con nadie mejor, o no pueden estar mejor que con las mujeres, con la mamá. Cuando yo que sepa, no existe un sustento científico que diga que única y exclusivamente un hijo puede sobrevivir y llevar una vida normal, sana, alegre, feliz, única y exclusivamente bajo el cuidado de la madre”, dijo Palma.

En este sentido, Palma considera que esto es también algo discriminativo para los hombres, quienes muchas veces no se involucran en el cuidado de los hijos porque se les ha enseñado que el hijo está mejor con la mamá, sin embargo, “también existe una actitud bastante cómoda de otros hombres, no quiero generalizar, pero otros tantos hombres encuentran ahí un nicho perfecto para justificar la poca relación o lo poco que se involucran en la crianza, en el cuidado de los hijos e hijas”.

Más tiempo para crecimiento personal  

Las diversas agrupaciones consultadas, coinciden en que mientras no haya políticas públicas y sociales con perspectiva de género que caminen a paso firme para que esta realidad cambie, el peso seguirá en los hombros de las mujeres.

Para Palma, si las mujeres pudieran liberar algo de tiempo, “haríamos muchas cosas, entre esas dar la lucha y seguir vinculándonos e incidiendo en temas que tienen que ver con el feminismo y, por supuesto, con nuestro crecimiento personal. Todo esto si tuviésemos tiempo y los recursos, porque volvemos a lo mismo, nuestros recursos están limitados por el abandono que vivimos tanto del sistema del Estado y también, por ejemplo, en los hogares monoparentales, en los que las mujeres somos jefas de hogar y tenemos a cargo a hijos e hijas, el abandono que se sufre por parte del padre obligado a pagar pensiones de alimentos que no lo hacen”, comenta.

La sobrecarga de jornada trae como consecuencia que muchas veces las mujeres se sientan estancadas por años, en el caso de la maternidad, hasta que los niños y niñas ya crecen y comienzan a ser más independientes. Para Palma, la realidad de las mujeres hoy en día radica en que “hay que hacerlas todas o no eres una mujer completa. Hay que terminar de con este mandato de que pareciera que eres una mujer completa, cuando además de haber cumplido con todo lo que significa realizarse como persona, eres madre. Antes de eso pareciera que algo te falta”.

La división sexual del trabajo efectivamente tiene efectos en las diferentes áreas de jornadas y consumo de tiempo de vida en donde transitan las mujeres, “incluso la Encuesta Nacional del Uso del Tiempo del año 2015 daba cuenta de esto, que las mujeres tenemos una carga de trabajo de cuidado no remunerado es el doble de lo que tienen los hombres. Incluso la carga total del trabajo, es decir, la carga de trabajo remunerado más el no remunerado y de cuidado, es mucho más de horas que los hombres realizan”, considera Guerrero por parte del Observatorio.

Nohales tiene una postura parecida, puesto que, para la coordinadora, esta disputa por los tiempos vitales no es sólo para vivir mejor, es también para construir mejores condiciones para “organizarnos y luchar. Estamos convencidas de que, si tuviéramos más tiempo, seríamos más activas. Nuestra convicción viene de la realidad de que las mujeres estamos protagonizando hoy uno de los movimientos más significativos de las últimas décadas en el país, en condiciones muy adversas. Cada milímetro de tiempo que ganemos sin duda se va a traducir en más y mayor tiempo destinado a participar activamente en las formas de organización y movilización que están teniendo lugar en este momento”.

Finalmente, para la directora ejecutiva de Miles, el desafío en el contexto de la pandemia es más grande que antes del confinamiento, puesto que, según su visión, los planes gubernamentales no tienen incorporados una perspectiva de género que ubique a las mujeres como sujetos relevantes. “En un plan de desconfinamiento no sólo hay que considerar que la fuerza laboral se vuelva a integrar a un trabajo para que permita la productividad, sino que también se tienen que fortalecer de que, si una mujer va a salir a trabajar, también tienen que resguardarse la salud, seguridad y cuidado de sus hijos o las personas dependientes que estén bajo su cuidado”, finalizó.

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