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Testigos de violencia de género: ¿Qué hacer o cómo actuar cuando nuestra madre, amiga o vecina está siendo víctima de este tipo de abuso? BRAGA Créditos: Foto de Johan Bos en Pexels

Testigos de violencia de género: ¿Qué hacer o cómo actuar cuando nuestra madre, amiga o vecina está siendo víctima de este tipo de abuso?

Natalia Espinoza C
Por : Natalia Espinoza C Periodista - Contacto: braga@elmostrador.cl / (sólo wsp) Fono sección: +569 99182473
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Las consultas más habituales que se han incrementado en el servicio de consultoria de Miles Chile, son de mujeres jóvenes que quieren educarse acerca qué hacer para ir en ayuda de sus madres y/o amigas que se encuentran en situación de violencia actual. “También hemos tenido muchas consultas de mujeres que han tenido noticias de otras mujeres de su comunidad o edificios que están en situaciones de violencia y que desean participar o formar grupos de apoyo”, explicó la Psicóloga de Miles Chile, Ignacia Veas.


Desde que comenzó el confinamiento a causa del Covid-19, una segunda pandemia en paralelo también se incrementó: la violencia de género en el contexto intrafamiliar. Según la OMS, se prevé que, si el confinamiento continúa, en los próximos seis meses se producirán 31 millones de casos de violencia doméstica en el mundo, sólo en Europa, registraron un aumento de hasta un 60% en las llamadas de mujeres víctimas de violencia doméstica. En Chile el panorama es aún peor, las denuncias por violencia intrafamiliar (VIF) ya habían aumentado en un 70% solo durante abril, según informó Carabineros, todo esto cuando apenas llevábamos las primeras semanas de confinamiento.

Históricamente nuestra cultura familiar y educativa se ha centrado en “no meterse en los problemas de los demás” o donde “no te han llamado”, frases como “la ropa sucia se lava en casa” son algo que cualquiera que haya crecido en Chile podría confirmar que se le inculcó. Afortunadamente, la llegada del feminismo, cada vez más fuerte en nuestro país, además del constante esfuerzo de diversas agrupaciones de la sociedad civil por posicionar y visibilizar el tema de la violencia, ha conseguido que cada vez más, “los terceros” se involucren.

Testigos de violencia

En este sentido, la corporación Miles Chile en el contexto Covid, adaptó su servicio de consultoría al mundo online, triplicando la cobertura que solían tener. Gracias a ello, no sólo apoyan a las mujeres de la región Metropolitana, sino que a cualquiera sin importar qué tan extrema sea la región donde se encuentran. En torno a ello, su directora ejecutiva, Anita Peña, en conversación con El Mostrador Braga, dio cuenta de un nuevo fenómeno: las llamadas de testigos de violencia que buscan orientación para saber cómo actuar han aumentado un 30% desde el inicio de la pandemia.

“Eso está significando que hay una vecina que se dio cuenta de la situación de violencia que vivía su vecina o las hijas se están dando cuenta de la situación de violencia de sus madres. Y así eso marca un punto importante de atención respecto de la política pública, porque en esta administración el programa de prevención, solamente se focalizó en los jóvenes y se descontinuó el componente comunitario”, contó.

Sin embargo, ¿a qué se debe este aumento de llamadas por parte de testigos de violencia? Según la psicóloga de Miles, Ignacia Veas, se puede explicar desde dos aristas. La primera es el estado de cuarentena y distanciamiento social por crisis sanitaria por Covid que como sociedad hemos enfrentado en el último tiempo, ya que ha obligado a las personas a permanecer en sus lugares de residencia, conviviendo con sus familias y comunidades.

La cuarentena obliga a todas sus personas a reordenar y organizar sus rutinas, jornadas laborales y jornadas de cuidado, “lo que sin duda tensiona las relaciones al interior de los hogares evidenciando situaciones de violencia de género en la pareja que quizás antes se encontraban invisibilizadas para las personas externas a la relación o familia”, explicó la psicóloga.

Además, agrega que, “en cuarentena se convive constantemente tanto con la familia como con la comunidad (…) por lo que la vida en general de las personas se ha hecho mucho más visible para el resto de las personas, quedan al descubierto situaciones de violencia que quizás antes sólo ocurrían dentro del dormitorio, cuando los hijos e hijas se encontraban en el colegio o cuando todo/as lo/as vecino/as se encontraban trabajando. Actualmente queda poco espacio para lo privado, la convivencia con situaciones y contextos de violencia se hacen más intolerables, incluso para quienes no están siendo víctimas directas”.

En segundo lugar y más importante aún para Veas, se encuentra “la sensibilización transversal que se ha hecho desde el 2018-2017 respecto a la violencia de género, tanto a nivel territorial, desde organizaciones feministas o diversos actores institucionales que han optado por promover una cultura sin violencia”.

El hecho de que estos temas se hayan posicionado sobre la mesa, que se hablen a través de diversos canales comunicaciones, en redes sociales, en los medios y en general en las conversaciones, sobre todo de las nuevas generaciones, ha visibilizado temas que antes no se hablaban, como lo es la violencia de género, la violencia en la pareja, la necesidad de que exista consentimiento  en una relación sexual, qué actitudes y conductas corresponden a acciones que violentan y transgreden.

Todo esto “abre un espacio subjetivo para que las personas comiencen a problematizar sus propias experiencias, pero también las de su entorno. Sin esa problematización y conciencia de las dificultades y barreras de género que atravesamos las mujeres no se darían tantas consultas específicas de terceros por violencia de género”, connotó.

La barrera tecnológica

Según la experiencia de la psicóloga en la consultoría, los testigos que más llaman suelen ser de mujeres jóvenes que necesitan orientación para ir en ayuda de sus madres y/o amigas que se encuentran en situación de violencia actual. “También hemos tenido muchas consultas de mujeres que han tenido noticias de otras mujeres de su comunidad o edificios que están en situaciones de violencia y que desean participar o formar grupos de apoyo”.

En este sentido coincide también la abogada de Miles, Javiera Canales, puesto que por ejemplo, las hijas que ven como sus madres sufren violencia pueden ser víctimas por conexión, “las hijas que ven como el padre o el padrastro violenta a sus madres y la violencia sexual, que puede ser nuevamente las hijas, como pueden ser amigas que saben de un relato de otra amiga de violencia sexual y que esa amiga se encuentra paralizada o en shock para hacer el proceso de denuncia”, explicó.

En este sentido, las hijas tienen mayor posibilidad de buscar ayuda tecnológicamente, las nuevas generaciones tienen menos barreras tecnológicas y están mucho más sensibilizada con la violencia de contexto de pareja que las madres o que sus abuelas. En ese sentido, “para una mujer buscar un abogado, por ejemplo, es algo súper lejano. No se pueden imaginar haciéndolo. Muchas veces, para mujeres que rondan los 60 años entrevistarse con una abogaba por una videoconferencia y que eso sea gratuito es algo impensable”, explicó la abogada, quien además agregó que, “las hijas sí manejan redes sociales como Instagram, Facebook y se dan cuenta que hay un montón de redes feministas que pueden brindar esta ayuda gratuitamente”.

¿Qué hacer si eres testigo de violencia de género?

Desde la consultoría de la agrupación, lo primero que se recomienda, es que, si son personas familiares o cercanas, acompañarlas en el proceso para que puedan problematizar la situación de violencia en vez de exigir o culpar por no poder terminar a relación de violencia. Ya que el objetivo es evitar que las acciones sancionadoras las intimide y provoquen que la víctima se aísle, quizás más de lo que ya está, ya que eso la dejaría más en riesgo.

“Es importante otorgarles autonomía a las víctimas, porque todas las tienen procesos y tiempos distintos, lo que para uno puede ser muy urgente que denuncie, para los tiempos de una persona que está viviendo en primera persona la violencia, son completamente distintos”, explica Canales.

En ese sentido, acoger la denuncia, escuchar activamente, no intervenir su relato, dejar que hable, que se tome las pausa que necesita y acoger activamente sin juzgar en lo principal y después orientar, por ejemplo, ayudar a buscar información, “pero siempre que sea la víctima la que tome la denuncia. Es ella la que debe hacerse cargo de su proceso, porque por mucho que nosotras queramos ayudar, las amigas, las familiares, quien va a tener que declarar en un juicio o quien va a tener que ser sujeto de pericias va a ser la víctima. Trabajar desde una perspectiva de género también implica respetar la autonomía de las mujeres”, sentenció la abogada.

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