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Gordofobia: una intersección entre el racismo y la misoginia BRAGA Créditos: Instagram Lizzo

Gordofobia: una intersección entre el racismo y la misoginia

Antonia Sepúlveda
Por : Antonia Sepúlveda Periodista en El Mostrador Braga.
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Sara Baartman fue una mujer negra, esclavizada y exhibida en ferias europeas durante el siglo XIX, donde la obligaban a prostituirse. El cuerpo de Sara fue tratado como atracción de circo en Londres y París, donde las personas pagaban por ver su cuerpo de ‘abominación’, al ser una mujer racializada y “gorda”. Este hecho demuestra que la gordofobia y los estereotipos hacia los cuerpos diversos es una temática que desde hace años resuena en nuestra sociedad y que incluye componentes de racismo. Según detalla en conversación con El Mostrador Braga, la organización Afroféminas, “la violencia estética se ejerce sobre las personas gordas y racializadas. Los dos se salen del cánon supremacista blanco”.


«Si ustedes creen que necesitan más tallas, yo creo que lo que necesitan es comer menos, ¿ya?», declaró la ex miss Mundo, Cecilia Bolocco, en su live de Instagram la semana pasada. El hecho se dio luego de que una seguidora le pidiera tallas XXL en su colección de ropa, a lo que la presentadora añadió que “haga un ayuno intermitente, alguna cosa, porque tan grande no… Entradita de carne es rico, porque incluso a muchos hombres también les gusta”. 

La declaración generó amplias críticas hacia la diseñadora, generando toda una discusión en torno a la gordofobia y los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).

Según estudios de la Universidad Católica, durante la pandemia los TCA alcanzaron un aumento del 30%. En Chile el riesgo de padecer TCA en los adolescentes fluctúa entre un 7,4% y 12%, con mayor prevalencia en mujeres. 

“El discurso de Cecilia Bolocco es gordofóbico y no cuenta con un argumento médico. Validar los cuerpos solo basándose en la talla de una prenda o el gusto de los hombres es irresponsable y trae consecuencias para las miles de personas que la escucharon” declaró a través de su Instagram, la ONG “la Rebelión del Cuerpo”. 

La historia de la gordofobia es la historia de racismo

La gordofobia es el terror patológico a la gordura o prejuicio y discriminación contra las personas gordas. El concepto fue teorizado por primera vez en 1998, en el declive de la heroin chic y en el surgimiento de la modelo talla doble cero. 

No obstante, los orígenes de este discurso odiante no solo se centran en las personas gordas. Según la socióloga e investigadora estadounidense, Sabrina Strings, descubrió que la gordofobia se encuentra fundamentada en el racismo

Sus orígenes se remontan a la época colonial, según Strings en los años 1700. Los colonos blancos afirmaban que la gordura era propia de los cuerpos negros para recalcar la supremacía blanca, basada en la categorización social donde intersectan múltiples categorías como género, raza y clase. Ahora además, corporalidad. 

Según Strings, “la sociedad sugiere, desde la época de la esclavitud, que los cuerpos esbeltos, sobre todo de mujeres blancas, son válidos. Pero los cuerpos gordos, especialmente cuerpos gordos de personas negras, son denigrados”. 

La activista y creadora de contenido afrofeminista, Mercedes Argudin, dice en conversación con El Mostrador Braga que, “el patriarcado se compone de varias aristas, que se relacionan entre sí. Un ejemplo de ello son gordofobia y racismo, que cuando se unen pueden tener consecuencias que son letales. Tal es el caso de Sara Baartman”.

Baartman fue una mujer negra, esclavizada, exhibida en ferias europeas donde la obligaban a prostituirse a principios del siglo XIX hasta el día de su muerte. Ese tipo de prácticas fueron muy comunes durante la época de la esclavitud y justificadas por la corriente de racismo científico. El cuerpo de Sara fue tratado como atracción de circo en Londres y París, donde las personas pagaban por ver su cuerpo de “abominación”, específicamente para ver su trasero “exhuberante” y negro, el cual era un cuerpo normal en las mujeres de la población indígena o africana a la cual ella pertenecía, los khoikhoi. 

Sara falleció en 1815, pero “ella pudo descansar recién en 2002 y no antes, porque sus órganos continuaron en exhibición incluso después de que ella falleciera”, agrega la activista.

Misoginia y cultura de la dieta

Por el contrario, en el Renacentismo mientras más gorda era la mujer, más bella. Esto, debido a que era una muestra de salud y opulencia. 

No obstante, el racismo y el Renacentismo fueron colindantes, pero la moda de las cinturas pequeñas, masificada por monarcas durante el XIX en Europa, es la norma predominante hasta la actualidad. 

Ambos cánones, impuestos por hombres.

Mercedes puntualiza en que “la gordofobia y el racismo son herencia de la colonización. Eso nos habla de una violencia estructural, y es parte del sistema en el que vivimos. Hace poco fue 25N y creo que una violencia importante contra la mujer es la violencia estética y simbólica ejercida por los medios de comunicación, que nos han maleducado, que también se debe a esta presión estética eurocéntrica que hay en Chile”.

En esta misma línea, Afroféminas, medio de comunicación afrofeminista, concuerda con que “la violencia estética se ejerce sobre las personas gordas y racializadas. Los dos se salen del cánon supremacista blanco”.

Asimismo, muchas veces escuchamos que esta preocupación por los cuerpos ajenos se oculta tras una “preocupación por la salud”, ¿pero qué se puede decir de la salud de las personas según cómo lucen?

El índice de masa muscular (IMC), obsoleto y patriarcal, fue inventado por un hombre. Este índice, comenta la nutricionista con enfoque inclusivo respecto al peso, María Jesús Ramos, “es una fórmula que relaciona el peso y la estatura, nada más. No diferencia por sexo, edad, etnia y mucho menos composición corporal. De hecho, esta fórmula fue creada en 1800 para evaluar poblaciones, y solo fue validada en hombres”.

La cultura de la dieta, ha significado por años la expresión máxima de gordofobia. Creando un sistema de estrategias para mantener a las personas, en su mayoría mujeres, delgadas. Según nutriólogos, este sistema implica efectos nocivos para el organismo y la salud mental, siendo un importante detonante de los desórdenes alimenticios.

“La cultura de dietas nos lleva a tener conductas alimentarias restrictivas, sentimientos de culpa al comer, medidas compensatorias, conductas obsesivas por la alimentación, atracones, purgas y más. También, podemos ver cómo nos afecta desde lo social, dejamos de asistir a eventos o limitarnos a juntarnos con amigos por la disponibilidad de comida. Nos puede llevar a tener una mala relación con el ejercicio, siendo la única motivación el bajar de peso o modificar el cuerpo, más que realizarlo como una conducta saludable. Y bueno, para qué hablar de los problemas a nivel de imagen corporal y la relación con el cuerpo. Hacemos cosas para adelgazar que son realmente dañinas para el cuerpo, pero lo vemos como una medida de ‘cuidado’, incluso podemos llegar a sentir que odiamos nuestro cuerpo. No nacimos odiando nuestro cuerpo, ni tampoco restringiéndonos la comida. Nos enseñaron a hacerlo”, agrega la profesional.

“Big grrrls”, es el nombre del reality de la cantante afroestadounidense, Lizzo. Una artista negra y gorda, que ha explotado durante los últimos cuatro años debido a sus letras de empoderamiento femenino y amor propio. En el reality en cuestión, la compositora recluta a bailarinas midsize y gordas, empoderando a mujeres que sobrepasan la talla 40, validando y celebrando la diversidad corporal. 

Para Mercedes, la misoginia “se encarga de fetichizar los cuerpos gordos, ‘exóticos’, vistos como un producto, pero figuras como Lizzo, combaten este modelo imperante” para revertir ideas preconcebidas y reeducar en el amor propio, el antirracismo y el feminismo. 

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