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Llega «La historia fue otra», las amenas y desgarradoras memorias de Carmen Hertz El libro será presentado el próximo martes 21 de marzo

Llega «La historia fue otra», las amenas y desgarradoras memorias de Carmen Hertz

La destacada abogada de Derechos Humanos y de la Vicaría de la Solidaridad relata en este libro su historia personal y la de miles de chilenos enfrentados a la represión de la dictadura militar. Será presentado por su colega y crítica literario Camilo Marks y la diputada comunista Camila Vallejos.


Un libro ameno, de fácil lectura, lleno de anécdotas y la historia dulce y agraz de las últimas décadas es «La historia fue otra», de la abogada Carmen Hertz.

La obra abre una brecha en la historia oficial del país para recordarnos ese «otro relato» que se dejó en las sombras, el de los miles de chilenos que primero se empaparon de la pasión revolucionaria en los años 60 y 70, y luego lucharon contra la dictadura con las armas que tenían a su alcance: la inteligencia, el profesionalismo, la obstinación y hasta el heroísmo, pues muchos dieron su vida por la recuperación de la democracia.

«Este libro pretende ser una suerte de crónica de lo que vivió mi generación, la de los sesenta», explica la autora a Cultura + Ciudad.

«No es exactamente la ‘historia de mi vida’ sino un relato de los hechos que me tocó protagonizar o de los que fui testigo. Quise dejar testimonio de lo que fueron nuestros anhelos en los sesenta, de lo que animó al gobierno del presidente Allende, de la larga noche de la dictadura, del papel fundamental del Comité Pro Paz y la Vicaria en la defensa de los perseguidos y por tanto en la resistencia antidictatorial, la lucha del movimiento popular, mi juicio sobre la transición , los obstáculos para instalar la verdad, justicia y memoria como bienes políticos y éticos durante la transición y hasta ahora», agrega.

La presentación de estas memorias se realizará el próximo martes 21 de marzo a las 19:00 horas en Casa O de Lastarria (Villavicencio 395, Santiago Centro), con la participación de dos invitados de lujo: el abogado y crítico literario Camilo Marks, con quien Hertz trabajó en la Vicaría de la Solidaridad, y la diputada comunista Camila Vallejos.

Los años 60 y la UP

Hija única de un abogado conservador de origen alemán y de una mujer de derecha, Hertz se crió en Providencia en el seno de una familia que le brindó máximos cuidados. Un mundo cerrado que se abrió cuando ella terminó el colegio en un liceo fiscal y luego ingresó a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile.

Allí Hertz, según nos cuenta, hizo su ingreso al mundo de la militancia. Polola de José Miguel Insulza en la Escuela de calle Pío Nono, se casaría primero con un militante del MIR, un grupo al cual también pertenecería y cuyos popes conoció personalmente (Miguel Enríquez, Luciano Cruz), y luego con un ex compañero de facultad de origen húngaro y jefe de redacción del diario El Siglo, Carlos Berger, ya en plena Unidad Popular. Un joven comunista buena persona, sin dogmas y abierto de mente, que adoraba a su madre.

En la época de Allende, Hertz se desempeñó como abogada de la Corporación de la Reforma Agraria, donde entró en contacto con el mundo campesino, mientras vivía en la Villa Frei de Ñuñoa. En 1972 nació Germán, el hijo de ambos.

«A mí lo que más me impresionaba era ver la dignidad de los campesinos y, también en esa época, de los trabajadores urbanos», escribe Hertz sobre un tipo de obrero que protagoniza el documental «La batalla de Chile» de Patricio Guzmán, gente que «trabajaba mucho y sentía estar haciéndolo para el colectivo, no para alguien que se aprovechaba de ellos».

«Nunca más he conocido y he visto personas del mundo popular con el nivel de dignidad que existió en la época de la Unidad Popular, nunca más», prosigue. Un contraste con el país de hoy, donde «la petición de subsidios es la impronta y el alegato personal, la tónica».

Imbuida en el espíritu de la época, señala que «mirado desde la distancia, tuvimos una enorme dosis de ingenuidad, pero por sobre todo, tremendas dosis de compromiso social y una profunda convicción de que debíamos dar todo por los demás».

Unas palabras que hoy, en el Chile neoliberal, suenan a otro planeta. «Yo estaba convencida -igual que toda la gente con la cual andaba y me relacionaba- de que íbamos a cambiar el mundo».

El golpe y una noche larga

A fines de julio de 1973, Berger recibiría la instrucción de hacerse cargo de las comunicaciones de Cobre Chuqui, el centro de producción más importante del país. La pareja se instaló, de forma provisional, en Chuquicamata.

Su marido fue detenido el mismo día del golpe militar y trasladado a la cárcel de Calama. Poco después, fue una de las víctimas de la Caravana de la Muerte. Sería sólo el comienzo de una noche larga.

Hertz inició entonces una resistencia de décadas con el fin de esclarecer los hechos y exigir verdad y justicia en un país primero controlado por una dictadura brutal y luego entregado a una democracia en la que quedaron instalados el miedo y la justicia «en la medida de lo posible».

La narración de esa insistencia contra viento y marea es magistral, en especial la descripción del trabajo en la Vicaría de la Solidaridad, la organización de la Iglesia que defendió a los perseguidos y en donde sacerdotes y abogados -al alero de un hombre de gran estatura moral como fue el cardenal Raúl Silva Henríquez- lograron generar una auténtica escuela de los derechos humanos, cuyos métodos fueron adoptados incluso por Naciones Unidas.

Un trabajo silencioso pero de una relevancia enorme, que le permitió al país recuperar la dignidad y a sus ciudadanos mirarse a la cara tras el horror de lo ocurrido.

«La historia fue otra es una suerte de catarsis que, no exenta del humor incisivo de la autora, nos hace ver el pasado con claridad al tiempo que nos permite recuperar la confianza en el género humano», señala la reseña editorial. Sin duda un libro que merece la mayor de las atenciones.

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