Publicidad
Libro «Servicio secreto chileno en la Guerra del Pacífico» La crítica de libros de actualidad de Gonzalo Rojas Sánchez

Libro «Servicio secreto chileno en la Guerra del Pacífico»

Cuando comencé a leer el libro de Guillermo Parvex pensaba en un servicio “que nunca existió” o del que sólo tenía vaga noticia por estar implicado en la trama de Adiós al Séptimo de línea. ¿Servicio secreto chileno? Ficción, pensaba.


Es desagradable, pero hay que aceptarlo: las guerras   -esas lamentables manifestaciones de la debilidad humana-   se ganan desde la inteligencia.  Quienes piensan que son fuerza bruta y pura brutalidad, no han leído lo suficiente sobre el tema o no han logrado asimilar cuánta neurona se pone en juego en cada conflicto.

Desde los altos mandos hasta el simple jefe de escuadra, el cacumen está siempre puesto a prueba y por mucho estudio de estrategia y de táctica que se haya incorporado, la inteligencia práctica del que da una orden terminará siendo decisiva. Lo entiende todo conscripto desde su servicio militar, como le sucediera al suscrito por allá por 1969; lo evalúa todo militar al estudiar el resultado de las decisiones efectivamente ejecutadas.

Pero hay otra dimensión de la inteligencia en periodos de guerra que no es posible valorar y muchas veces, ni siquiera resulta factible conocer: los servicios secretos, los servicios de… inteligencia.

Recuerdo haber leído décadas atrás El hombre que nunca existió, aquel magnífico relato sobre un invento británico para inducir a error a todo el aparato militar alemán, por allá por 1943.

Cuando comencé a leer el libro de Guillermo Parvex pensaba en un servicio “que nunca existió” o del que sólo tenía vaga noticia por estar implicado en la trama de Adiós al Séptimo de línea. ¿Servicio secreto chileno? Ficción, pensaba.

Seguramente al autor la lectura de Inostrosa le abrió el apetito, quizás muchos años atrás, quizás al repasar hace poco la épica del Esmeralda. Y el apetito quedó bien satisfecho, porque Parvex se implicó en una apasionante investigación que arroja un resultado excelente: prosa llana y directa, documentos abundantes en detalles sabrosos, personajes reales como si fueran de ficción   -¿de eso se tratan lo servicios secretos, no?-   en fin, valoración ponderada de los méritos que tuvo una actividad tan amateur como patriótica.

Diplomáticos, profesionales, militares, políticos, todos colaborando con la causa común de obtener información de primera mano, interpretarla  -a veces cifrarla para el telégrafo-  y enviarla a Chile. Extranjeros verdaderos, extranjeros falsos y chilenos muy amigos del Perú, todos estuvieron implicados en saber de cuántos cañones estábamos hablando o cómo se podían frustrar importantes compras bélicas del vecino del norte.  Y todo esto realizado no sólo en Perú o en Bolivia, sino en otros numerosos “teatros de operaciones de la inteligencia”, tanto en el resto de América como en los Estados Unidos y Europa.

Guillermo Parvex ha dado un paso desde la recuperación fidedigna de una gran crónica como es Un Veterano de tres guerras a una auténtica y muy valiosa investigación histórica.

Guillermo Parvex, Servicio secreto chileno en la Guerra del Pacífico, Penguin Random House, Santiago, 2017, 300 páginas.

Gonzalo Rojas Sánchez. Profesor universitario

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias