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Exposición «Cosas que duelen» de Dagmara Wyskiel en Espacio O Fotograma de la obra «Este día vimos el volcán» de Dagmara Wyskiel

Exposición «Cosas que duelen» de Dagmara Wyskiel en Espacio O


Dagmara Wyskiel habla de las Cosas que duelen 

  • En Espacio O, Villavicencio 395, 3er piso, Barrio Lastarria. Metro Universidad Católica.
  • Hasta el 19 de junio. Lunes a domingo 14:00 a 20:00 horas.
  • Entrada liberada.

Cosas que duelen es un conjunto de seis piezas que aluden de una u otra forma a la idea del dolor que todas las personas sienten y frente a la cual amoldan su propia existencia. Dentro de este trabajo, Dagmara Wyskiel aborda temáticas complejas,  contingentes y atemporales, a través de su círculo más íntimo, de su familia, en una muestra donde se ven involucrados también sus dos hijos, su abuela y su tía.

Dos videos postapocalípticos, dos obras fotográficas, ambas con su hija, una como Christo y otra como heredera neotribal, además de dos piezas objetuales -una con pastillas anticonceptivas y otra con dientes- forman parte de la exhibición Cosas que duelen, que la artista polaca radicada en Chile, Dagmara Wyskiel, trae a Santiago luego de su primera apertura en Antofagasta en diciembre del 2018.

Sobre los motivos que la llevaron a dialogar en torno a esta temática, la artista señaló: “Hablar de dolor en todas sus capas como experiencia humana inevitable, es recordar que todos somos vulnerables. Ser incapaz de sentir dolor, es considerado inhumano. Desde allí te involucro emocionalmente, desde la empatía y la experiencia propia”

Con respecto al conjunto de obras elegidas para Espacio O, dijo que “Es un espacio autodefinido que ha logrado un sello inconfundible en el mapa de lugares que apuestan por la visibilidad de la producción actual. Tengo la expectativa que esta particular conjugación de piezas muy diversas -tanto formal como conceptualmente- conecte al público con la idea principal y con sus propias experiencias”.

Como si fuera un monolito, en medio de la sala se encuentra Concentrado de tiempo, una bola de resina que convierte en fetiche el concentrado de cobre, un material altamente contaminante acoplado por la empresa KGHM en un galpón del puerto, en el centro de Antofagasta. Con una especie del mal que no se ve, pero todos saben que existe, el objeto habla de enfermedades y muertes incluidas en un cálculo económico. Es un fetiche estético que busca atrapar, pero también darle forma a aquello que no se puede ver o tocar.

Obra «Pietá»

No son los ojos, sino el oído lo que hace voltear hacia la derecha para encontrar A mi mamá no le gustó el campo. La pieza de video conlleva recuerdos de la tía de la artista, Magdalena Mydlarz, de 78 años. Las escenas de profunda infancia vivida bajo la ocupación nazi en Polonia, el bombardeo de Varsovia y la posterior entrada del Ejército Rojo, se mezclan en el relato con la historia familiar. Cuatro mapamundis están desapareciendo arrasados por agua, fuego, tierra y viento. La visión apocalíptica no solamente alude a la II Guerra Mundial, sino también a los riesgos actuales.

Pietá cita a una obra clásica, explora una escena bíblica de dolor y de sacrificio, reemplazando la figura del hombre adulto por una niña, para cuestionar el esquema madre-hijo, comprendido como el paradigma edipiano de la maternidad, el dúo trágico y perfecto. Al eliminar el elemento masculino del cuadro, la dupla pasa a ser uno, en dos cuerpos, en dos diferentes momentos de tiempo cronológico, en la complicidad del sacrificio, del dolor y de la vida.

El juego de joyas Mi Sangre está ubicado a ambos lados de la sala. Las piezas dentarias constituyen uno de los tejidos más resistentes del cuerpo mamífero. La muela del juicio (en polaco muela de la sabiduría) se encuentra en proceso de atrofia; ya no la necesitamos más. Al fondo de la boca, constituye un patrimonio vivo de lo que fuimos, antes de la era del tenedor y el cuchillo. Lo que el cuerpo expulsó, al igual que los dientes de leche, la artista recupera para revestirse con el origen de sí misma y el de sus hijos. Es autosuficiente, no necesita de piedras ajenas, rescata elementos que mantienen su ADN y pertenecen a su más íntima historia, unidos por el cobre.

Obra «Mi Sangre»

El rosario y las pastillas anticonceptivas tienen mucho en común, no solamente por su forma. Protegen contra lo no deseado, entregan la convicción de estar a salvo. Introducen un rito diario, exigiendo un cumplimiento riguroso del ciclo, que al terminar parte de nuevo. Con el paso de las generaciones, los rosarios fueron reemplazados por las pastillas y los sacerdotes por los médicos. Pero la esencia quedó intacta. El fenómeno del real funcionamiento del sistema implementado no debe ser la preocupación de la fémina. En ambos casos, tanto el místico como el científico, no se exige a la mujer entender, solamente aplicar. Y ya sea ingesta de pastillas o de Aves María, Sana Fe(menina) evidencia la transversal manipulación.

La exhibición culmina al otro lado de una cortina con la proyección de Este día vimos el volcán. En la nada, sin adultos, dos niños intentan encontrar respuestas a sus inquietudes. Caminan por un paisaje descampado, sin apuro. Descansan sentados en el medio de la carretera o debajo de las torres de alta tensión. Nos hacen cuestionar la adultez, hablando de la vida y la muerte, el conocimiento y la pérdida y los mensajes que llegan en botellas de vidrio. Es una visión post apocalíptica que pretende replantear los esquemas de relaciones interhumanas, mirando hacia el vacío, o hacia el pasado.

Cosas que duelen se exhibirá en Espacio O, Villavicencio 395, 3er piso, Barrio Lastarria, Santiago, desde el lunes 27 de mayo hasta el miércoles 19 de junio, abierto toda la semana desde las 14:00 a las 20.00 horas y con entrada liberada.

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