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Comisionado de la OEA y los ‘soldaditos’ de El Mercurio: “Los países deberían adoptar una legislación más fuerte para combatir los discursos de odio, racismo, discriminación” PAÍS

Comisionado de la OEA y los ‘soldaditos’ de El Mercurio: “Los países deberían adoptar una legislación más fuerte para combatir los discursos de odio, racismo, discriminación”

Silvia Peña Pinilla
Por : Silvia Peña Pinilla Periodista de El Mostrador.
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El Comisionado de la OEA para el monitoreo y combate contra el antisemitismo, señala que acciones como la del Club de lectores de El Mercurio, que promocionaba y vendía en su sitio web figuritas de oficiales Nazi de la Segunda Guerra Mundial, “es algo chocante. No se puede imaginar que alguien tenga interés en divulgar este tipo de cosas.(…) Hiere sensibilidades de mucha gente. Hay sobrevivientes entre nosotros, hay descendientes de víctimas del Holocausto”.


Tras dos años suspendido por la pandemia, el acto por el 28 aniversario del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) regresó a las calles, el pasado 18 de julio, bajo el lema: “Volvamos a Pasteur”. Miles de personas se reunieron en las calles de Buenos Aires para reclamar justicia y homenajear a las víctimas (85 muertos y más de 300 heridos). Asociaciones de todo el mundo, y en especial las de Chile, participaron a la distancia del acto. Entre los asistentes estaba el abogado constitucionalista brasileño y Comisionado de la OEA, para el monitoreo y combate contra el antisemitismo, Fernando Lottenberg.

Lottenberg es una voz reconocida en el mundo y en especial en las Américas como defensor de la democracia y los derechos humanos. Ha sido presidente de la Federación de Comunidades Judías de Brasil y actualmente es miembro del Board of Trustees del Instituto de Asuntos Latinoamericanos y Latinos del American Jewish Committee.

Su papel en la OEA es promover los esfuerzos en el hemisferio Occidental para combatir la discriminación y el odio.

Por ello, recibió con preocupación la noticia de que el periódico chileno El Mercurio, a través de su Club de Lectores, promocionara estas figuritas. Antes de que fuera bajada la página la descripción señalaba que “las réplicas del Untersturmführer de las SS se pueden adquirir por $ 2.690 para socios del Club de Lectores y por $2.990 par público general. Stock disponible: 129”.

Al respecto Fernando Lottenberg dice: “Es algo chocante. No se puede imaginar que alguien tenga interés en divulgar este tipo de cosas. Lo que más llama la atención es que no es primera vez que este grupo de comunicación publica cosas similares. Ya pasó con un perfil realizado a Herman Göring (fundador de la Gestapo y sucesor de Hitler) hace unos meses (octubre 2021, a raíz de que se cumplían 75 años de su muerte) a página completa en El Mercurio. Lo preocupante es que el artículo no traía una crítica o aprendizaje histórico. Era algo muy normalizado”.

Señala que justamente lo que pone la alerta es que se normalice este tipo de conductas y publicaciones. Ya el mismo medio de comunicación había publicado bajo el título “La misión de paz del nazi Rudolf Hess” un reportaje de una página sobre el viaje del jerarca a Escocia para negociar la paz con el Reino Unido.

“Igualmente, hace unas semanas, Las Últimas Noticias, que es del mismo grupo, llevó un anuncio con el estereotipo del judío con dinero. Llama la atención, y es algo muy preocupante, que se haga ese tipo de cosas tan livianamente, sin tomar en cuenta lo que puede provocar. Hiere sensibilidades de mucha gente. Hay sobrevivientes entre nosotros, hay descendientes de víctimas del Holocausto. No puedo imaginar lo que es para una persona ver algo así en un diario de su ciudad, de su país”, agrega el Comisionado.

—¿Se comunicó con la dirección del medio?

—Todavía no. En la medida que sea necesario lo haré. Fui a la web y lo habían sacado. Estaré atento a cómo se desarrollan las cosas para ver si es necesario una intervención más fuerte.

 

Educación y legislación contra el odio

Explica que la naturaleza del antisemitismo hoy está identificada en tres corrientes: “Está el antisemitismo tradicional que todos conocemos, el de extrema derecha, ahí puede caber el caso de la figurita de El Mercurio. Hay que tener en cuenta que nuestra región fue parte de la ratline, la ruta de los nazi escapados de Alemania, de Austria. Varios jerarcas nazi llegaron a esconderse en Brasil, Chile, Argentina, Bolivia. Imagine que en los años 30 y 40 el partido Nazi de Brasil era el más grande fuera del Reich. Y se agrega un componente con la presencia de los tribunales de la Inquisición, que estuvieron aquí por más de tres siglos, y eso contribuye. También tenemos un antisemitismo que viene de la izquierda con una máscara de antisionismo, que responsabiliza a las comunidades de lo que pasa en Medio Oriente. La demonización y/o desligitimación del Estado de Israel que se extiende para las comunidades judías como si fueran responsables de lo que pasa ahí. Y el tercer vértice de este fenómeno es el fundamentalismo islámico. En Argentina tuvieron la triste experiencia de la embajada y AMIA, en Europa los atentados de Toulouse, en París o Bruselas. Estas tres corrientes convergen en este movimiento antisemita, por lo que se hace necesario crear esta función en gobiernos y en organizaciones internacionales”.

—¿Por qué en el siglo XXI subsiste esta aversión hacia los judíos?

—No hay una razón objetiva. Los judíos son muy pocos en el mundo, unos 14 millones, pero lo que tienen en común los de extrema izquierda, derecha y islámicos es la teoría de la conspiración. Señalan que los judíos tienen el control —de la prensa, los bancos, el Covid…— dicen que están fabricando las vacunas para ganar plata. Hay muchos mitos: que los judíos envenenan pozos de agua, mataban niños cristianos y hoy matan niños palestinos. Los mitos se van reciclando con una nueva cara para adaptarse a los tiempos, pero es algo que permanece. Ahora con las redes sociales esto se exacerba.

—¿Cómo se combate el antisemitismo?

—Tengo muchas cosas para hacer durante mi mandato. Una sería la adopción por parte de los países de la región de la definición de antisemitismo de la IHRA (Asociación Internacional para el recuerdo del Holocausto). Es muy simple, con ella la gente pueda identificar cuando se trata de antisemitismo con ejemplos prácticos. Varios países de la región ya adoptaron esa definición. Cuando estuve en Chile, en diciembre, lo hablé con la subsecretaria de DDHH para impulsar esto, pero hasta ahora no tengo noticias de que Chile lo tenga adoptado. Otra cosa es educar a las nuevas generaciones sobre lo que fue el Holocausto, la persecución de los judíos y otras minorías. Además, los países deberían adoptar una legislación más fuerte para combatir los discursos de odio, racismo, discriminación. Y esto debe incluir a indígenas, afrodescendientes, comunidades disidentes, a cualquier minoría amenazada. Un balance de educación y legislación puede ser un camino para aminorar el ataque, porque gente racista y antisemita siempre habrá.

Destaca que la Unesco tiene un sitio de educación con el consorcio judío que funciona cada vez que alguien publica algo sobre antisemitismo, “entonces las redes recomiendan al lector que se dirija al sitio para tener información de calidad. Esta es una acción concreta de educación”, afirma Lottenberg.

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