El cuadro colombiano, marcando en toda la cancha y ahogando la salida, se impuso claramente por 3 a 0 y dio, de paso, toda una lección de humildad a los jugadores del Cacique. A ratos parecía un partido entre un cuadro profesional y otro de “viejos cracks”.
Fue, claramente, un papelón. Porque en un grupo tan competitivo como el 1 de la Copa Libertadores, está visto, cualquiera le puede ganar a cualquiera. Sin embargo, la forma como Independiente de Santa Fe de Colombia venció por 3 a 0 a Colo Colo fue tan contundente, tan amplia y tan apabullante, que la derrota del Cacique no puede merecer otro calificativo.
Colo Colo llegaba a este partido como puntero del Grupo 1 y precedido de un triunfo en Guadalajara, frente al Atlas, que no tardó en producir un optimismo más que desbordado, y lo que es peor sin base alguna, entre varios de los jugadores albos, que se apresuraron a declarar que un buen objetivo sería llegar entre los cuatro mejores del certamen. En otras palabras, alcanzar al menos la fase de semifinales.
Lo de anoche fue un cachetazo, un baño de humildad que ya a nivel casero Colo Colo había sufrido, tras caer como dueño de casa en jornadas sucesivas frente a Unión Calera primero y frente a Cobresal después. ¿En qué había quedado el mejor equipo del campeonato, como declaró semanas antes Emiliano Vecchio? Reducido a un equipo limitado para aspirar a ganar la competencia local y que, a nivel internacional, tiene muy poco que hacer jugando a 20 kilómetros por hora y con un trámite tan previsible, que cualquiera lo anula con el simple expediente de marcar aplicadamente a sus escasas figuras realmente destacadas.
Independiente de Santa Fe, que al parecer tenía bien estudiado a Colo Colo, salió a marcarlo desde la salida, impidiéndole esa posesión de balón de la que tanto alardea el técnico Héctor Tapia y que podrá servirle frente a rivales poco advertidos, pero no frente a un cuadro que, como el colombiano, apretó en toda la cancha, lo que provocó una y otra vez el error de los jugadores albos, evidentemente incómodos frente al “pressing” que el cuadro colombiano proponía, y que merced a su superior dinámica impuso una notoria supremacía numérica en todo el terreno.
Frente a un cuadro aplicado, mucho más dinámico y veloz, el toquecito lateral e insulso de Colo Colo resultó del todo intrascendente. Sus jugadores no eran capaces de prevalecer en el mano a mano y perdían mucho más que ganaban en las pelotas divididas. Sin exagerar: por momentos parecía el enfrentamiento de un equipo profesional contra otro de “viejos cracks”.
Colo Colo sufre, además, una clara “Paredes dependencia”. En otras palabras, si su único delantero destacado no está en su noche, o no es bien habilitado, como ocurrió en esta oportunidad, el Cacique queda reducido a una mínima expresión futbolística. Mucho menos es capaz de producir ofensivamente cuando ese delantero juega tan solo y tan aislado como se vio frente a los colombianos.
Dos minutos antes de la apertura de la cuenta, el Pajarito Valdés había perdido una pelota en la salida que obligó a Villar a extremar recursos para ir al piso. Fue todo un anticipo de lo que vendría, porque a los 30’ falló el paraguayo Cáceres en el corte de una jugada y Páez, recibiendo absolutamente destapado por la derecha del ataque albo, se dio el lujo de desparramar defensores que apuradamente trataban de recuperar posiciones antes de meter el zurdazo bajo que dejó parado a Villar.
Se pensó que, en desventaja, Colo Colo encararía el segundo lapso de manera diferente, que disminuiría su exceso de volantes para poner al menos un delantero que acompañara al solitario Paredes, pero nada de ello ocurrió. Y al minuto de juego de la segunda etapa, llegó el golpe de gracia. La perdió Colo Colo luego de un córner a su favor y los colombianos llegaron en tres toques al área alba. Pérez, el armador argentino del Santa Fe, tras eludir con toda facilidad la recuperación que intentó Baeza, la puso en un rincón alto al que Garcés, quien había reemplazado en la primera etapa a Villar, no podía llegar.
Con el 2-0, y frente a un equipo que desnudó su absoluta impotencia, los colombianos se dieron un picnic. Tocaron y tocaron, llevando a la desesperación y al más absoluto desencanto a la hincha alba, que llegó al Monumental en gran número.
El Santa Fe aumentó a un lapidario 3-0 (cabezazo en solitario de Mina tras un tiro libre) y bien pudo convertir un par de goles más frente a un Colo Colo que ni anímica ni menos futbolísticamente tenía recursos para reaccionar.
Una noche negra, sin duda, la del cuadro albo. Que no sólo cayó catastróficamente, sino que además parece haber perdido a Villar y a Vecchio para el partido frente a Universidad Católica.
Jugando como anoche jugó, está claro, perder definitivamente su opción tanto en el Torneo de Clausura como en la Copa Libertadores parece ser sólo cosa de días.
PORMENORES
Estadio Monumental.
Arbitro: Darío Ubriaco (Uruguay).
Público: 35 mil espectadores, aproximadamente.
COLO COLO: Villar (44´, Garcés); Cáceres, Barroso, Vilches; Fierro, Baeza, Valdés, Beausejour; Vecchio (49´, L. Pavez); Figueroa (66´, Delgado) y Paredes.
INDEPENDIENTE SANTA FE: Castellanos; Anchico, Mina, Meza, Mosquera; Roa, Torres, Arias (78´, Perlaza); Pérez; Páez y Morelo (83´, Rivera).
GOLES: Páez (30´), Pérez (46´) y Mina (67´).
TARJETAS AMARILLAS: Baeza y Beausejor (CC); Roa, Arias, Páez y Morelo (Independiente Santa Fe).
