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La peor U de la Libertadores cayó en Guayaquil

La peor U de la Libertadores cayó en Guayaquil

Julio Salviat
Por : Julio Salviat Profesor de Redacción Periodística de la U. Andrés Bello y Premio Nacional de Periodismo deportivo.
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Con el 0-2 ante Emelec, terminó colista en su grupo y confirmó que está muy lejos del nivel que se exige en una competencia internacional. Las diferencias con equipos recientes, en cuanto a jugadores y a sistema de juego, es sideral.


Una previsible derrota por dos a cero ante Emelec, en Guayaquil, dejó a Universidad de Chile como colista absoluto del grupo 4 de la Copa Libertadores, culminación de un semestre funesto para el campeón vigente del fútbol chileno.

Desde que dio la vuelta olímpica en diciembre del año pasado, la U pareció olvidar todo lo que sabía y recién en los últimos partidos de la competencia local logró acercarse, al menos por los resultados, al equipo que tanto alegró a sus fanáticos.

Con el goleador Gustavo Canales ausente y el entrenador Martín Lasarte confirmado en el cargo por un año más, los azules dieron en el Estadio George Capwell otra muestra de sus debilidades. Aunque en la competencia local aparece como un equipo respetable, en la arena internacional asoma como un equipo muy pobre. Sin una propuesta definida, sin figuras de jerarquía ni valores desequilibrantes, desarrolla un juego lento, inconexo y predecible que deja la sensación de que sus adversarios son verdaderas potencias. Y, en realidad, son escuadras de muy mediano nivel. En esta aventura copera, la U solamente le ganó al The Strongest boliviano en Santiago. Los cinco encuentros restantes los perdió. Y en algunos casos, por cifras rotundas.

TRISTE COMPARACIÓN

En la transmisión televisiva, antes del partido, el relator enfatizó que Universidad de Chile es el único equipo nacional que ha ganado en Quito y en Guayaquil, las capitales ecuatorianas del fútbol.

Eso puso en el tapete de inmediato la comparación de este cuadro, versión 2015, con los que lograron esas victorias. Por jugadores y por sistema de juego, las diferencias son gigantescas.

En el partido de este miércoles solamente hubo dos figuras rescatables en el conjunto azul: el arquero Johnny Herrera y el central José Rojas. Ambos estuvieron en el equipo que consiguió el único lauro internacional en la historia del «Chuncho»: la Copa Sudamericana.

El hincha azul ve jugar al lateral derecho Mathias Corujo, y sólo le ve una semejanza fonética en el nombre y en el hecho de haber jugado en Uruguay con Matías Rodríguez. Se va a la otra banda, mira a Joao Ortiz (que jugó bastante bien esta vez) y le levanta un altar a Eugenio Mena. En el centro observa a Benjamín Vidal, y comprueba que le falta mucho rato de titular para acercarse al rendimiento que tuvo (porque ya no lo tiene) Osvaldo González.

Y así puede ir siguiendo: aplaude las ganas con que juega Guzmán Pereira, y llega a la conclusión de que Esteban Aránguiz ponía las mismas ganas y jugaba harto mejor. Sigue los pasos de Sebastián Martínez, que es una buena promesa, y más echa de menos a Marcelo Díaz. A Brian Cortés no tiene para qué seguirlo: no habría tenido ninguna oportunidad en ese equipo.

Probablemente, tampoco la habría tenido Leandro Benegas. En cambio, Sebastián Ubilla habría sido tal vez un buen suplente de Eduardo Vargas.

Hay, por lo tanto, un nivel que los jugadores actuales están lejos de alcanzar. Pero también asoma una diferencia de sistema que deja muy deteriorada la imagen del equipo actual. Universidad de Chile es hoy un engendro que depende de los jugadores, a diferencia del que dirigía Jorge Sampaoli, que ofrecía un nivel similar con distintas alineaciones.

Más importante aún: ese equipo se sobreponía a marcadores adversos y situaciones que parecían lapidarias. Con cambios atinados dio vuelta encuentros que parecían perdidos y con preparaciones especiales cambió destinos que parecían inmutables, como la goleada a la UC para quitarle el título en el Apertura del 2011 o la revancha con Deportivo Quito, con el que perdió 1-4 en el primer partido y al que le endilgó un 6-0 en la vuelta, para pasar a cuartos de final en la Copa Libertadores de 2012.

Al cuadro de esta temporada le cuesta mucho sobreponerse a contrastes iniciales. Le hacen un gol y se desajusta.

Lo ocurrido en Guayaquil, entonces, no puede sorprender. La U llegó cinco veces con peligro al cercanías del arco de Emelec. El conjunto ecuatoriano exigió o asustó al arquero azul en QUINCE ocasiones.

Esa fue la diferencia. Y eso explica que los azules hayan cumplido la peor campaña en la Copa Libertadores desde que debutó en 1960.

PORMENORES:

Cancha: Estadio George Capwell, de Guayaquil.
Público: 20.000, aproximadamente.
Árbitro: Roberto García, de México.

EMELEC (2): Dreer; Narváez, Achilier, Guagua, Bagüí; Quiñónez (75’, Corozo), Lastra, Mena, Mondaini (65’, Gaibor); Bolaños y Escalada (84’, Fernández).

U. DE CHILE (0): J. Herrera; Corujo, Vidal, Rojas, Ortiz; Martínez, Guzmán-Pereira, B. Cortés (60′, Rodríguez), Lorenzetti (88’, Carmona); Benegas y Ubilla.

Goles: 41’ y 62’, Bolaños.

Tarjeta amarilla: Bagüí (E).

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