El exministro del Interior de Piñera se refirió a la compleja situación que vivió el pasado jueves 25 de julio, cuando desconocidos enviaron un paquete con medio kilo de dinamita a su oficina en el edificio Itaú, donde se desempeña como gerente legal del Grupo Quiñenco, vehículo de inversión del Grupo Luksic.
El pasado jueves dos bombas en paquetes de encomienda causaron terror en la región Metropolitana. Una de ellas detonó en la 54° comisaría de Huechuraba, dejando ocho carabineros heridos; mientras que la segunda, llegó hasta la oficina del exministro del Interior del primer mandato de Piñera, Rodrigo Hinzpeter.
El ahora gerente legal del Grupo Quiñenco, vehículo de inversión del Grupo Luksic, rompió el silencio y reveló lo que sintió tras recibir el sospechoso paquete que, según recuerda, estuvo durante varios minutos sobre su escritorio.
Hinzpeter dijo a La Tercera que quedó con una sensación extraña, ya que «en el tiempo que fui ministro recibí amenazas varias veces. Pero aquí la sensación es mucho más horrorosa, porque, haciendo una analogía, la amenaza es como que alguien te diga que te va a disparar, mientras que aquí la sensación es que te dispararon; la bala salió y, por alguna circunstancia fortuita -un resbalón, por ejemplo-, no me llegó».
«Aquí la persona apretó el gatillo y estuvo dispuesta a matarme, con una bomba que, según la información de prensa, no solo me hubiera matado a mí, sino que también a los que trabajan conmigo», lamentó el exsecretario de Estado.
Según relató, fue durante un almuerzo cuando «me avisaron desde La Moneda que se había producido la explosión de Huechuraba y que también habían logrado identificar en Correos que el mismo remitente, que era un nombre falso, había mandado también un paquete a nombre mío».
En ese instante recordó aquella encomienda que había visto horas antes en el escritorio de su secretaria y que «en algún minuto pensé abrirla, pero por alguna circunstancia fortuita y providencial me distraje y se me olvidó que la iba a abrir», relató.
Hinzpeter dijo desconocer los motivos que hay detrás de este hecho, sin embargo aseguró que «es bien fuerte imaginarse que la muerte de uno pueda ser el deseo de otro (…). El remezón emocional es muy fuerte, porque no tengo una buena razón para explicar por qué en esta ocasión me salvé».
«El 25 de julio del 2019 pudo haber sido el día de mi muerte. Afortunadamente, no lo fue», sentenció.