Publicidad
El bar futbolero argentino que lucha por sobrevivir en el barrio Yungay CULTURA Crédito: Club Yungay

El bar futbolero argentino que lucha por sobrevivir en el barrio Yungay

Marco Fajardo
Por : Marco Fajardo Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
Ver Más

Sus fundadores son los trasandinos Leonardo Levy, originario de Temperley e hincha del club homónimo, en la provincia de Buenos Aires, y Mariano Retamozo, de la ciudad de Rosario y seguidor del Club Racing. El Club Yungay, entre sus banderines, tiene tesoros como uno Colo Colo hecho en la URSS (dice Colo Colo en ruso); otro de casi un metro de alto del último campeonato del ballet azul con foto (1969); uno de Uruguay del Maracanazo (1950); uno de Boca Juniors firmado por Diego Maradona; uno del Mundial del 62 firmado por el histórico Leonel Sánchez; uno del Santos de Pelé con foto; uno de Green Cross con foto del año 63. En total son unos 830 y su idea es postular al Récord Guiness.


Abrió poco antes del estallido social y luego fue golpeado por la pandemia, pero sigue vivo. Es el Club Yungay (@clubyungay), un bar futbolero argentino de pizza y cerveza.

Sus fundadores son los trasandinos Leonardo Levy, originario de Temperley e hincha del club homónimo, en la provincia de Buenos Aires, y Mariano Retamozo, de la ciudad de Rosario y seguidor del Club Racing. Ambos llegaron a Chile por amor: el primero hace seis años, y el segundo hace ya 17.

El objetivo fue «crear un sitio de encuentro para futboleros, donde el que más sabe predomine por encima del que más grita o del que tiene la camiseta más cara último modelo», cuenta Levy.

«Un sitio donde el hincha de región, y el extranjero, venga y se sorprenda viendo algo de su club, en un ámbito de tertulia y respeto. Nos han visitado chicos de inferiores de Palestino y de un club de Perú, y la idea es que nos sigan visitando otros clubes y escuelas de fútbol de menores. El bar está abierto a lanzamientos de libros y de todo lo que tenga que ver con el fútbol», complementa Retamozo.

Origen del proyecto

La idea nació en el año 2016. «Con mi socio queríamos dejar de ser trabajar en dependencia y empezamos a buscar un sitio para poner un café. Un día, hablando sobre que aquí no se le prestaba mucha atención a los clubes chicos fue que surgió la idea del bar», explica Levy.

«Percibimos que los lugares deportivos tenían como característica común los nombres en inglés, tragos onderos, pantallas en cantidades innecesarias, estridencias poco amenas para un verdadero ambiente futbolero y un marcado favoritismo por los equipos grandes y europeos», dice su socio.

«‘¿Por qué no hacemos un bar de fútbol donde se le dé el mismo espacio al equipo grande de la capital que al mediano de provincia?’, nos preguntamos, y así empezamos a trabajar para conseguir banderines, fotos, autógrafos, banderas, etc», cuenta Levy.

La búsqueda de los banderines

Levy fue entonces por por tierra desde Playa Ancha hasta Puerto Montt, casi pueblo por pueblo, buscando todo tipo de cachureos de todos los equipos, con miles de anécdotas. También recorrió ferias, persas, juntadas de coleccionistas, etc.

«Llegó un momento en que teníamos el ojo tan entrenado que podíamos divisar un banderín dentro de un negocio o tienda a 20 metros de distancia. De hecho muchos de nuestros banderines los conseguimos en comercios de esa índole -zapatería, ferretería, verdulería, vulcanización, peluquería, etc», dice.

Retamozo agrega que los operativos para conseguirlos eran, y son, dignos de una serie de Netflix, porque no todos quieren regalar, cambiar o vender los banderines. «Hay lugares donde se hubo que hacer un trabajo de inteligencia de meses para elegir el día exacto para llegar a negociar la entrega de la pieza en cuestión», comenta entre risas.

Entre sus banderines tiene tesoros como uno Colo Colo hecho en la URSS (dice Colo Colo en ruso); otro de casi un metro de alto del último campeonato del ballet azul con foto (1969); uno de Uruguay del Maracanazo (1950); uno de Boca Juniors firmado por Diego Maradona; uno del Mundial del 62 firmado por el histórico Leonel Sánchez; uno del Santos de Pelé con foto; uno de Green Cross con foto del año 63. En total son unos 830 y su idea es postular al Récord Guiness.

La elección del barrio

Acorde al perfil del proyecto, eligieron el el barrio Yungay para instalarse.

«Creemos que es un barrio que va de la mano con nuestra propuesta. El perfil histórico y bohemio del barrio nos gusta mucho y es el enclave perfecto para el bar. Estamos cerca de tres estaciones de metro y a 15 minutos del centro. Es nuestro lugar en Chile», explica Levy.

El bar está ubicado en una casa de 100 años justo en una esquina, frente al parque Portales. Tiene cuatro sectores bien definidos: Uno con banderines de todas las regiones de Chile, otro más grande con banderines de los principales países de América latina y algunos de Europa (Francia e Italia), una suerte de salón central con un sillón largo y una vitrina, donde se muestran banderines antiguos de Chile, algunas rarezas, banderines de copas y un sector de mundiales. El cuarto sector está en la planta superior pero aun no se llegó a habilitar. Allí hay cuadros alusivos a los principales clásicos del mundo hechos en lápiz mina por una artista chilena.

Además tiene un solo televisor, y una pantalla gigante que solo se usa en circunstancias especiales. La mayoría de los pisos son originales y las lámparas las trajeron de una feria en Valparaíso.

Por desgracia, el bar se topó primero con el Estallido y luego con la pandemia.

«El estallido y la pandemia surgieron casi a la par que nosotros, o sea que casi no pudimos abrir. La verdad estamos aguantando como podemos pero está cada vez más difícil», lamenta Retamozo.

«No vemos el día que vuelva todo más o menos a la normalidad y poder abrir otra vez. Por suerte mucha gente nos escribe preguntando por el lugar y nos mantiene con el ánimo arriba para pasar todo esto. Incluso hay gente que nos manda cosas. En estos últimos meses nos llegaron regalos para el bar desde La Serena, Colombia, Argentina, Perú, Calera, Valdivia y de acá de Santiago», concluye Levy.

Publicidad

Tendencias