PAÍS
Crédito: Agencia UNO
En un contexto de un debate político muchas veces polarizado u orientado al corto plazo, la responsabilidad de buscar convergencias con una mirada de largo aliento, manteniendo ese necesario escepticismo escrutador, recae en una sociedad civil involucrada y activa; señalan sus impulsores, entre ellos, el empresario y ex presidente de la Sofofa Bernardo Larraín Matte.
El electorado se ha manifestado con intensidad en los últimos años, dejando a un gobierno entrante con una agenda transformadora, pero también un llamado a que esas transformaciones se realicen en paz y siguiendo la senda del progreso que todos anhelamos. Contrapeso que se replica entre una Convención donde tienen más protagonismo sectores con propuestas transformadoras, entre las que se cuentan algunas maximalistas, y un Congreso en equilibrio compuesto por fuerzas políticas con distintas agendas reformistas.
Estas expresiones tienen la contundencia de la legitimidad democrática y le cierran la puerta a interpretaciones mañosas de los hechos post 18-O: que el malestar y la demanda de transformaciones era una orquestación de izquierdas radicales que no tenía eco en la ciudadanía; o que los últimos 30 años habían sido solo fuente de abusos y vicios que merecía una refundación de la república, que, entre otras cosas, implicaba dejar de ser una.
El Presidente electo ha ponderado los límites impuestos por la estrechez económica y por el balance de fuerzas políticas, y ha visto la necesidad de construir acuerdos en el Congreso para viabilizar las reformas que priorice. Esto se nota en la materialización de su discurso de segunda vuelta, en la conformación de su gabinete, donde mostró liderazgo y disposición a asumir costos . ¿Qué tan internalizada tienen los miembros de su coalición esta ponderación del contexto y vocación de acuerdos? Es la pregunta que queda por resolver en los actos venideros del Ejecutivo, como también donde sus fuerzas políticas se expresan con fuerza: la Convención, el Congreso y organizaciones de la sociedad civil.
Colaboración y escrutinio
Este ciclo de necesarias transformaciones -constitucionales y legislativas- no es garantía, per se, de un destino virtuoso para ese nuevo pacto social que debiera ser la casa de todos; exige y realza el valor de colaborar de forma aguda, escrutadora y no sólo voluntariosa.
Especialmente en un contexto de un debate político muchas veces polarizado u orientado al corto plazo, la responsabilidad de buscar convergencias con una mirada de largo aliento, manteniendo ese necesario escepticismo escrutador, recae en una sociedad civil involucrada y activa. Y lo debe hacer desde diversos espacios: desde la generación de conocimiento y evidencia, desde la experimentación y la innovación en políticas públicas y desde el “advocacy” o incidencia pública; conectándose abierta y transparentemente con los espacios institucionales de nuestra democracia donde se discuten, procesan y aprueban las transformaciones, el Ejecutivo, el Legislativo y y la Convención. Pero también visibilizando y escalando soluciones innovadoras a desafíos públicos provenientes de espacios no estatales como son la ciencia, el emprendimiento y la sociedad civil organizada.
Poniendo al centro a la persona, su realidad y su experiencia vital; y conectando el conocimiento y la experiencia ciudadana, con el diseño e implementación de políticas públicas e iniciativas privadas. Sin ser partidistas. Convocando.
Tiempo para emprender en lo público
Los abajo firmantes, junto a otras personas, hemos formado Pivotes: un Laboratorio de Políticas Públicas para contribuir desde la sociedad civil, la academia y la empresa en la construcción de un nuevo trato o pacto social y, al mismo tiempo, cuando corresponda, auscultar sus contenidos.
Nos proponemos identificar causas del proyecto país en gestación, para, a través de la experimentación y la innovación, plantear las políticas públicas e iniciativas privadas capaces de articularlas y hacerles frente. Luego, conformando coaliciones y llamando a la acción, queremos alentar su debate y conexión con los sentidos comunes de la ciudadanía.
Comenzaremos impulsando dos causas.
La primera, en el ámbito económico social, busca aportar a la consecución de un nuevo equilibrio entre las personas, la naturaleza y la economía que active un renovado ciclo de progreso y bienestar. En otras palabras, la restauración del balance entre el uso de los bienes naturales para el desarrollo humano y su preservación para las futuras generaciones. Esto supone la generación de más y mejores oportunidades de trabajo formal, emprendimiento y asociación para que las personas, especialmente mujeres y jóvenes, puedan desarrollar libremente sus proyectos de vida y disfrutar de los beneficios del progreso económico del país. Implica también garantizar una base justa de bienes comunes que permita a más miembros de nuestra sociedad desarrollar las capacidades habilitantes necesarias para acceder a esas oportunidades.
La segunda, en lo político institucional, pretende aportar a un renovado ciclo de modernización del Estado para que preste servicios y genere regulaciones que respondan a las necesidades de las personas integrando evidencia y experiencia ciudadana. Un ciclo que transforme nuestro Estado -unitario- en uno descentralizado y que base su actuar en la tecnología, la ciencia y los datos. Que impulse la migración hacia una administración pública con mayor autonomía de los ciclos políticos y con capacidad para proyectarse en el largo plazo. Y, también, que profesionalice el proceso de generación regulatoria para que -en el marco de una democracia representativa- integre en etapas tempranas la inteligencia colectiva de ciudadanos y expertos, así como exigencias de evaluación de impacto regulatorio ex ante y ex post.
Como las soluciones tienen una dimensión constitucional, otra legislativa y también una privada, que son interdependientes entre sí, aportaremos con propuestas en esos tres espacios. Las identificaremos, priorizaremos y desarrollaremos a partir de un dispositivo de escucha y pilotaje en el territorio que nutra el proceso de experimentación e innovación con la experiencia real ciudadana interactuando con las instituciones y regulaciones del Estado; y de uno académico que nos provea el conocimiento y la evidencia de frontera. Estos dispositivos nos permitirán además integrar a un mismo espacio de diálogo y trabajo a líderes locales y académicos. Finalmente, experimentando e innovando nos desafiaremos a encontrar la sinergia entre dimensiones que muchos consideran excluyentes: la ecología versus el progreso o la política versus la técnica, entre otras.
Nuestra convicción
Cobijamos la convicción de que nuestra democracia se fortalece cuando hay más organizaciones de la sociedad civil participando en lo público, adoptando legítimas posiciones diversas: conservadoras, progresistas o liberales; inmovilistas, refundacionales o reformistas; desde el conocimiento o desde el activismo.
En el debate Constitucional, luego de las muchas propuestas de los más diversos contenidos, la sociedad civil debe colaborar ahora en la difícil tarea de priorizar y armonizar los contenidos propiamente constitucionales, ponderando cuáles son propios de un instrumento de esa naturaleza y cuáles de la esfera de las políticas públicas. Debe, asimismo, aportar a proyectar un debate transparente e informado de cara al plebiscito de salida y más allá, pues de aprobarse la nueva Constitución, esta deberá hacerse carne en nuestro ordenamiento jurídico a través de reformas legales de envergadura cuya responsabilidad recaerá en los legisladores.
El desafío es buscar un espacio e iniciar un trabajo sistemático y con mirada de largo plazo. En Pivotes nos proponemos hacerlo desde la experimentación, la innovación y la incidencia pública. Para ello aspiramos a impulsar, viabilizar o escalar políticas públicas e iniciativas privadas que, enmarcadas en un reformismo innovador, propendan a integrar equidad y libertad y contribuyan a activar un renovado ciclo de progreso y bienestar a partir de un nuevo equilibrio entre personas, naturaleza y economía.
Hay quienes creen que un nuevo Chile comienza hoy. El futuro lo dirá. De lo que sí estamos seguros es de que este nuevo capítulo sólo entrará por la puerta ancha a los libros de historia si ninguna voluntad queda excluida. En Pivotes nos ponemos, por lo tanto, a disposición de todas las autoridades que tendrán un rol protagónico en este ciclo: del Presidente electo y de su gabinete, de los convencionales constituyentes, de las y los parlamentarios que asumirán en marzo, de los gobiernos regionales y comunales para encontrar espacios de colaboración, experimentación, innovación y, también, de crítica constructiva.
Los firmantes
Francisca Jünemann, Joaquín Barañao, Pauline Vial, Elisa Cabezón, Paula Streeter, Amaya Fraile, Pilar Parada, Rafael Palacios, Fe Sánchez, Boris Pinto, María Ignacia Valenzuela y Bernardo Larraín.
