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La producción de alimentos que agudiza la crisis medioambiental Conciencia M

La producción de alimentos que agudiza la crisis medioambiental

Tras el nuevo reporte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre el cambio climático, divulgado esta semana, muchas preocupaciones quedan con respecto al futuro y el medio ambiente. Según el informe, es necesario hacer reducciones de emisiones inmediatas. Entre las industrias que tienen un mayor impacto debido al alto nivel de contaminación se encuentra la producción de alimentos, especialmente, los de origen animal.


El reporte anual del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) está prendiendo fuego al debate sobre la crisis del medio ambiente. Entre las principales preocupaciones se encuentran los efectos perjudiciales de la industria de alimentos de origen animal, una de las más contaminantes del mundo.

Debido a lo anterior, diversas agrupaciones ambientales llaman a reducir su consumo y crear nuevos hábitos en la población.

Investigadores estiman que la producción de alimentos es responsable de más de un cuarto de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, con la ganadería y la pesca representando un 31% de ese total.

“Para disminuir esta huella, se necesita tomar medidas drásticas, incluso a nivel individual. Una de las mejores cosas que una persona puede hacer para reducir su impacto es disminuir o eliminar el consumo de productos de origen animal, que son, por lejos, los alimentos más contaminantes que consumimos,” afirma Diamela Covarrubias, directora de la ONG Sinergia Animal.

¿Por qué es importante la disminuir la producción animal?

Limitar la producción y el consumo de productos animales sería especialmente significativo para reducir las emisiones de metano, debido al rápido crecimiento de sus emisiones, relacionadas principalmente con los sectores de combustibles fósiles y la ganadería. Además de eso, el metano tiene un impacto 25 veces mayor que el CO2 a largo plazo.

Cuando se trata de ganadería, el CO2 es emitido mayoritariamente por cambios en el uso de suelos –por ejemplo, la deforestación para abrir áreas de pastoreo o cultivo de soja para la alimentación animal– mientras que el metano es predominantemente resultado de la digestión de los animales explotados para consumo humano.

Cada kilo de carne roja producido genera 60 kg de gases de efecto invernadero (GEE); para hacer 1 kg de queso, 21 kg de GEE son emitidos – 20 y 7 veces más, respectivamente, que para producir la misma cantidad de tofu, por ejemplo, una fuente de proteína de origen vegetal. Mientras la producción de 1 kg de leche representa 2,8 kg de GEE, la leche de soja emite apenas 1 kg.

Diferentes organizaciones han estado promoviendo un cambio en la alimentación de las personas que sea compatible con el medio ambiente y que ayude a detener la crisis climática. Entre ellas, la ONG Sinergia Animal, ofrece un desafío de alimentación en base a plantas, en donde la inscripción es totalmente gratis  en www.desafio21diasveg.com. 

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