Publicidad

La caja de Pandora que abrió Joaquín Vial

Héctor Cárcamo
Por : Héctor Cárcamo Periodista El Mostrador Mercados
Ver Más

La advertencia del consejero del Banco Central de que un 60 % de los primeros cotizantes recibirán pensiones de $ 150 mil gatilló el cuestionamiento del sistema que es uno de los pilares del modelo.


Joaquín Vial es el integrante más nuevo del Consejo del Banco Central. Más allá de algunas presentaciones en regiones, el ex director de presupuestos en el gobierno de Eduardo Frei, había sido hasta ahora un consejero sin mayor actividad pública en su primer año en el cargo.

Pero la semana pasada decidió levantar la voz. Y lo hizo en un tema que le es cercano: las pensiones. En una presentación en el Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales, Vial se lanzó con todo en un oscuro diagnóstico sobre los beneficios que está entregando a sus afiliados el sistema privado de pensiones que administran las AFP.

Sabe del tema. Después de permanecer cinco años en BBVA como economista jefe, asumió la presidencia de la AFP Provida, la administradora más grande de Chile, con una rentabilidad cuestionable y de propiedad del banco de capitales españoles. Cabe mencionar que ahora la AFP está en venta.

Joaquín señaló en la UDP que en promedio un 60 % de las personas que comenzaron a cotizar en el sistema cuando se creó en 1981, hoy no superan los $ 20 millones de saldo acumulado en sus cuentas. Esto, advirtió, provocaría que si se pensionan hoy obtengan una pensión no mayor a $ 150 mil; es decir, menos que el sueldo mínimo.

Su análisis abrió una caja de pandora y revivió los viejos miedos de moros y cristianos. Y más importante, gatillo un debate que cuestiona uno de los pilares básicos del “modelo”. Gente que lo conoce dice que esto no fue casualidad y que Vial quería poner el tema al centro del debate.

Si esa era su intención, tuvo éxito. Primero, el presidente de la Asociación de AFP, Guillermo Arthur, anunció que en dos meses tendrán una propuesta para mejorar las pensiones, aunque ninguna de esas ideas afectará a las AFP, las que, en su opinión, han cumplido su misión de rentabilidad.

Más bien, advirtió los problemas están en la frecuencia con que se cotiza (densidad de cotización), pues existen importantes lagunas previsionales (periodos en que el afiliado no aporta a su fondo) y en que en el tiempo ha aumentado la expectativa de vida.

Arthur sabe del tema pues además de liderar a las gestoras privadas, fue durante la dictadura del General Agusto Pinochet -pocos años después que se impusiera el nuevo sistema de pensiones privado (1981)- ministro del Trabajo (1988-1989). Además, es vicepresidente de AFP Capital, del grupo Sura.

El líder de las AFP dijo que la industria ha respondido con una rentabilidad del 8% promedio anual desde que se creó el sistema. Así lo confirman las cifras de la Superintendencia de Pensiones, aunque sólo para el Fondo C, que gana 8,6% y representa solo el 38% de los US$ 160 mil millones.

Los Fondos A y B, creados en 2002 y que concentran casi un 35% del total de los fondos, acumula alzas promedio anuales de 6,7% y 5,7% respectivamente. El D y el E, los conservadores, con casi un 25% de los fondos, promedian 4,5 y 5% respectivamente.

El tema no es menor pues, según Vial, si la rentabilidad de los fondos creciera un 1% adicional, la pensión de mujeres y hombres subiría entre 22% y 26%, respectivamente. De hecho, es el factor que más haría crecer las pensiones junto con un alza similar de los sueldos.

A la arremetida de Arthur se agregaron otros. El más llamativo fue el economista de la Universidad de Chile, Ricardo French-Davis, quien propuso simplemente traer de vuelta a Chile los US$ 60 mil millones que están invertidos fuera del país.

El sentido de esta medida apunta a que quienes hacen emprendimientos en el país no tiene recursos para financiarlos. Esto, deriva en que las personas que contratan no tengan continuidad laboral ni buenos sueldos.

Trayendo paulatinamente los recursos desde el exterior, habría capital para invertir en el país y eso evitaría que se genere la precariedad del mercado laboral actual, que es lo que provoca las lagunas previsionales señaladas por Arthur.

Recetas repetidas pero no puestas en práctica también volvieron. En el Senado, el presidente de la comisión especial encargada de estudiar el sistema de pensiones, Eugenio Tuma, enumeró una lista de ideas, entre ellas, crear AFP sin fines de lucro, prohibir a las AFP financiar campañas políticas y -la principal- vincular las ganancias y comisiones de las administradoras a los resultados de las inversiones de los fondos.

En una entrevista con el DF, la superintendenta de Pensiones, Solange Bernstein reconoció que el sistema requiere mejoras, asumiendo el fracaso de medidas tomadas en la Reforma Previsional aprobada en el gobierno de Michelle Bachelet, en particular, el incentivo al ahorro voluntario con el Ahorro Previsional Voluntario Colectiva (APVC) y el subsidio a la contratación juvenil, ambas medidas que no han sido utilizadas en los últimos años.

Así, Bernstein asumía abiertamente que después de cuatros años de aprobada la Reforma Previsional, ésta no había cumplido todos los objetivos planificados.

Según el informe de 2007 de la comisión Marcel –conocida así por estar a cargo de Mario Marcel, ex director de Presupuestos de Ricardo Lagos- las propuestas presentadas a Bachelet permitirían lograr metas finales como universalizar la cobertura del sistema previsional y elevar la tasa de reemplazo de sistema (la relación entre la pensión de una persona y sus últimos años de sueldo).

En este último caso, la comisión Marcel estimaba en ese momento que la tasa de reemplazo era de 44% (una pensión equivaldría al 44% del sueldo de los últimos años del afiliado), cifra que con las medidas presentadas llegaría a 70%.

También se pretendía elevar la densidad de cotización, desde 51% a 61%, gracias a la incorporación de cesantes, inactivos e independientes al sistema de pensiones.

En este último caso, Berstein dijo esta semana que no correspondía analizar aun dado que recién en 2015 se hará obligatoria su incorporación al sistema.

En medio de este debate, el reconocido economista Klaus Schmidt-Hebbel salió a defender el sistema. Sin abordar las limitaciones puestas en la mesa por Joaquín Vial, Klaus destacó en una columna de El Mercurio, el aporte del sistema de AFP al financiamiento de las empresas chilenas y su importancia en la mejora de los gobiernos corporativos de las empresas donde participan.

No es nueva su posición. En 2002, junto al ex presidente del Banco Central, Vittorio Corbo, hizo un estudio financiado por la Asociación de AFP, el cual determinó que el sistema de pensiones privado aportó un tercio del crecimiento del PIB chileno en las dos primeras décadas desde su nacimiento.

El mismo Schmidt-Hebbel dijo en 2010 que era necesario elevar la tasa de cotización del sistema (10% del sueldo imponible actualmente) y retrasar la edad de jubilación.

Ambas medidas son apoyadas por varias AFP, entre ellas Provida. Joaquín Cortes, que reemplazó a Joaquin Vial en la presidencia de la AFP Provida fines de 2011, señaló en su debut que era necesario subir las tasas de cotización o retrasar la edad de jubilación. “O se acepta una rebaja de las pensiones”, dijo Cortés en ese momento a La Tercera, añadiendo que era partidario de subir la edad de jubilación.

En todo caso, un trabajo realizado por el analista de la Superintendencia de Pensiones, Jorge Miranda, reveló que en 2009 un grupo importante de afiliados que entre 2005 y 2006 recibió información con proyecciones de su pensión, terminó postergando tres años su jubilación, para mejorar el monto de su jubilación. El estudio también reveló que quienes postergaron tres años su jubilación elevaron en un 30% el monto de su pensión.

Aun más, el mismo trabajo mostró que la edad de jubilación ha venido subiendo sostenidamente en los últimos años. Si en 2005 era de 61,3 años en mujeres y 61,7 en hombres, en 2011 fue de 62,4 y 65,2 años respectivamente.

El propio Arthur se mostró en contra de elevar la edad de jubilación en el pasado, dado que a su juicio, la edad es flexible y nadie está obligado a pensionarse a los 60 años, en el caso de las mujeres y 65, en el de los hombres.

Aun más, en el 2006, Arthur aseguró que “las mujeres tiene una mayor expectativa de vida, por lo tanto, los recursos le deben alcanzar para financiar una pensión por más tiempo”. En ese momento, Arthur consideraba que el aumento en las expectativas de vida, al menos en el caso de las mujeres, era positivo pues permitía a las mujeres trabajar más años para mejorar su pensión.

Publicidad

Tendencias