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Reforma a las pensiones: no más exclusión sindical Opinión

Reforma a las pensiones: no más exclusión sindical

Tanto la propuesta del gobierno como la de la CPC generan pequeños espacios de participación de los “afiliados” o “cotizantes” del sistema de pensiones, que sin una organización intermedia que permita aunar voluntades de los afiliados no tendrán ningún efecto en contrapesar sus intereses con los de los administradores de los fondos de pensiones. Ya que los “afiliados” o “cotizantes” son mayoritariamente trabajadores, resulta natural que los sindicatos jueguen un rol en la representación de estos en el sistema de pensiones.


El sindicato debería ser el principal instrumento de representación de los intereses colectivos de los trabajadores. Sin embargo, en Chile la institucionalidad y la práctica lo mantienen en un lugar secundario o ausente de la mayoría de los temas relacionados con el mundo del trabajo. Hoy, la reforma al sistema de pensiones ofrece una oportunidad de iniciar el cambio de este escenario.

Si bien la normativa que rige la negociación colectiva por empresa resulta ser la excepción que confirma la regla, pues es el único espacio en que la ley y la práctica asignan al sindicato un rol principal, la exclusión ocurre en casi todos los ámbitos donde el interés colectivo de los trabajadores es evidente, por ejemplo, con el Sistema de Prevención de Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.

Allí, las competencias son privativas de los Comités Paritarios, donde los trabajadores son representados por delegados electos exclusivamente para estos temas, sin relación ni proximidad con el sindicato, que solo puede proponer mejoras. Esta lógica de representación en el ámbito de la seguridad laboral, donde los representantes no sindicales cuentan con mayores atribuciones que los sindicales, es un claro ejemplo del lugar secundario que ocupan las organizaciones de trabajadores en nuestra legislación.

Cómo financiar la subsistencia cuando la edad o la salud impiden seguir trabajando, es asunto de interés colectivo de los trabajadores. Es por eso que en la mayoría de los países del mundo ellos y sus organizaciones son actores relevantes en los sistemas de pensiones. El caso de Chile en esta materia es extremo: la mayor parte del sistema de pensiones es totalmente privado y no cuenta con ningún mecanismo de participación de los cotizantes, menos aún de los representantes de los trabajadores.

El gobierno ha enviado al Congreso Nacional una batería de proyectos que busca modificar parte del sistema de pensiones. Si bien existe relativo consenso en la necesidad de aumentar los montos aportados al sistema, la tensión del proyecto se refiere principalmente a si estos nuevos aportes serán administrados por un nuevo organismo estatal, y sobre qué fracción de los nuevos aportes irá al ahorro individual o colectivo. Estas controversias han eclipsado otros temas relevantes del proyecto, como son los relativos a establecer espacios donde quienes cotizan en el sistema de pensiones tengan algún grado de participación en la administración de los recursos ahorrados y sus destinos de inversión.

En los proyectos de ley enviados por el Ejecutivo solo se propone la elección de un representante de los afiliados con derecho a voto en el Comité de Inversión y de Solución de Conflictos de Interés de cada AFP. Algo similar ocurre en la propuesta de reforma al sistema de pensiones elaborado por la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), donde se propone la creación de Comités de Vigilancia, organismos “conformados por personas elegidas por los aportantes del fondo de inversión respectivo y, entre otras funciones, deben comprobar que la administradora de los fondos cumpla con el reglamento del fondo, revisar que se entregue información oportuna, suficiente y veraz a los aportantes, así como vigilar que las inversiones se hagan conforme a la regulación”.

Tanto la propuesta del gobierno como la de la CPC generan pequeños espacios de participación de los “afiliados” o “cotizantes” del sistema de pensiones, que sin una organización intermedia que permita aunar voluntades de los afiliados no tendrán ningún efecto en contrapesar sus intereses con los de los administradores de los fondos de pensiones. Ya que los “afiliados” o “cotizantes” son mayoritariamente trabajadores, resulta natural que los sindicatos jueguen un rol en la representación de estos en el sistema de pensiones.

Así, el escenario que abre la discusión de la reforma al sistema de pensiones chileno puede ser utilizado para iniciar un debate nacional sobre cómo y dónde deben ser representados los trabajadores chilenos, y cuál será el rol de los sindicatos en ello.

El mundo sindical debe tener como una de sus prioridades programáticas ampliar los espacios de acción institucional de sus organizaciones. La construcción de un país donde sus ciudadanos sean tratados como tales y no solo como simples clientes pasa por lograr avances en esta dirección.

Iván Mlynarz Puig
Vicepresidente Federación de Sindicatos Supervisores Minería Privada
Director Sindicatos Supervisores Anglo American Chile

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