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Acuerdo de rebajar TMC no cuenta con el apoyo total del Banco Central

Iván Weissman S
Por : Iván Weissman S Editor El Mostrador Semanal
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El tema es uno de los emblemáticos con que el Gobierno ha querido mostrar su preocupación por la clase media y su compromiso a fiscalizar los abusos del mercado. Pero el objetivo de La Moneda de bajar la Tasa Máxima Convencional (TMC) ha sido difícil de concretar. De hecho, ha pasado casi un año desde la propuesta inicial y aún no hay ley.

La semana pasada el Gobierno logró un acuerdo con la oposición en el Senado para avanzar en un proyecto que reduzca los intereses que cobran las instituciones financieras y las multitiendas por créditos de hasta UF 200 ($4,5 millones).

El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, junto a los presidentes de las comisiones de Hacienda y Economía del Senado, José García Ruminot y Eugenio Tuma, comunicó que se había logrado un acuerdo y que el proyecto de ley completo podría votarse esta semana.

En agosto del año pasado el Ejecutivo, bajo presión política, anunció un proyecto de ley para reducir la tasa de interés de algunos de los créditos de consumo. El ex presidente del Banco Central de Chile, José De Gregorio, criticó en ese entonces, que las tasas de algunos de esos créditos —que estaban por arriba del 50%— eran un “misterio,” en un país en que la Tasa de Política Monetaria es 5%.

Hasta el acuerdo de la semana pasada, la iniciativa llevaba meses trabada por diferencias entre el Ejecutivo y los senadores de la oposición, además de contar con el rechazo de multitiendas y bancos. Éstos últimos ya habían dado por perdida la batalla, confiando en que compensarán el efecto con el proyecto que unifica la información de deuda al día de los clientes de ambas industrias.

El acuerdo estipula que la rebaja será gradual y habrá una división en tres tramos del segmento donde se concentran los créditos de consumo y que llega a UF 200 ($4,5 millones), cada uno de los cuales bajará en forma progresiva y con distinta magnitud. A grandes rasgos, el acuerdo reduce la TMC a 33,3% para el tramo de 50 a 200 UF; 36,3% para el tramo de 30 a 50 UF y 38,3% para el tramo de cero a 30 UF. La TMC actual para créditos hasta 200 UF está en 55,32%. La fórmula original del Ejecutivo aspiraba a reducir la TMC del 51% que había en ese momento a un rango de 31% a 41%.

El intenso lobby de la industria logró que el acuerdo incluyera varios mecanismos para mitigar el impacto que la ley tendrá en los retailers y la banca. La comisión del Senado reconoció que algunos representantes de retail y de casas comerciales les plantearon que «el porcentaje de tasa máxima que se propone en el proyecto era insuficiente, porque ellos tienen costos más altos y propusieron llegar a 44%».

Con todo, la oposición del retail financiero no es el único obstáculo para que el acuerdo se convierta en ley: el Banco Central tampoco estaría contento con lo acordado entre el ministro de Hacienda y la Comisión del Senado.

El presidente del Consejo, Rodrigo Vergara, dijo hoy en el Senado que la nueva propuesta es una mejora, pero reiteró la preocupación del Banco Central sobre los riesgos de que una TMC muy baja pueda conllevar a la exclusión financiera de ciertos segmentos de la población.

Sus críticas —si se pueden llamar así— no deberían ser una gran sorpresa. En enero, un análisis de economistas del Banco Central concluyó que el plan del Gobierno de rebajar la tasa máxima de interés en créditos de consumo podría causar la exclusión de un importante número de hogares del crédito formal, especialmente en aquellos de menores ingresos.

En su presentación de hoy, se anticipa que Vergara volverá a destacar este punto. La advertencia será que el actual acuerdo aún forzaría a miles de consumidores a salir del crédito formal.

En el reporte de enero, los economistas del BC aconsejaron avanzar en forma gradual: “La magnitud de los potenciales impactos de una rebaja de la TMC, unida a la incertidumbre implícita en las estimaciones basadas en la información disponible, sugiere avanzar de manera gradual en la modificación de la TMC. Esto, a modo de evaluar de manera más precisa el  impacto de modificar esta tasa, mitigando así los costos que podrían derivarse de una reducción excesiva, los cuales, en definitiva, podrían terminar perjudicando precisamente a los hogares que el proyecto busca beneficiar.”

Ese consejo fue escuchado y es parte del acuerdo logrado la semana pasada.

Por el lado positivo, los economistas del Banco plantean que el proyecto de ley original trae consigo varios beneficios además de la reducción de las tasas, destacando el fortalecimiento de la fiscalización y la posible reducción en los gastos de cobranza. Sin embargo, advierten que su análisis sugiere que una reducción excesiva de la TMC “llevaría a una restricción al crédito formal para los hogares de mayor riesgo”.

El documento señala que los resultados del análisis del BC indican que actualmente un importante porcentaje de hogares en Chile se financia a una tasa igual o superior a la TMC que podría prevalecer con la nueva ley, lo que significa que una rebaja en la tasa tendría un fuerte impacto: “si bien la reducción de la TMC podría beneficiar a un segmento relevante de la población vía menores tasas de interés, no es posible descartar que dicha reducción se materialice en una exclusión de un importante número de hogares al crédito formal, especialmente en aquellos de menores ingresos.”

El análisis de los economistas del Banco, publicado en enero, no refleja necesariamente el pensamiento de los consejeros que fijan la Tasa de Política Monetaria, pero ha sido parte del debate y se prevé que será la base de lo que diga mañana el presidente del Consejo.

Las multitiendas y las casas comerciales ya están sintiendo el impacto del acuerdo logrado en el Senado. La semana pasada los papeles de Hites y Ripley fueron castigados en los días siguientes al anuncio del acuerdo. Los de las cadenas más grandes y que tienen un público más ABC1 también sufrieron, aunque el golpe fue menor.

El tema de quién fiscalizará a estos proveedores de créditos también se abordará en la presentación de Vergara. La semana pasada, el titular de la Superintendencia de Bancos (SBIF), Raphael Bergoeing, se adelantó al Banco Central, diciendo que éste anunciará en un mes nuevas atribuciones para la Superintendencia —que él dirige— a fin de regular el retail financiero, desempolvando una disputa entre ambas entidades que se desató hace un año a propósito del escándalo de La Polar.

El 18 de julio de 2011, el entonces vicepresidente del Banco Central, Enrique Marshall asistió a la comisión de la Cámara de Diputados que investigaba el caso La Polar y refutó al superintendente de Bancos e Instituciones Financieras, Carlos Budnevich, quien había dicho que no tenía atribuciones para fiscalizar a la multitienda más allá de los informes de la auditora externa.

“La Superintendencia tiene facultades de fiscalización, más allá del informe que se exige de un auditor externo, porque una labor de fiscalización tiene varias etapas… la fiscalización va más allá de lo que puedan estar aportando los auditores externos, por la vía de emitir un informe o de verificar los estados financieros”, afirmó Marshall, provocando el enojo de Budnevich, quien meses después dejó el cargo.

La semana pasada, Bergoeing, reabrió el capítulo al ‘adelantarse’ al BC, anunciando las nuevas atribuciones que le dará para supervisar a la industria del retail, según declaró, en un mes más.

Un asesor que ha hecho lobby para el retail en el Congreso, advierte que lo que diga hoy el presidente del Banco Central puede terminar siendo crucial, tanto para lo que se acuerde acerca del la TMC como para ver quien terminará siendo el que regule a los créditos de las multitiendas.

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