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Opinión: Banco Único de Contratos, la reforma laboral pendiente


En la propuesta de Reforma Laboral es fundamental incorporar la modernización de la Dirección del Trabajo, con miras a crear relaciones laborales modernas, fluidas y destrabadas que permitan a la autoridad fiscalizadora mejorar el control y cumplimiento de las obligaciones laborales.
 
Es una realidad en Chile la existencia de empleadores que no pagan cotizaciones previsionales y, por otro lado, que no escrituran o formalizan los contratos de trabajo.
 
Especialmente en la pequeña y mediana empresa ocurre esto último, quedando muchos empleados trabajando en la informalidad.
 
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), del total de más de 5 millones 536 mil asalariados, el 87,2% tiene contrato escrito. El 12,8%, esto es, 706 mil asalariados tienen acuerdo de palabra, y de ellos 562 mil laboran para empresas con menos de 50 trabajadores.
 
Detrás hay razones prácticas: de acuerdo a su capacidad, muchas pequeñas empresas buscan tentar con un mayor sueldo inmediato, evitando imposiciones y seguros sociales asociados a la contratación, mientras el trabajador acepta con tal de obtener empleo.
 
A esto se suma que muchas empresas, de todos los tamaños y con contratos escriturados, mantienen cotizaciones impagas. Según el Informe de Deuda Previsional de la Superintendencia de Pensiones, al 31 de diciembre de 2013, el stock de deuda previsional ascendía a MM$1.348.174, equivalente a US$2.174 millones actuales.
 
Dadas estas realidades, es decir, informalidad, no escrituración del contrato y ausencia de cotizaciones, ¿por qué no modernizamos la Dirección del Trabajo y hacemos un Banco Único de Contratos? Es decir, que cada vez que un empleador contrate a una persona, deba enviar en formato digital el contrato a la Dirección del Trabajo o bien suba esta información al portal de Internet de dicha repartición, que contaría con el registro de todos los trabajadores con contrato laboral.
 
De esta manera, la Dirección tendría una base de datos digital para fiscalizar y cruzar información, pudiendo después usar esos datos para pedir a las AFP registros de cotizaciones y saber si los empleadores las pagan oportunamente.
 
En la actualidad, el empleado habitualmente se entera de lagunas previsionales cuando es finiquitado, pues no puede concluir el despido mientras las cotizaciones no estén al día. Pero este atraso es anormal.
 
Este banco digital de contratos laborales ayudaría a la transparencia para detectar a empleadores que no escrituran sus relaciones laborales. Es el caso de una empresa que no registrara datos en el Banco Único de Contratos pero pagara impuestos mensuales, de lo que se deduce que tendría actividad comercial que depende de trabajadores.
 
Asimismo, daría lugar a fiscalización si un trabajador aparece en el Banco Único de Contratos, pero registra cotizaciones interrumpidas, lo que podría indicar un cambio de empleador que no ha escriturado el contrato.
 
Esta modernización no solo es necesaria sino plenamente factible, dado el avance tecnológico, el establecimiento de documentos digitales válidos (firma electrónica y firma digital),  la reducción en el costo de acceso a herramientas modernas y porque ya lo hizo el Servicio de Impuestos Internos en forma exitosa hace décadas y hoy es ejemplo a nivel mundial.

Cristian Carvajal
Director Operaciones Comerciales
GrupoExpro

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