La reunión del directorio de Codelco el martes pasado, estuvo dura. Asistieron ocho de los nueve integrantes y Blas Tomic la siguió por teléfono.
Era la primera vez que se veían formalmente las caras, luego de la molestia que les provocó a cuatro directores –Marcos Büchi, Marcos Lima, Gerardo Jofré y el ya mencionado Tomic– la entrevista que dio su compañera de mesa, Laura Albornoz. Pero ese tema, se dejó para el final.
Primero había que despachar los nuevos nombramientos de gerentes de división que el presidente ejecutivo de la Corporación, Nelson Pizarro, tenía en carpeta. Sin embargo, antes de comenzar el análisis no se dejó pasar la filtración que esa mañana se había producido a través de El Mercurio del listado de los nominados. Tanto es así que se instruyó un sumario administrativo para dar con los responsables, pues todavía no habían sido comunicados como hecho esencial. Consultada la empresa sobre esta investigación, se contestó que “esta es una información de carácter interno y no se comenta por la prensa”.
Todas las designaciones de Pizarro fueron aceptadas, algunas con más comentarios que otras, pero finalmente nadie quiso ponerle grandes dificultades. Cada uno de los nuevos gerentes fue votado por los directores, lo que no es una práctica habitual en Codelco.
Pasada esta prueba, la administración se retiró de la sala y el directorio quedó a solas. El ajuste de cuentas se sintió: cuatro acuerdos que guardan relación con regulación de conflictos de interés, lobby, vocería, reclutamiento de personal y presupuesto de la mesa fueron puestos en la web como señal de que se quiere marcar un nuevo tiempo en la Corporación.
