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Plantean cooperación sur-sur como alternativa a modelo tradicional

Propuesta fue presentada en el marco de la presentación del I Informe de la Cooperación en Iberoamérica, elaborado por la Secretaría General Iberoamericana.


La cooperación ‘sur-sur’ entre las naciones de Latinoamérica se ha convertido en una alternativa de los países de renta media frente al modelo tradicional que la canaliza entre países «ricos donantes y pobres receptores».



Este planteamiento fue expuesto por los responsables de cooperación de varios países de Latinoamérica, reunidos en Madrid en la presentación del I Informe de la Cooperación en Iberoamérica, elaborado por la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).



El Secretario para la Cooperación Iberoamericana de la SEGIB, Miguel Hakim, presentó el documento, del que se desprende que la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en Latinoamérica se ha estancado en el último lustro, entre otros motivos por el desplazamiento de ayuda hacia países como Irak y otros de África.



Según el Informe, la ayuda a Iberoamérica ha pasado «desde un 9 por ciento en 2001 hasta un 4,8 por ciento en 2006», lo cual indica, según Hakim, que se ha mantenido «más o menos constante en términos absolutos» -unos 5.000 millones de dólares- aunque en términos relativos «se han perdido unos puntos importantes».



El responsable de Cooperación de la SEGIB destacó la forma en que se ha incrementado la ayuda entre países del área en distintas áreas, especialmente en asuntos sociales, de educación y salud.



Hakim mencionó países como Brasil, Colombia, Cuba, Argentina, Chile, México y Venezuela, que tienen diversos programas de cooperación con sus colegas iberoamericanos, y afirmó que aunque el Informe cuenta «lo que está sucediendo ahora», el propósito es obtener una metodología para cuantificar el monto de la cooperación.



Sin embargo, por parte del Gobierno español, la directora de Cooperación para Iberoamérica, Aurora Díaz-Rato, aseguró que a pesar de que la AOD se ha estancado, la cooperación española con Iberoamérica se ha «consolidado» y aumentado, y ha pasado desde los 550 millones de dólares de 2004 a mil millones en el último año.



Díaz-Rato también se refirió al esquema de cooperación sur-sur, que describió como «una forma de trabajar distinta, estrecha y que refleja los socios que somos».



Del mismo modo, el viceministro de Inversión Extranjera y Colaboración Económica de Cuba, Orlando Requeijo, destacó el papel de su Gobierno en estos proyectos de ayuda y defendió la posibilidad de no cuantificar esa cooperación porque, dijo, «no ofrecemos dinero, sino recursos humanos».



La cooperación cubana no es cuantificada, dijo Requeijo, sino que se estudia «el destino de la ayuda y el impacto en el conjunto de la población que la recibe, la mejora de las condiciones de vida donde generalmente no hay posibilidades».



Requeijo explicó cómo coopera Cuba en muchos países, la mayoría de Latinoamérica y el Caribe y especialmente en temas sociales, de educación y de salud.



Con respecto a Colombia, el director de Cooperación Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores, Enrique Maruri, aseguró que su país considera «valioso» el modelo sur-sur «porque responde al principio de compartir cooperación, en el que no hay donantes y receptores, sino socios».



Para Maruri, este esquema permite que los países se acerquen a la cooperación «por la identificación de las necesidades», de igual a igual entre naciones o instituciones involucradas, «y no por jerarquías».



La cooperación sur-sur, añadió el representante colombiano, es un elemento central en la transferencia y generación de capacidades en el interior de instituciones, en la transferencia de tecnologías y aprendizaje de buenas prácticas e intercambio de conocimientos.



Alberto Morales, responsable de cooperación del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador, explicó que su país, anfitrión de la XVIII Cumbre Iberoamericana -del 29 al 31 de octubre próximo- «proyectará» todo lo relacionado con la cooperación sur-sur, la «cooperación horizontal» -entre países en Desarrollo con realidades nacionales similares- y la «triangular» (entre tres partes).



Morales aseguró que la Cumbre trabajará por la implantación de programas de cooperación enfocados a la juventud y al desarrollo de ciencia y tecnología, con el propósito de «acortar la brecha digital de los países iberoamericanos frente a los más desarrollados».



El representante salvadoreño aseguró que un reto de los países de la región es conseguir «que los jóvenes consigan su primer trabajo y el consiguiente desarrollo de su vida nada más terminar los estudios».



EFE

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