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Investigación de la ONU responsabiliza a Musharraf de la muerte de Benazir Bhutto

Un documento presentado este jueves en la sede de la organización, en medio de una gran expectación, critica con contundencia en sus 70 páginas la actuación de las autoridades paquistaníes antes y después del asesinato de la ex primer ministro.


Una comisión de la ONU responsabilizó este jueves al derrocado presidente de Pakistán Pervez Musharraf, del asesinato de Benazir Bhutto, por no haberle otorgado una seguridad adecuada, al tiempo que acusó a las autoridades de hacer fracasar la investigación del caso de manera «deliberada».

«El fracaso de la investigación fue deliberado y no hubo determinación a la hora de proteger a (la ex primer ministro) Benazir Bhutto», dijo el presidente de la comisión, el embajador de Chile ante la ONU, Heraldo Muñoz, en la presentación del informe de la indagación.

El diplomático aseguró que «no se tomaron las medidas adecuadas para proteger a Benazir Bhutto de un peligro claro e inminente».

Al mismo tiempo, resaltó que el mandato de la comisión no era llevar a cabo una «investigación criminal» o encontrar «culpables», sino «arrojar luz sobre un acontecimiento traumático».

En ese sentido, el documento presentado hoy en la sede de la ONU, en medio de una gran expectación, critica con contundencia en sus 70 páginas la actuación de las autoridades paquistaníes antes y después del asesinato de la ex primer ministro.

Bhutto murió el 27 de diciembre de 2007, junto a otras 24 personas, a manos de un terrorista suicida de 15 años que hizo estallar una carga explosiva al término de un mitin en la ciudad de Rawalpindi, poco después de que la líder del Partido Popular de Pakistán retornara al país tras un largo exilio.

La comisión de la ONU afirma en el informe que el atentado contra la líder paquistaní de 54 años «se podría haber prevenido si se hubieran adoptado las medidas de seguridad adecuadas».

El Gobierno de Islamabad «no tomó las acciones necesarias para responder a los riesgos de seguridad extraordinario, nuevo y urgentes que afrontaba», asegura.

Asimismo, indica que Musharraf conocía «perfectamente» las graves amenazas contra la vida de su rival política, pero hizo «poco más que trasladar esas amenazas a ella y las autoridades provinciales» y no actuó para «neutralizarlas».

La insuficiencia de las medidas de seguridad condujeron a que la ex primera ministra acudiera al mitin en un automóvil «vulnerable», que por los daños sufridos no pudo trasladarla al hospital, mientras que el auto blindado de la campaña de Bhutto que servía de vehículo alterno abandonó el lugar del ataque de manera «apresurada e irresponsable».

También critica el dispositivo de seguridad que desplegaron las autoridades locales de Rawalpindi, que se centró más en controlar a las masas de seguidores de Bhutto que en protegerla, y no se coordinó con el equipo de la ex primer ministro.

Además, tras el atentado, la Policía de Rawalpindi infligió «daños irreparables a la investigación» al regar con agua el lugar del crimen y no preservar las pruebas físicas que se encontraban en el lugar, según el informe.

La comisión dice estar «convencida de que el jefe de Policía de Rawalpindi, Saud Aziz, no actuó de forma independiente de las altas autoridades, ya sea en la decisión de regar agua en la escena del crimen o por impedir los exámenes forenses».

«La investigación del asesinato de Bhutto, y de aquellos que murieron con ella, careció de dirección, fue ineficaz y padeció de falta de compromiso a la hora de identificar y llevar ante la justicia a los responsables», según el documento.

La comisión no ofrece una versión alternativa a la explicación oficial de que Bhutto, producto de la explosión, falleció al golpearse con una manilla del vehículo que la transportaba.

También destaca que de forma precipitada se asumió como la causa del fallecimiento, al igual que ocurrió al atribuir la responsabilidad del atentado al fallecido líder de los talibanes paquistaníes Baitulá Mehsud y a Al Qaeda, pues se hizo «mucho antes de que se iniciara una investigación apropiada».

Posteriormente, «la investigación fue obstaculizada por las agencias de inteligencia y otros responsables gubernamentales, que dificultaron la investigación, al impedir una búsqueda sin condiciones de la verdad».

«La comisión considera que el fracaso de la Policía en la investigación del asesinato de Bhutto fue deliberada», agrega el informe.

Asimismo, resalta que los servicios secretos de Pakistán (ISI) estuvieron presentes en «puntos claves de la investigación, pese a que no tienen competencias criminales», y desempeñaron un papel «que la Policía fue reticente a explicar a la comisión».

El informe concluye con la recomendación al Gobierno paquistaní de que se lleve a cabo una investigación «integral» y «sin estorbos».

El grupo de investigadores dirigido por Muñoz ya había concluido hace dos semanas el documento, pero una petición urgente de Islamabad retrasó hasta este jueves su divulgación.

Para su elaboración, el equipo de investigadores entrevistó a 250 personas desde el comienzo de su trabajo en julio del año pasado, incluido Musharraf, pero apenas visitó el país por las continuos ataques terroristas.

En un indicio del calado político del informe, el embajador paquistaní ante la ONU partió inmediatamente hacia Islamabad tras recibir el documento de manos del secretario general del organismo, Ban Ki-moon.

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