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BBC News Mundo

Los niños, las víctimas ocultas del conflicto en Siria

La ONU y activistas dicen que centenares de menores han muerto o han tenido que huir con sus familias a otros países por la represión del gobierno de Al Asad.


Grupos de derechos humanos dicen que más de 400 niños han muerto en las represiones de las autoridades sirias contra el gobierno de Bashar al Asad. La BBC habló con algunas de las familias afectadas que han huído a El Líbano y Jordania.

La madre de Tamer recuerda que un día salió de casa y al regresar le hizo una pregunta simple. «Se había cambiado de peinado y quería saber si le quedaba bien. Yo le dije: te ves muy guapo», recuerda Nawal al-Shari.

La siguiente vez que Nawal vio a su hijo de 15 años su cuerpo había sido grotescamente desfigurado. Su padre lo encontró en un depósito de cadáveres del hospital cuarenta días después de que Tamer saliera de su casa para asistir a una manifestación en la ciudad de Dera en abril del año pasado.

La familia, que estaba en contra de que participara en la protesta, sostiene que su hijo fue torturado por el estado en el que la encontraron.

Reconstruyendo los últimos días de su vida, la familia del adolescente se enteró que había sido llevado al tristemente célebre Centro de Detención de la Fuerza Aérea, cerca de Damasco.

Su radiografía mostraba signos de impactos de bala y huesos rotos. La mayoría de sus dientes frontales superiores estaban destrozados. Un amigo de un detenido le dijo a la BBC que vio cuando Tamer era golpeado en las instalaciones.

«No puedo creer que haya seres humanos que tengan el corazón de piedra para hacerle estos a sus semejantes. Ni siquiera los animales son capaces de algo así. Espero que algún día haya justicia para mi hijo», comentó la madre del joven a la BBC, Nawal al-Shari

La ONU acusa a Bashar al Asad

Como respuesta del caso de Hamza al-Khatib, de 13 años de edad, detenido en la misma época de Tamer, el gobierno sirio dijo que recibió un disparo en una manifestación, una afirmación que ponen en duda los grupos de derechos humanos.

Medios estatales dijeron que el padre del niño expresó su gratitud por la amabilidad de la familia del presidente Bashar al Asad con su caso.

En todos estos casos es imposible verificar la verdad de cada afirmación. El conflicto de Siria se ha convertido en una batalla encarnizada entre la propaganda de la oposición y el Estado.

Pero la ONU dice que ha obtenido «numerosas y justificadas» denuncias de torturas, incluidas las de niños.

Las Naciones Unidas también acusan al Estado sirio de mostrar «poco o ningún reconocimiento de los derechos de los niños en las acciones emprendidas para sofocar la disidencia».

El pasado diciembre la ONU declaró que 300 niños habían muerto desde el comienzo de la sublevación contra el régimen de Asad.

Desde entonces, organizaciones de derechos humanos afirman que el número de muertos ha aumentado a más de 400.

La Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, la jueza sudafricana Navenethem Pillay, le pidió al Tribunal Penal Internacional que investigue el régimen porque hay evidencias de que se están cometiendo crímenes contra la humanidad.

Damasco ha respondido calificando el informe de la ONU de desequilibrado y ha acusado constantemente a la oposición de formar parte de una conspiración extranjera para destruir a Siria.

Huyendo del régimen

Sin embargo, los testimonios de miles de refugiados que están huyendo de Siria subrayan las mismas denuncias de torturas y excesos por parte del gobierno.

Muchos de ellos describen que las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra multitudes de manifestantes, que incluían mujeres y niños. Así mismo algunos denunciaron que fueron atacados cuando intentaban huir del país.

En el Líbano me encontré con unos mellizos de siete años de edad, Mohammed y Munira, que resultaron heridos en un ataque militar durante su éxodo de Siria.

Los hermanos relatan que un grupo de militares abrieron fuego contra un camión cargado de refugiados cerca de un puesto de control cerca de la frontera de Siria con el Líbano.

Mohammed cuenta que sintió miedo cuando escuchó los disparos. A continuación, la pierna se le entumeció y comenzó a sangrar.

Al preguntarle a su hermana Munira de qué estaban huyendo, ella respondió: «Del régimen de Asad».

Con la profundización de la violencia en Siria, no hay camino a casa para las víctimas infantiles y pocas posibilidades de alguna justicia.

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