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A un día del primer aniversario de la matanza de Newtown, nuevo tiroteo en escuela de EE.UU. revive fantasmas del pasado Incidente recuerda desastres ocurridos en Connecticut, Aurora y Columbine

A un día del primer aniversario de la matanza de Newtown, nuevo tiroteo en escuela de EE.UU. revive fantasmas del pasado

Este viernes, un sujeto ingresó a un colegio secundario de Arapahoe de Centennial y, tras disparar a dos personas y verse enfrentado a la policía, se quitó la vida de un balazo. El lugar de los hechos está a sólo 25 kilómetros de donde ocurrió la masacre de 2012 en el cine de Aurora, que dejó 14 muertos, y a 20 de la escuela de Columbine donde en 1999 murieron 15 personas, ambos a la afueras de Denver (Colorado).


Una serie de espeluznantes coincidencias. Apenas a un día de que se cumpla un año desde que ocurrió la masacre más sanguinaria en los últimos seis años, cuando veinte niños y seis adultos fallecieron en un tiroteo en una escuela de Newtown (Connecticut, noreste de Estados Unidos), una nueva tragedia azota a un colegio del gigante norteamericano.

Este viernes, se produjo un tiroteo que dejó a dos heridos en una escuela secundaria de Arapahoe de Centennial, a sólo 25 kilómetros del lugar de la matanza de 2012 en el cine de Aurora, que dejó 14 muertos, y a 20 de la ocurrida en la escuela de Columbine en 1999, en la que murieron 15 personas, ambos a la afueras de Denver (Colorado).

El responsable del tiroteo se quitó la vida después tras haber herido a dos de los presentes. Al menos uno de ellos es un estudiante y se encuentra grave.

«El atacante está muerto a consecuencia de una herida de bala auto infligida. No hay más amenazas en este momento», aseguró Robinson.

El oficial detalló que, tras recibir una alerta, agentes de policía se desplazaron al centro educativo donde acorralaron al atacante, que se suicidó de un disparo. El alguacil indicó que el presunto autor llegó a la escuela preguntando por un profesor, un estudiante se enfrentó a él y recibió un tiro.

Aún se desconoce la identidad del sospechoso del tiroteo.

La alerta, que se desató sobre las 13.00 hora local (20.00 GMT), motivó un toque de queda en todos los centros educativos de la localidad de Centennial, que se encuentra a unos 30 kilómetros al sur de Denver.

La escuela de secundaria de Arapahoe de Centennial, a la que asisten normalmente unos 2.220 estudiantes, fue evacuada, los estudiantes salieron al exterior con los brazos en alto, fueron identificados y registrados uno a uno para descartar nuevas amenazas.

Un fuerte dispositivo policial se desplegó en los alrededores del centro educativo, que se encuentra a poca distancia de la escuela de secundaria de Columbine, donde en abril de 1999 dos estudiantes llevaron a cabo una masacre que acabó con la vida de 13 personas, además de la suyas.

El tiroteo de Centennial se produce un día antes del primer aniversario de la masacre de la escuela de primaria de Sandy Hook (Connecticut), en la que un joven de 20 años mató a 20 niños de 6 y 7 años, seis profesores y su madre antes de suicidarse.

Malos recuerdos

Poco después de conocerse las informaciones y cuando aún se desconocía que el autor había resultado muerto, la prensa estadounidense comenzó a resaltar la proximidad del lugar de los hechos con otras masacres, como la de Aurora y Columbine. La trágica coincidencia de fechas y lugares trajo a la memoria los peores recuerdos de los anteriores casos.

En julio de 2012, un estudiante universitario irrumpió en un cine de un centro comercial de Aurora durante el estreno de la última película de la saga de Batman, y comenzó a disparar indiscriminadamente contra los espectadores, acción que dejó 14 muertos.

Por su parte, en 1999, dos estudiantes de 17 y 18 años, Eric Harris y Dylan Klebold, armados con un fusil de asalto, dos escopetas y un revólver, entraron en la escuela secundaria de Columbine y mataron a 15 personas antes de suicidarse.

A un año del horror en la escuela Sandy Hook

La pequeña ciudad de Newtown, en Connecticut (EE.UU.), vivirá este sábado en la intimidad y recogimiento el aniversario de la matanza en la escuela Sandy Hook, donde veinte niños y seis adultos fueron asesinados por un joven perturbado.

En un intento de no reabrir el horror de esa pesadilla, las autoridades no van a realizar ningún tipo de acto conmemorativo en recuerdo de las víctimas y han pedido expresamente a la prensa, especialmente a las cadenas de televisión, que no vaya mañana a esta ciudad de Connecticut (noreste de Nueva York)

De hecho, el ayuntamiento ha solicitado a empresas, particulares e iglesias que no permitan que las camionetas de las cadenas de televisión aparquen en terrenos de su propiedad, y varias de las cadenas (al menos NBC, ABC y CNN) han anunciado ya que no piensan emitir desde la población.

Muchos familiares de las víctimas han dicho a sus amigos o vecinos que se irán de la ciudad durante el fin de semana para evitar revivir el drama.

Las familias de los niños supervivientes en las clases atacadas han advertido que no harán declaraciones, mientras que otros habitantes han señalado estos últimos días que no quieren que les asalten cámaras y micrófonos.

«Deseamos fervientemente que las muchas personas que tienen buenos deseos hacia nosotros, y los medios de comunicación, nos dejen este momento para estar solos y tranquilos», ha señalado la alcaldesa, Patricia Llodra, en su blog.

La tragedia impactó de forma dramática a esta idílica ciudad de 28.000 habitantes, que no quiere volver a revivir esos días de caos y dolor, por lo que se ha preferido honrar a las víctimas de forma «tranquila, personal y respetuosa», añadió Llodra.

El 14 de diciembre del año pasado, Adam Lanza, de 20 años, mató a tiros a su madre Nancy en la casa en la que ambos vivían y luego se dirigió fuertemente armado a la escuela, donde entró disparando sobre la puerta.

A continuación, asesinó a la directora y la psicóloga del centro, y posteriormente entró a dos salas de clase de primer curso, en las que asesinó a dos maestras, dos asistentes y veinte niños de 6 y 7 años.

Tras realizar 150 disparos en apenas cinco minutos con un fusil de asalto semiautomático, Adam Lanza se suicidó cuando llegó la policía, aunque tenía abundante munición y más armas (dos pistolas semiautomáticas).

Tras la tragedia, el presidente de EE.UU., Barack Obama, viajó a Newtown para una conmovedora ceremonia y la ciudad fue invadida durante días por periodistas de todo el mundo y curiosos.

Desde entonces, la escuela ha sido demolida, y la Newtown Action Alliance creada tras el tiroteo ha organizado viajes cada tres meses a Washington (el jueves por la noche organizó una vigilia en la Catedral Nacional de la capital) para solicitar medidas para el control de armas.

La ciudad y los familiares de las víctimas ya revivieron parte del horror el pasado 26 de noviembre, cuando la fiscalía del distrito presentó el informe sobre el tiroteo, en el que se reconoce que probablemente jamás se conocerán los motivos del autor.

El recuerdo fue aún peor cuando un juez aceptó una petición de la prensa para que la semana pasada se hicieran públicas (en contra de los deseos de la fiscalía y de la ciudad) las llamadas telefónicas a los servicios de emergencia realizadas desde la escuela.

La alcaldesa Llodra criticó esa divulgación argumentando que «escuchar esas llamadas» los «devuelve a un día de horror y tragedia».

Según el informe, de 48 páginas, Adam Lanza padecía síndrome de Asperger, una variante del autismo que le ocasionaba muchos problemas de interacción social, agravados en los últimos meses, en los que sólo se comunicaba con su madre por correo electrónico aunque vivían en la misma casa.

Además, el joven era muy aficionado a los videojuegos violentos, tenía obsesión por las matanzas colectivas (se encontró en su habituación mucho material relacionado con estos sucesos) y su madre le había enseñado a manejar y disparar armas.

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