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El desaforado útil


Las declaraciones de Martínez Bush luego de conocido el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago respecto del desafuero de Pinochet, cuya condición de ex vitalicio desafía la gramática, debe ser tomada con una pizca de humor, pues de lo contrario y de tomarlas en serio, habría que pensar en un proceso de desafuero del senador designado por efectuar amenazas muy mal veladas en pos de subvertir el orden institucional. La inspiración y propósito del almirante en retiro, su receta mágica y voluntariosa, es que si no se le da a él su regalado gusto, es decir, que la población toda ingiera una píldora que cause amnesia retroactiva, con vigencia once de Marzo de mil novecientos noventa, cierta gente, quienes ya no están bajo órdenes, reaccionarían de una forma tal que asustaría a la ciudadanía, al poder judicial y al gobierno.

Es del todo deseable que nadie recoja el guante ridículo lanzado por el inefable almirante (r) pues sólo persigue tender una oscura cortina de humo, una copia perversa de Fuente Ovejuna, para confundir y escamotear el conocimiento de la verdad. No le hagan caso, déjenlo donde está porque puede ser muy útil si se le asigna el papel de referente reversible.

El profesor Northcote Parkinson, autor de «La Ley de Parkinson», que enuncia que todos ascienden hasta llegar al nivel de su propia incompetencia, se refiere también, en otro capítulo del libro, a la eficacia de los directores de sociedades anónimas, destacando ahí que la experiencia arroja un fenómeno cierto que desafía las leyes de probabilidad matemática. En efecto, dice Parkinson, la experiencia nos enseña que es imposible encontrar una persona, integrante de un directorio o no, que no se equivoque nunca, que esté siempre en lo cierto; por otra parte, anota el profesor, esa misma experiencia nos revela que sí existen personas que se equivocan sistemática y consistentemente. Esto indicaría que el Diablo es más militante que Dios, con lo cual puede estar de acuerdo el aludido, o más probable, que la capacidad del hombre para cometer estupideces es ilimitada. Al margen toda disquisición teológica o filosófica volvamos a esta rara especie, escasa y valiosa si se la aprecia por lo que vale, por su consistencia.

Sostiene Parkinson, con impecable lógica, que la empresa que cuente con un tonto inequívoco sólo puede prosperar, ya que solo basta preguntarle a éste su opinión, hacer lo contrario y proceder en consecuencia.

Desde esta sabia enseñanza clamamos por la permanencia de Martínez Busch en la vida pública, como faro señero, luminoso, macizo, recio, tan consistente, para » pedir poto» como se usa en el cacho y el dudo. Necesitamos esa orientación infalible para buscar las soluciones a tantos problemas. Que nadie pida su desafuero, por favor, que lo dejen desaforado, conforme a la acepción principal que nos entrega el diccionario.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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