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El premio «Lezama Lima» de Cuba


El poeta colombiano Juan Manuel Roca, ganador del premio de poesía «José Lezama Lima», 2007, otorgado en Cuba por «Casa de las Américas», consideró el galardón como «lo más significativo» de su carrera literaria. La distinción fue concedida a su obra «Cantar de lejanía», publicada por el Fondo de Cultura Económica de México con prólogos de Gonzalo Rojas y el editor español Manuel Borrás.



«No sabía ni que estaba nominado. Me coge por sorpresa y me da mucha, mucha alegría», dijo Roca, quien fue candidato al premio literario ‘Rómulo Gallegos’ en 2005.



Juan Manuel Roca, (Medellín, 1946), cuentista, humorista y comentarista de arte, militó en el Nadaísmo.



Podría compararse la «Casa de las Américas» con una celda, aunque la metáfora no sea tan surrealista como la de Juan Manuel Roca: «Podemos comparar la mar con una carpintería, porque la garlopa arroja cantidades de viruta a las playas del mundo».



Mucha viruta literaria viene arrojando a las playas culturales del mundo la institución cubana, desde que la garlopa guerrillera se convirtiera en hoz y martillo, tras el «Caso Padilla» y el tristemente célebre Congreso Nacional de Educación y Cultura (abril de 1971), cuando Castro decide que mantenerse en el poder era más importante que la revolución, tras el fracaso de la Zafra de los 10 Millones —ya el Che había muerto sin ayuda en Bolivia— y la oportunista entrega del caudillo caribeño al Moscú del realismo socialista y el comunismo científico.



Ahora llega la noticia de que el Premio Honorífico de Poesía «José Lezama Lima» le ha sido concedido por la desprestigiada institución al colombiano Juan Manuel Roca, que se apresuró en aceptar el galardón, mientras Lezama otro año más se revuelve en su humilde tumba del Cementerio de Colón.



¿Sabrá el galardonado que José Lezama Lima padeció el ostracismo en su propia patria durante los cinco años últimos de su humilde vida, que le impidieron publicar en Cuba y no le dejaron salir de la isla, ni siquiera a ver a su hermana en Miami? ¿Sabrá el poeta de la fraterna y querida Colombia que las cartas de Lezama nunca han sido publicadas en Cuba, porque algunas de ellas aún son consideradas diversionistas por el Partido Comunista, ideológicamente servidoras del «enemigo imperialista»?



¿Sabrá que hasta hace poco menos de una década —Lezama muere en 1976— no estaba en los programas de Literatura Cubana de enseñanza media?



¿Sabrá que el presidente de la Casa de las Américas decía a sus alumnos que no valía la pena leer Paradiso? ¿Sabrá que ese mismo poeta —Roberto Fernández Retamar— que le va a entregar el premio, como miembro del Consejo de Estado tiene que firmar las órdenes de fusilamiento, como a los tres infelices negros que, en la primavera del 2003, trataron de raptar una lancha para irse a Miami, con una pistola de juguete?



¿Sabrá que en la hermosa Cuba hay más de 300 presos de conciencia —entre ellos varios que escriben poemas—, pudriéndose en cárceles donde reciben un trato de perros? ¿Sabrá que Amnistía Internacional y Periodistas sin Fronteras condenan sistemáticamente al gobierno cubano por violar la Declaración Universal de los Derechos del Hombre?



Pobre Lezama, cuando los premios anuales de la Casa de las Américas decayeron, cuando ya no eran ni el fantasma de lo que habían sido en los tan revolucionarios 60, cuando ya ningún escritor latinoamericano de cierto relieve enviaba sus originales, inventaron los premios honoríficos para rescatar el prestigio dilapidado por el totalitarismo. Su nombre —inofensivo porque estaba muerto— es el que hoy encubre a la más longeva dictadura que ha padecido la América nuestra. Su nombre ahora llega a un poeta colombiano.



Dios quiera que se dé cuenta de la broma macabra, que la distinción y el afán de figurar no le nublen el entendimiento, que no se preste a la farsa, salvo que sea un farsante. Pobre Lezama: más de lo mismo.

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Harold Alvarado Tenorio es poeta, periodista colombiano y dirige la revista «Arquitrave».



José Prats Sariol, cubano, hizo estudios de Literatura en la Universidad de la Habana con José Lezama Lima. Crítico literario, novelista, ensayista y profesor universitario. Ha ofrecido conferencias en universidades y centros culturales de Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Holanda, Italia, México, Noruega, Rusia, España, Suecia, Suiza, Estados Unidos y Venezuela. Vive exiliado en México.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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