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Los políticos y el opio del fútbol

Jaime Retamal
Por : Jaime Retamal Facultad de Humanidades de la Usach
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Los intelectuales de derecha en los medios de derecha tratando, desde hace rato, de teorizar sobre las virtudes (liberales) del “líder empresarial” que podría ser Bielsa. Por otro lado, Tironi –apodado alegremente “La Nana”- intelectual de nuestra izquierda, argumentando desde sus particulares constructos sociológicos que Michelle Bachelet es la “Gran Madre”, la fuente de resiliencia de todos esos triunfos que alegran el alma nacional.


¿El fútbol de la selección un opio? Sí. Opio de los políticos y sus intelectuales. Y lamentablemente, tal como hemos visto, ya no más opio del pueblo.

Esta vez, qué duda cabe, era necesario un momento de relax, después de este terremoto que sufrimos. Un gustito después de tanto miedo, sufrimiento y dolor acumulado.

Pero, el intento de monopolización simbólica del fútbol, de parte de los políticos y sus intelectuales, ha sido verdaderamente insufrible.

Han querido hacer una “mexicana” inaceptable a esta “flor del mal” que no es –ni era- para ellos.

La verdad es que en el siglo XX hemos asistido repetidamente a este espectáculo global y planetario de cooptación burda de los símbolos deportivos.

[cita]Y el Presidente Sebastián Piñera? Reclamando contra el árbitro, el juez del partido: era que no, los jueces le molestan y lo han molestado desde siempre.[/cita]

El más trágico, qué duda cabe, el ocurrido en septiembre del año 1972. Alemania quería limpiarse mediáticamente, con la organización de unos juegos olímpicos en Munich, de toda culpa por un Holocausto en el que todos fueron acusados de culpables por el gran filósofo Karl Jaspers. Sin embargo, la organización palestina “Septiembre Negro” atentó contra el equipo israelí y es prácticamente seguro que esos asesinos contaron con el apoyo de la izquierda radical local (aunque, como dice el historiador Tony Judt, la derecha radical alemana no hubiese tenido asco en hacer lo mismo).

Más cerca, en la Argentina de los 90, Carlos Menem enarbolando un peronismo de nuevo cuño procuró con fuerza satisfacer los intereses y expectativas de los más poderosos aprovechando la fragmentación de las bases populares. Menem se acercó rápidamente a los futbolistas de élite para cautivar la opinión pública de una manera que pareciera menos comprometida a los mega-intereses. Sabemos en qué terminó esa historia.

Pero lo que han tratado de hacer con Bielsa y su selección es realmente grotesco. Los intelectuales de derecha en los medios de derecha tratando, desde hace rato, de teorizar sobre las virtudes (liberales) del “líder empresarial” que podría ser Bielsa o sobre el carácter nacionalista de una competición mundialera. Por otro lado, Tironi –apodado alegremente “La Nana”- intelectual de nuestra izquierda, argumentando desde sus particulares constructos sociológicos que Michelle Bachelet es la “Gran Madre” de esos niños huérfanos (de capital cultural), y por ello, la fuente de resiliencia de todos esos triunfos que alegran el alma nacional, también resiliente entre tanta falla telúrica.

¿Y el Presidente Sebastián Piñera? Reclamando contra el árbitro, el juez del partido: era que no, los jueces le molestan y lo han molestado desde siempre. Pero eso de ir a la denominada “zona cero” del terremoto, pasar la noche ahí y ver el mundial con el pueblo, no es sino hacer una “mexicana”. Esta droga no les pertenece.

Ni Raymond Aron -quien enfatizó en su minuto la “absurda sorpresa de que la izquierda europea haya tomado a un constructor de pirámides por su Dios”- hubiese comprendido esta “mexicana” de nuestros liberales de derecha e izquierda.

Habría que contarle a este gran pensador liberal francés, que a lo mejor todo ya fue resuelto por uno de nuestros poetas cuando dijo que “la derecha y la izquierda unidas, jamás serán vencidas”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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