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El verdadero triunfo de la derecha

Sergio Espejo
Por : Sergio Espejo Abogado. Diputado DC
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No pasa día sin que deje de impresionar la total incompetencia en la conducción política del gobierno. El Presidente convoca a un diálogo político y su vocera lo desautoriza descalificando a los invitados. Sólo cuando los establecimientos secundarios en paro o toma se acercan a 200, el ministro de Educación se abre a la posibilidad de diálogo con los dirigentes del movimiento. Pocos días antes, el Canciller abandona el país y el ministro de Defensa, en ausencia de éste y con total desatino, responde a las habituales declaraciones de nuestros vecinos afirmando que nuestras fuerzas armadas siempre están listas para actuar.

Suma y sigue… y sin embargo, la paradoja.

Una y otra vez podemos apreciar como el razonamiento de la derecha se apoderó del debate público.

En educación todo parece reducido a un problema de acceso a becas y créditos, facilidades de pago de deudas, acreditación y hierbas similares. O sea, una cuestión más o menos financiera que puede ser resuelta completamente por el mercado.

En un país cuyo sistema público de salud ha permitido alcanzar indicadores comparables a los de países ricos, la temporada de enfermedades respiratorias es enfrentada mediante un bono que transfiere recursos públicos a prestadores privados. Un verdadero aguinaldo de invierno para el sector privado de salud. Mientras tanto, las autoridades permanecen en un silencio escalofriante frente a la salud pública, sus dificultades y desafíos.

El debate en vivienda, en el segundo invierno que pasarán muchas familias viviendo en campamentos y aldeas (damnificados del 21 de febrero y habitantes del país de los campamentos que nunca acabaron), sigue marcado por la ilusión de que portadores de vouchers elegirán con total libertad la vivienda de sus sueños.

La catástrofe financiera de La Polar pone en evidencia lo que ocurre cuando el sueño de una sociedad basada en el consumo embriaga por igual a autoridades, empresas y ciudadanos. Dejar hacer, dejar pasar. ¿Para qué regular y fiscalizar en serio?

Ahí está el triunfo de la derecha. A duras penas dirige el país. Los partidos que sostienen su coalición son incapaces de producir gobernabilidad.  Y sin embargo son sus ideas las que definen el marco de nuestro debate público: el mercado como la única arena en la que los chilenos nos relacionamos, el único arreglo a partir del cual podemos cubrir nuestras necesidades, la solución a nuestros desafíos de largo plazo.

Mientras ese sea el rayado de cancha, la oposición puede seguir reclamando lo que quiera. Poco importa. En el país del gatopardo, aún cuando todo cambie, todo sigue igual.

(*) Texto publicado en El Quinto Poder.cl

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