Mucho se ha hablado estas semanas sobre las integración social urbana. El ya antiguo debate que el Alcalde Joaquín Lavín ha logrado rescatar del baúl de lo recuerdos a través de una iniciativa aislada, ha sido recogida por el Ministro de Vivienda anunciando una política de vivienda social. Además de recordarle a la opinión pública que este debate no es una novedad sacada de un sombrero de magos y que tal como se ha expresado principalmente por actores sociales y la academia se requieren cambios estructurales para avanzar a una real integración, quisiera manifestar tres puntos que aparecen esenciales a la hora de continuar con este debate y avanzar a acciones concretas:
1) Territorio: El reconocer las causas del problema, no sólo permitirá diseñar e implementar acciones integrales e intersectoriales, si no que también, hacer un diagnóstico serio de nuestras ciudades intermedias y conurbaciones en vías de metropolización, áreas que hace años ya expresan rasgos similares a la segregación social urbana de nuestras áreas metropolitanas tales como Iquique-Alto Hospicio, Antofagasta, Coquimbo – La Serena, Rancagua-Machalí, Talca y Temuco-padre las casas entre otras. Como dicen por ahi, Santiago no es Chile.
[cita tipo=»destaque»]Legislación: Las instituciones que deriven de dicha nueva gobernanza deben considerar un aspecto crítico a la hora de actuar en el territorio en materia de vivienda, y que dicho sea de paso, ha sido ampliamente validado por los “países desarrollados”. La expropiación de interés público con beneficios sociales ha sido fundamental para combatir la desigualdad y segregación en las ciudades más integradas. Que en Chile no se pueda expropiar para construir hospitales, escuelas, parques y viviendas de interés público es un fenómeno clave si queremos hablar de una integración real en el largo plazo.[/cita]
2) Institucionalidad: Lo anterior, requiere de gobiernos de ciudad con potestades integrales y recursos significativos, algo que la institucionalidad actual está lejos de alcanzar. Una política de vivienda aislada no tendrá efecto alguno si no considera una estrategia intersectorial en distintos frentes y escalas, siendo el fortalecimiento de la institucionalidad intercomunal y local un ámbito fundamental.
3) Legislación: Las instituciones que deriven de dicha nueva gobernanza deben considerar un aspecto crítico a la hora de actuar en el territorio en materia de vivienda, y que dicho sea de paso, ha sido ampliamente validado por los “países desarrollados”. La expropiación de interés público con beneficios sociales ha sido fundamental para combatir la desigualdad y segregación en las ciudades más integradas. Que en Chile no se pueda expropiar para construir hospitales, escuelas, parques y viviendas de interés público es un fenómeno clave si queremos hablar de una integración real en el largo plazo.
Sin estas y muchas otras medidas, seguiremos celebrando largamente por décadas estos hechos aislados, dando portadas de diarios, entrevistas y extensos reportajes sobre las paupérrimas condiciones de integración que poseen nuestras ciudades que privan de derechos a sus habitantes.