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Industria 4.0

Por: Benjamín Riquelme Oyarzún



Señor Director:

En el último tiempo han sido emblemáticas las decisiones de cerrar la planta Maersk en San Antonio y la de IANSA en Linares, situación que seguirá sucediendo a futuro. La reacción del gobierno hasta el momento ha sido la de atender la contingencia y es de esperar que haya visualizado que ya estamos en la Industria 4.0.

La razón de mayor peso para la paralización de las plantas señaladas es la falta de competitividad a nivel mundial. Mientras más tiempo se mantenga el status quo en educación, seremos menos competitivos. Basta pensar en cómo será la reconversión laboral de las personas que perdieron sus trabajos, ¿se les enseñará y capacitará en más de lo mismo?… Hace años que entramos en la era digital, donde las grandes empresas no son necesariamente sinónimo de amplias infraestructuras, gran cantidad de maquinaria y cientos de trabajadores. El hoy laboral exige además de conocimientos tecnológicos, el desarrollo de habilidades que permitan el trabajo cooperativo, la innovación y el emprendimiento, entre otros.

Esta realidad nos debe preocupar, porque seguimos preparando a muchos estudiantes a que experimenten lo sucedido con los trabajadores de San Antonio y Linares, es decir, que cuenten con poca capacidad y herramientas para insertarse eficientemente en el mundo competitivo del siglo XXI.

Es momento que los políticos den tregua a posturas ideológicas y refunden la educación para la Industria 4.0 y pensando en la 5.0.

Benjamín Riquelme Oyarzún

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