Publicidad

Indolencia académica

Por: Pablo Maturana Véliz


Señor Director:

Para ningún científico chileno es ajeno comprender la crítica situación que vive la ciencia nacional. El estancamiento de la inversión en I+D (que no supera el 0,38% del PIB), el masivo retorno y formación de doctorados, y hasta ahora la inexistente estructura que administre y de directrices para definir políticas públicas en ciencia, tecnología y conocimiento, han sido puntos expuestos en diversas cartas, columnas de opinión y de discusión por parte de académicos, científicos y premios nacionales. Sin embargo, muy pocos de ellos han abogado por las precarias condiciones laborales de sus asistentes de investigación o doctorantes.

Los asistentes de investigación, profesionales por cierto, reciben sueldos bajos y trabajan sin un contrato que les otorguen beneficios de salud y previsión. A eso se suma que no están bajo el amparo de una institución que los contrate, teniendo que brindar servicios directos a distintos académicos, sujetos entonces, a particularidades laborales que en muchos casos bordea lo poco ético. Por otro lado, los doctorandos tampoco han tenido una situación privilegiada. A atrasos en su manutención, muchas veces recurrentes, ahora se suma para muchos de ellos la suspensión de beneficios que les permiten comprar reactivos, asistir a congresos, realizar estadías en el extranjero y lo más crítico; recibir un sueldo mientras finalizan sus proyectos de tesis.

Ante estas problemáticas los académicos chilenos han adoptado, en su mayoría, una actitud indolente. Muy pocos realmente se preocupan por las precarias condiciones de quienes trabajan con ellos y se excusan manifestando que la ciencia chilena está en la UTI. Pues se equivocan, es aún más critica para una mayoría claramente invisibilizada. Todo esto es explicable pero no aceptable, son los únicos actores dentro del mundo académico-científico que cuentan con contratos laborales amparados por una institución y que su estabilidad laboral no esta sujeta a la adjudicación de fondos del estado. Creo que es momento de dejar de velar por intereses gremiales, particulares e incluso personales y entender que la única manera de progresar y hacer de este país uno desarrollado, integrado, equitativo y solidario es mirar más allá de nuestros hombros.

 

Pablo Maturana Véliz
Bioquímico, MSc. Bioquímica UCH
Candidato a Doctor en Ciencias

Publicidad

Tendencias