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Sebastián Piñera busca salida digna ante presión de Joaquín Lavín

El salvavidas a Piñera no sería casual, si se considera que el lunes 1 de marzo la comisión política entregó su apoyo en forma "unánime, plena y absoluta" a la directiva en general y a Piñera en particular. Por lo que el hecho de que sea ésta instancia la que resuelva, junto con el timonel, su destino en la colectividad, resulta totalmente coherente.


El anuncio del líder de la derecha, Joaquín Lavín, en orden a que el timonel de la UDI, Pablo Longueira, se comprometió a no repostular a la presidencia de la colectividad, y el llamado a que Sebastián Piñera haga lo mismo, puso entre la espada y la pared al presidente de Renovación Nacional, quien después de reunirse con la mesa y con Andrés Allamand, decidió hacerse eco del emplazamiento del alcalde de Santiago.



Alrededor de las 18:00 horas de ayer llegaron hasta la casa de Piñera, en el barrio alto de la capital, los vicepresidentes del partido Rodrigo Hinzpeter y Daniel Platovsky, y el secretario general, Renato Sepúlveda. Media hora después lo hizo el ex presidente de la colectividad, Andrés Allamand, quien le explicó a los presentes el alcance de la declaración pública efectuada por Lavín y se analizaron los distintos escenarios que ella generará.



Unos 45 minutos estuvo reunido Allamand con la directiva de RN, tras lo cual la mesa resolvió convocar para hoy, a las 10:00 de la mañana, a una conferencia de prensa. Pese a los trascendidos, que aseguran que Piñera anunciará su renuncia en esa cita, lo cierto es que el principal objetivo del encuentro es informar acerca de la realización de una comisión política extraordinaria, a la que se comenzó a citar desde anoche.



La finalidad de la reunión sería delegarle, a la mencionada instancia, la responsabilidad de compartir la decisión que afectará al partido en su conjunto. Este hecho no es casual, si se considera que el lunes 1 de marzo la comisión política entregó su apoyo en forma "unánime, plena y absoluta" a la directiva en general y a Piñera en particular. Por lo que el hecho de que sea esta instancia la que resuelva, junto con el timonel, su destino en la colectividad resulta totalmente coherente.



Por otra parte, la directiva no descarta someter la decisión final a un consejo general, que sería convocado de manera extraordinaria para este fin de semana, con el fin de que sean las bases representadas las que decidan el futuro de RN.



En tanto, cercanos al presidente de RN aseguran que el dirigente está molesto por la forma como Lavín y Allamand resolvieron terminar definitivamente, con lo que se ha convertido en una escalada ascendente de rencillas al interior del pacto. Situados por sobre los partidos, ambos líderes, decidieron cortar por lo sano, sacrificando a quienes son sindicados como los responsables de un bochornoso capítulo para la Alianza por Chile. A lo que se suma que los permanentes altercados entre Piñera y Longueira amenazaban con afectar gravemente la candidatura presidencial de Lavín.



Tras hacerse pública la decisión de Longueira -de poner fin a su mandato de seis años al interior de la UDI-, descartando la posibilidad de repostularse, y el llamado de Lavín a Piñera para que "en aras de la necesaria unidad" siguiera los pasos del timonel gremialista, en los pasillos del Congreso cundió la sorpresa y discretas conversaciones de pasillo se sucedieron una tras otra.



Algunas de las más significativas son las sostenida alrededor de las 17:00 entre el senador Andrés Chadwick y el diputado Patricio Melero, tras la cual este último se reunió con el diputado RN Alberto Cardemil, quien ya había manifestado la necesidad que Piñera dejara la presidencia del partido.



Mal augurio



Los disidentes de RN vieron en la determinación del presidente gremialista la oportunidad de desbancar a Piñera sin mover un solo dedo. De hecho, desde las primeras horas de la mañana los duros, a través de algunos de sus representantes más emblemáticos, como el senador Sergio Romero y el diputado Alberto Cardemil -quien carga con el estigma de una nada decorosa salida de la presidencia de RN, cuando previo a las parlamentarias del 2001 los dirigentes le pidieron a Piñera que asumiera la dirección del partido-, advirtieron que no están dadas las condiciones para que el actual timonel continúe en su cargo.



No obstante, Cardemil, tal vez recordando el triste episodio que le tocó vivir -justo antes que Piñera-, señaló que si Piñera deja la presidencia, deberá hacerlo con los méritos que merece.



Sin embargo, entre la disidencia habían opiniones compartidas respecto a la decisión del timonel. Algunos daban por hecho que Piñera no podía hacerse el sordo ante el emplazamiento de Lavín, ya que de hacerlo quedaría mal parado ante la opinión pública, sus bases y el propio Longueira, que se le adelantó al tomar una decisión difícil, pero que beneficia al pacto -aseguran-. Otros, en cambio, apostaban a que el presidente de RN insistiría en permanecer en su cargo e incluso en repostular.



Espina bajo presión



Por otra parte, este nuevo escenario cambió los objetivos de los disidentes. Si hasta ese momento se buscaba al candidato que pudiera oponerse a Piñera en las elecciones internas de abril, haciendo énfasis en "caras nuevas" -entre las que se mencionaba al senador Baldo Prokurica, el diputado Nicolás Monckeberg o la diputada Lily Pérez-, tras el anuncio de Lavín se comenzó a buscar una figura de consenso, para que se haga cargo de RN, que contara con el apoyo, si no de todos, de la mayoría.



Así resurgió el nombre del senador Alberto Espina. Si bien el ex presidente ya había sido tentado por la disidencia, negándose de plano a asumir dicha responsabilidad, los ojos de los parlamentarios volvieron a mirar hacia él. Pasado el medio día, los senadores de RN se reunieron a analizar la situación del partido. Cerca de las 18:30 horas -cuando se conocía la decisión de Longueira- los senadores se volvieron a reunir, oportunidad en que mayoritariamente le manifestaron a Espina que debía hacerse cargo del partido. El parlamentario, sin embargo, habría esgrimido una serie de argumentos para negarse.



Más tarde, en un restorant de Viña del Mar se reunieron los disidentes para continuar analizando el tema, aunque la primera opción para reemplazar a Piñera, a los ojos de este sector sigue siendo el senador por la Novena Región.



Espina reúne en torno a su nombre a liberales y conservadores, indistintamente, que estiman que es la persona adecuada para sacar encabezar RN en esta difícil etapa y en medio de futuras negociaciones electorales con la UDI. Pero no sólo los parlamentarios le han pedido a Espina que vuelva a ocupar la presidencia de RN. De hecho, el propio Andrés Allamand le hizo ayer este pedido en forma especial.



Aunque, hasta ahora, Alberto Espina se ha mantenido firme en su opción de no ocupar cargos dirigenciales, debido a que -según dice- sus muchas responsabilidades legislativas se lo impiden, nada permite asegurar que no ceda ante las presiones de los organismos del partido o del propio Allamand.



La UDI sufre una pérdida



Otro tanto ocurre en el gremialismo. La sorpresa que provocó entre los dirigentes el anuncio de Lavín demostró que, una vez más, Pablo Longueira tomó una decisión sin consultar al resto de la directiva. Entre otras cosas, porque aunque ya había manifestado que pensaba dejar la dirección del partido, los dirigentes continuaban obligándolo a postergar la resolución definitiva, intentando convencerlo de que continuara, a lo menos, hasta las elecciones presidenciales.



Ante hechos consumados, avanzada la tarde de ayer, dirigentes, parlamentarios y alcaldes comenzaron a darse cita en la sede de calle Suecia para entregarle su apoyo a Longueira, ante tan "doloroso" trance. De hecho, cerca de las 21:15 horas arribó a la UDI el presidenciable de la derecha, quien decidió concurrir personalmente a agradecer al timonel gremialista por tan "noble gesto" que, se espera, contribuya a solucionar los conflictos al interior de la Alianza por Chile.



La decisión de Longueira abre la incógnita acerca de quién lo reemplazará a la cabeza de la UDI. Los nombres que suenan más fuerte son los de los senadores y vicepresidentes Juan Antonio Coloma y Hernán Larraín. Sin embargo, el hecho de que este último esté a sólo días de asumir la presidencia del Senado, convierte a Coloma es la primera opción para ocupar el cargo del actual timonel.



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