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Jorge Arrate: «En el PS hay aparatos impermeables a las críticas»

Pese a haber apoyado a Isabel Allende en los recientes comicios partidarios, el ex candidato a senador reconoce hidalgamente el triunfo de Escalona, a quien valora como un dirigente con mucha proyección. Pero al mismo tiempo rechaza ciertas prácticas aparatistas y un vacío de propuestas que, a su juicio, le están pasando la cuenta al PS al alejarlo de la sociedad y de sus raíces.


Su nombre había sonado como uno de los posibles para enfrentar, bajo los estandartes de la alianza entre la Megatendencia (renovados) y el Nuevo Socialismo, sector en el cual milita, a Camilo Escalona en las elecciones internas del PS. Pero al final dio un paso al costado, para allanarle el camino dentro de esa lista a Isabel Allende. Y ni siquiera se presentó como candidato en la nómina de postulantes a miembros al comité central.



Ex embajador, ex ministro, ex candidato a senador por la Cuarta Región y actual rector de la Universidad Arcis, Arrate es una de esas figuras indiscutidas dentro del socialismo, que genera consensos más allá de sus posiciones coyunturales. Adalid en una época de la "renovación" partidaria, hoy llama, en cambio, a rescatar ciertas raíces que se entrelazan con la razón de ser de esta colectividad como agente de cambio.



Ajeno a la "chimuchina" del momento, no duda en asegurar que "la elección la ganó la lista de Camilo y ninguno de los reclamos de que he tenido noticia inciden para nada en ese resultado". No obstante, así como valora a Escalona, el líder de la Nueva Izquierda, como dirigente ("es un figura de la política chilena por muchos años por venir"), piensa que "su dimensión política sería mucho mayor si decidiera disolver la corriente que ha mantenido durante tanto tiempo y contribuir a un PS abierto a sus militantes y a la sociedad".



Tampoco tiene complejos para aseverar que "la temática en torno a la cual giró (la campaña electoral interna) fue pobre y a veces muy poco trascendente". Y sostiene que "quienes siguen la política se preguntarán qué debate se hizo sobre el régimen político, el sistema binominal, la indiferencia de los jóvenes, las correcciones o no al modelo económico, la desigualdad, etc…"



Lamenta, por otra parte, que el PS haya sufrido un proceso similar al "que también han padecido otros partidos, como el PT de Brasil. Una suerte de estatización». Y cree que a ello ha contribuido fuertemente "el juego de corrientes que favorecen los principales dirigentes socialistas".



-Al cabo de los comicios internos para elegir al nuevo comité central del partido, ¿cuál es el balance general que hace de este proceso? ¿Contribuyó a posicionar a los socialistas como un partido relevante y con capacidad de atracción hacia sus filas de amplios sectores de la ciudadanía?

-Votaron más de 30.000 personas. La elección mostró una gran voluntad de participar. En ese sentido, ha sido positiva. Desafortunadamente la temática en torno a la cual giró fue pobre y a veces muy poco trascendente. Las dos grandes listas se concentraron en el tema del apoyo absoluto o no al gobierno, un dilema inventado, y en discutir problemas internos que creamos los mismos socialistas. El Partido no puede ser una fábrica de problemas internos que luego se convierten en el primer punto de su agenda.



-¿Por qué cree que una de las listas en particular, aquella que aparece como la vencedora, impuso un eje de discusión que giraba en torno a cuán leal o incondicional debía ser el PS frente al gobierno?

-Creo que por una razón electoral, a fin de beneficiarse del cariño y respeto que los socialistas sentimos por la Presidenta. Y también porque, a mi juicio, equivocadamente, algunos creen, de buena fe, que el PS trabó gravemente al gobierno de Allende. Pienso que el tema es mucho más complejo que esa visión simplista que, en definitiva, fue difundida por la derecha.



-Germán Correa declaró, previo a las elecciones, a El Mostrador.cl que "el PS tiene mucha menos presencia que la UDI en el mundo popular en estos momentos". ¿Qué opinión le merece este aserto? ¿Cree que es posible que el PS se termine transformando en un partido de funcionarios del Estado, como le ocurrió al Partido Radical en otras épocas, y pierda los lazos que lo ligan a la sociedad civil en su conjunto?



-Sería lamentable si fuera como dice Germán. Cierto o no, el hecho es que el PS ha sufrido un proceso que también han padecido otros partidos en similares circunstancias, como el PT de Brasil. Una suerte de «estatización». No hemos logrado equilibrar el legítimo ejercicio de la función pública por parte de nuestros militantes con el fortalecimiento de una relación de doble sentido con la sociedad: el PS en la sociedad, la sociedad en el PS. A ello ha contribuido fuertemente el juego de corrientes que favorecen los principales dirigentes socialistas.



El "exocet" de Aguiló



-Otra de las declaraciones que sacó roncha, en el curso de la campaña, fue la de Sergio Aguiló, quien acusó a Escalona del uso de "ciertas prácticas estalinistas". Éste reaccionó muy dolido ante este hecho, calificándolo de un ataque personal e injustificado. Sabiendo que Ud. se encuentra próximo a Aguiló en cuanto a sus ideas y su visión del partido en general, ¿cuál es su apreciación respecto a este tema?



-Pienso que es inevitable que en un partido democrático y vivo existan opiniones diversas y me parece atendible que para las elecciones internas se agrupen y postulen candidatos y plataformas. Entre elecciones creo útil que existan centros de reflexión, revistas, debates. En el PS, en cambio, hay corrientes permanentes, aparatos impermeables a las críticas, con grados de organización propio que los hacen aparecer a veces como partidos dentro del Partido.



No me parece interesante un PS que se convierta en una federación de corrientes, grandes o chicas. En este caso, cada vez más chicas porque se dividen y generan nuevos entes de poder interno.



Escalona es un destacado dirigente que ha realizado un aporte valioso al socialismo chileno. Se ha consolidado como senador, luego de una gran campaña, ha atravesado períodos difíciles y los ha superado, es un figura de la política chilena por muchos años por venir. Su dimensión política sería mucho mayor si decidiera disolver la corriente que ha mantenido durante tanto tiempo y contribuir a un PS abierto a sus militantes y a la sociedad.



-Incluso en el debate televisivo entre Escalona y Allende, donde se excluyó a las listas minoritarias, se repitió una característica que fue una constante en los comicios: la falta de un debate de fondo, donde se pudiera apreciar los proyectos de país y las ideas-fuerza que eran el motor de cada una de las candidaturas. ¿A qué atribuye esto?

-En realidad, las listas minoritarias hicieron un esfuerzo por proponer ideas políticas para el debate. Guste o no guste lo que plantearon, Ávila, Buccat y Carmen Lazo, propusieron conceptos políticos. Las dos listas mayoritarias y su foro me dieron la impresión de estar frente a un despoblado de ideas políticas. Quienes siguen la política se preguntarán qué debate se hizo sobre el régimen político, sobre el sistema binominal, sobre la indiferencia de los jóvenes, sobre las correcciones o no al modelo económico, sobre la desigualdad, sobre las transformaciones de la derecha política, sobre las relaciones internacionales del PS y su vocación latinoamericanista, sobre las especulaciones respecto a la creación de otro partido que absorba al propio PS…



En fin. Mal de muchos… Las elecciones simultáneas de los tres principales partidos de la Concertación han servido para mostrar el «vacío partidista». La vida de los partidos está vacía de política, con algunas excepciones.



Sin embargo, sospecho de ese vacío. Sospecho que es un velo. El vacío es el disfraz del conformismo, de la complacencia de nosotros mismos, un alibí para el autohalago, el autohomenaje y la autocelebración. El vacío es un disimulo, una hipocresía. Lo que hay realmente es una tendencia política, grave para quienes se definen socialistas, a perder la capacidad crítica, a dejar de imaginar que las cosas pueden ser de otra manera que aquella como transcurren. El vacío es acomodo.



"No creo que el PS esté quebrado"



-¿Cómo se pueden cerrar las heridas que quedan abiertas en un partido virtualmente quebrado en dos, más allá de los acuerdos cupulares a los que se puede llegar una vez designados oficialmente los miembros del próximo comité central?



-No creo que el PS esté quebrado. El comité central elegirá una mesa, tendremos tantas vicepresidencias como sea preciso para integrar mejor a las corrientes, habrá espacios para todos o casi todos en la dirección, lo que es un progreso. Después, no creo que pase mucho a menos que los socialistas comiencen a recuperar su hábito de discutir críticamente y reestablezcan relaciones amplias con toda la sociedad, en sus expresiones sociales, culturales y políticas. Y, claro, siempre que no nos abalancemos muy pronto a definir las candidaturas municipales…



-Hay acusaciones de irregularidades durante el proceso eleccionario planteadas por la lista de Allende, que aún no se han formalizado ante el TS. ¿Cree que es un tema importante o más bien propio del folclore de las elecciones internas?



-Creo que no es trascendente. La elección la ganó la lista de Camilo y ninguno de los reclamos de que he tenido noticia inciden para nada en ese resultado.



-En resumen, ¿hoy el PS está en mejores o en peores condiciones de dejar de ser un partido que sólo concita el 11% de las adhesiones, pese a que la Presidenta es de sus filas?



-El PS es contradictorio en su forma actual: tiene grandes liderazgos nacionales y regionales, una base militante que se despliega con pasión y esfuerzo en las elecciones de Presidente o de parlamentarios. Pero es un enano si se le juzga como educador político, pedagogo social, creador de nueva organización, fuerza de atracción de jóvenes, centro de pensamiento crítico que ponga en cuestión cómo es y por qué la sociedad injusta en que vivimos.



No me importa si es un 11% o un 15%. Me importa que esa fuerza se aboque a luchar, con realismo pero con pasión, por las grandes causas que justificaron su nacimiento y que todavía pueden sostener su existencia.



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