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Plantean salida provisoria para alumnos del instituto técnico de la Chile

Universidad entregará $ 165 millones a su »hijo no reconocido» para pagar sueldos adeudados a funcionarios y docentes, de modo de recuperar en apenas cuatro semanas las clases suspendidas desde noviembre. Pero el cierre del Itpuch prácticamente está resuelto para 2009, por lo que los estudiantes evalúan ir a tribunales por publicidad engañosa.


Diciembre de 2009: el último alumno del Instituto Politécnico de la Universidad de Chile (Itpuch) apagará la luz y cerrará la puerta del plantel. No habrá guirnaldas ni despedidas, pues mientras más silencioso sea el portazo, mejor para la Casa de Bello, que prefiere dejar en el cuarto trasero toda la historia protagonizada por la suerte de hijo "no reconocido" en que se transformó la entidad técnica y cuyo fin se anuncia para ese año.



Pero no siempre fue indeseado. A la hora de ver la luz, en 2003, fue anunciado con bombo y platillos por la Facultad de Medicina, a cuya cabeza estaba el actual prorrector del plantel, Jorge las Heras, y por el rector de ese entonces, Luis Riveros. De hecho, el financiamiento salió directamente del presupuesto de la más antigua de las universidades del país.



Pero el proyecto no rindió ni cerca de lo que se esperaba, ya que actualmente está en quiebra, con una deuda estimada en más de $ 500 millones, con docentes y funcionarios sin sueldo desde hace meses, alumnos sin clases y en paro desde el 5 de noviembre.



En vista de esto, nadie quiere hacerse cargo del muerto y aún continúan los "peloteos" entre la Facultad de Medicina, cuya directora es Cecilia Sepúlveda, y el rector Víctor Pérez, tal como sucedió en octubre pasado, cuando El Mostrador.cl denunció la situación.



Incluso, se dijo que el instituto en cuestión era una entidad privada y que no había vínculos jurídicos que hicieran a la casa de estudios responsables de ella.



Pero las acciones dicen más que las palabras, y finalmente la Universidad de Chile hizo llegar el jueves al interventor Julio Moyano -designado por la Facultad de Medicina en reemplazo del ex director general Rafael Hernández- un documento firmado por Las Heras y el secretario general de la Universidad de Chile, Roberto la Rosa Hernández, donde se entregan al Itpuch $ 165 millones con cargo del presupuesto 2007 de la Facultad de Medicina.



El destino de este monto será pagar parte de lo que se adeuda de los sueldos, para así poder reiniciar las clases y "comprimir" lo que resta en cuatro semanas. La fecha aún es incierta, aunque en el Ministerio de Educación dicen que las actividades académicas se reiniciarían el lunes y finalizarían el 31 de enero, cuando se termina oficialmente el año académico.



En vista de este anuncio, el viernes en la tarde se realizarán reuniones informativas donde se decidirá si se retoman o no las clases, lo que dependerá básicamente de cuándo pagarán las deudas, ya que los profesores plantean volver a trabajar a partir el día después de tener el dinero en la mano.



Además, los alumnos quieren ver la posibilidad de retomar las clases en marzo, ya que no les parece viable esta suerte de término acelerado y a muchos los complica en términos laborales, pues tienen trabajos comprometidos para los meses de verano.



Y en cuanto a los más de $ 300 millones que faltan, la Facultad de Medicina se comprometió a buscar los préstamos necesarios.



Acciones judiciales



Por el momento, este pago vendría a poner sólo un parche al problema, ya que el tema de fondo es el cierre de la entidad, que va bastante en serio, ya que a partir del segundo semestre de este año ni siquiera se abrieron nuevas matrículas.



Frente a esto, los estudiantes planean tomar cartas en el asunto. Si bien ya adelantaron un paso y podrán retomar las clases, el paso siguiente es impedir el cierre, ya que nadie quiere tener un título de una entidad "fantasma".



"La Chile nos dejó aquí agonizando, pero jamás pensaron que un poco de alumnos iba a dar la lucha hasta el final", aseguró Daniela Guzmán, vicepresidenta del Centro de Alumnos.



De hecho, se contactaron con el equipo jurídico encabezado por el abogado Hugo Gutiérrez y secundado por Rodrigo Román y Sergio Marabolí, para entablar una acción legal que los ampare.



Marabolí explicó que la línea que seguirán será una acción civil, relacionada con "el derecho que los alumnos tienen a poder desarrollarse profesionalmente a futuro en un instituto que esté funcionando. Es el prestigio que una carrera técnico profesional les demanda a los chiquillos, porque esto merma los ingresos de ellos profundamente y, además, cuando ellos ingresaron al instituto, jamás se vislumbró una quiebra, que para nosotros es un tema más político que económico Principalmente, en virtud de esos antecedentes, vamos a interponer una demanda colectiva de indemnización de perjuicios, ya que notoriamente se les infringió a ellos un daño que es incalculable en el tiempo".



En principio, la acción se iniciará con una veintena de estudiantes, pero la idea es poder sumar a la gran mayoría de los afectados, que hoy suman 511. Los juristas proyectan iniciar las acciones antes de fin de año o a principios de 2008.



Para Leonardo Aros, estudiante de primer año de rehabilitación psicosocial, todo lo ocurrido es simplemente impresentable, ya que "se nos vendió el nombre de la Universidad de Chile, tenemos contratos y un montón de publicidad como prueba".



¿Quién decide el cierre?



Las reuniones con la Universidad Chile se iniciaron la segunda semana de noviembre, tanto con Cecilia Sepúlveda como con Víctor Pérez. A partir de ahí han empezado a obtener algunas respuestas, pero hasta el minuto existe bastante imprecisión, sobre todo con el tema de las responsabilidades.



De hecho, en una reunión donde asistieron estudiantes, docentes y funcionarios además de los diputados socialistas Sergio Aguiló y Marcos Enríquez Ominami, Pérez expresó que el tema de fondo de la educación técnico profesional quedaba en manos del Senado Universitario, que él preside y que se compone de académicos y alumnos.



Sin embargo, no dejó claro que en realidad el papel del organismo será sólo dirimir el rol que tiene la casa de estudios en la formación técnico profesional y no tendrá parte en la decisión del cierre o continuidad del Itpuch.



Así lo aclaró la estudiante Patricia Sepúlveda, miembro de la mesa directiva del Senado institucional. "La verdad es que el Senado Universitario no tiene en qué meterse con el tema coyuntural del cierre y todo porque ese es un tema netamente ejecutivo y que está entre la Facultad de Medicina, que es la que estaba a cargo formalmente del Itpuch, y Rectoría, como órgano ejecutivo de la universidad".



Aseguró que en su calidad de estudiante -y no como parte del Senado- "cree que es fundamental que la universidad tenga un rol en la educación técnico profesional y también me da mucha lata en la condición que están los chiquillos del Itpuch ahora. A ellos les dijeron les vamos a dar un título técnico profesional con la certificación de la Universidad de Chile y que estén en esta situación ahora claramente me molesta y no me gusta para nada y me gustaría darles una solución quizás algo distinta a lo que se dice de cerrar en dos años cuando terminen sus carreras".



En cuanto al apoyo dado por la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), detalló que con el presidente anterior -Giorgio Boccardo- habían conversado sobre el tema y tenían una postura tendiente a apoyar la búsqueda de una solución viable. Por ello, confía en una postura similar de la nueva directiva, encabezada por Jaime Zamorano, ya que "eventualmente el tema se va a tener que plantear en un pleno de federación y también ver cual va a ser la postura derechamente estudiantil al respecto".

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