«Firmeza respecto al tratado de 1904 y serenidad en el sentido de avanzar en los temas de integración económicos, de integración fronteriza, de facilitación del transporte. Todo ello es posible», sostuvo el jefe de la diplomacia chilena.
El canciller Heraldo Muñoz aseguró que Chile debe plantearse la relación con Bolivia con «serenidad» y «firmeza» para defender sus intereses frente a la demanda que La Paz presentó en el tribunal de La Haya y, al mismo tiempo, avanzar en otros puntos de la agenda bilateral.
«Aquí lo que aquí corresponde con Bolivia es una actitud de serenidad combinada con firmeza», dijo Muñoz después de asistir a la cuenta pública que realizó la Presidenta Michelle Bachelet ante el Congreso.
«Firmeza respecto al tratado de 1904 y serenidad en el sentido de avanzar en los temas de integración económicos, de integración fronteriza, de facilitación del transporte. Todo ello es posible», agregó el jefe de la diplomacia chilena.
Muñoz señaló que el anhelo boliviano de obtener una salida soberana al mar permanecerá en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), donde el Gobierno del presidente Evo Morales denunció a Chile para que el tribunal obligue al país austral a negociar el tema.
En ese sentido, el canciller defendió la vigencia del tratado de 1904, el acuerdo suscrito por ambos países veinticinco años después de la guerra en la cual Bolivia perdió el mar, y que, según la postura chilena, estableció los límites entre los dos países.
«Bolivia tiene acceso al mar, pero no soberano, tiene el más libre tránsito a través de los puertos chilenos, con aduanas propias», sostuvo.
El canciller chileno aseguró que el gobierno aún sopesa la posibilidad de objetar la competencia de la CIJ en la demanda boliviana, un tema que Muñoz analizó recientemente con los abogados del equipo chileno en una reunión en París.
La idea de pedir que el tribunal se declare incompetente en la demanda boliviana se sustenta en el argumento de que la CIJ sólo puede pronunciarse sobre situaciones posteriores a 1948, cuando se suscribió el llamado «Pacto de Bogotá», que le dio origen.
Si Chile finalmente opta por esa vía, puede hacerlo hasta mediados de julio, dentro de los primeros noventa días desde la recepción de la memoria boliviana en La Haya, o bien en la contramemoria que Chile debe entregar en febrero del próximo año con sus argumentos.
«Ambas opciones están siendo analizadas, tomaremos el camino que sea mejor para los intereses de Chile y eso la presidenta decidirá en las próximas semanas», apuntó Muñoz.
