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Enrique Correa reflota «caso EFE» en ayuda de Peñailillo

Enrique Correa reflota «caso EFE» en ayuda de Peñailillo

Patricio de Gregorio, imputado en esa causa, fue acusado en 2009 de supuestas asesorías inexistentes a Empresa de Ferrocarriles del Estado.


El ex ministro y actual lobbista Enrique Correa sacó a colación el «caso EFE» con el fin de colaborarle al ex ministro del Interior Rodrigo Peñailillo, quien es uno de los imputados por la Fiscalía por los delitos tributarios cometidos en el marco del caso SQM, y quien aparece como una pieza clave de la denominada precampaña de Michelle Bachelet.

El dueño de Imaginacción recordó lo sucedido con Patricio de Gregorio, uno de los imputados en esa causa. La Fiscalía Centro Norte llevó entonces (2009) a juicio al ex presidente de EFE, Luis Ajenjo, y al ex gerente general de la firma, Eduardo Castillo, acusándolos de haber contratado a De Gregorio para realizar asesorías supuestamente inexistentes.

El Ministerio Público alegó que se contrató a De Gregorio para prestar asesorías en la venta de derechos de agua pertenecientes a la empresa, por lo que recibió $ 14 millones, durante octubre de 2005 y junio de 2006, consigna hoy La Tercera.

La Fiscalía acusó que las asesorías nunca se llevaron a cabo y que, incluso, algunos documentos fueron copiados de internet.

Sin embargo, el Cuarto Tribunal Oral en lo Penal de Penal absolvió a los acusados, validando la existencia de las asesorías, sin pronunciarse por sus contenidos o calidad e indicando que todos los pagos estaban en regla.

Usando como ejemplo el «caso EFE», Correa sostuvo –a El Mercurio– que “con motivo del caso de Patricio de Gregorio, la Corte Suprema dictaminó que bastaba con presentar un trabajo para justificar un honorario y no corresponde a los tribunales buscar la calidad o no de estos trabajos”, aludiendo a los informes que elaboró Peñailillo para la firma AyN.

Hernán Bosselin, abogado que formó parte del equipo que defendió en esa ocasión a De Gregorio, ahondó en el tema: «Mi representado efectivamente había trabajado para la empresa. Eso quedó acreditado en la sentencia definitiva”.

“Un tribunal no puede calificar la calidad del encargo que se hizo, lo importante es si se realizó o no el trabajo. La forma y condición está al margen de una calificación por parte de los tribunales (…). Eso es harina de otro costal (…) si no, los tribunales serían una especie de hermano mayor de todo el país”, concluyó.

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