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La renuncia de Marcelo Díaz o el síndrome de la intrascendencia que afecta al PS PAÍS

La renuncia de Marcelo Díaz o el síndrome de la intrascendencia que afecta al PS

Hernán Leighton
Por : Hernán Leighton Periodista de El Mostrador
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La salida del histórico militante no hizo todo el ruido que se esperaba, pues ya todos sabían que, dada su condición de “lobo estepario”, esa siempre podía ser una opción. Lo que sí sucedió es que se volvió a relevar un problema mayor que sufre la tienda que conduce Álvaro Elizalde desde antes del estallido social y que tiene que ver con la disconformidad interna ante la poca fuerza y relevancia que ha tenido el socialismo para instalarse como referente de la oposición.


La renuncia al PS del diputado Marcelo Díaz –después de más de treinta años de militancia y haber ostentado los cargos de ministro y embajador– no remeció a la interna socialista como varios pudieron haber supuesto. Es que la «jugada» del parlamentario que, según señalaron cercanos suyos, buscó adelantarse a la misma acción que otros militantes del partido están coordinando en conjunto y a través de una carta dirigida al timonel Álvaro Elizalde, solo terminó por sacar a flote algo que desde hace rato se discute en la colectividad: la intrascendencia política del socialismo, reflejado en la disconformidad con el rol de la actual la directiva.

Antes que Díaz, otras figuras del PS ya habían dejado la colectividad, como el acalde de Independencia, Gonzalo Durán, y el abogado constitucionalista Fernando Atria, a quienes estos días se les sumarían otros militantes no tan reconocidos públicamente, pero sí de vasto bagaje y peso interno.

En entrevista a La Tercera, el diputado Díaz explicó su renuncia argumentando que el PS “se transformó en un partido conservador, sin posiciones claras, sin liderazgo, sin relevancia. Hoy día estamos pagando los costos de eso. Terminamos siendo uno más de este modelo que estalló de manera tan fuerte el 18 de octubre”. Palabras que le valieron duras críticas desde el propio PS, por su “falta de autocrítica”, dado el papel que jugó los últimos años en la coyuntura política con los cargos que tuvo.

Pero más allá de que siempre se ha criticado el individualismo del diputado y que nadie se sorprendió con su renuncia, sus palabras –agregaron en la tienda– no dejan de tener asidero, dada la poca visibilidad e influencia real que tiene el PS, algo que reconocieron estos días desde varios de los lotes internos a favor o fuera de la directiva de Elizalde. No son pocos los que esperaban que, dado el contexto desde el estallido social del 18 de octubre, el Partido Socialista hubiera marcado algún hito político en el mapa, considerando el papel de articulador que siempre ocupó en la centroizquierda. “Después del estallido, quedó en evidencia el déficit político del PS”, sentenciaron en la interna.

Así, el liderazgo del senador Elizalde nuevamente se puso sobre la palestra, sobre el cual –insistieron en el partido– peca del déficit de un relato de peso y una ruta que marque las directrices del socialismo. En el PS pusieron como ejemplo dos casos recientes que –para bien o mal– solo ayudarían a acrecentar el desdibujamiento de la colectividad en medio de la crisis social.

[cita tipo=»destaque»]Ante las críticas, el secretario general de la tienda, Andrés Santander, señaló a El Mostrador que “la aseveración nos parece injusta e infundada. El PS ha sido el gran impulsor de una ampliación de la Reforma Tributaria (Carlos Montes); ha liderado la contrapropuesta en materia previsional con miras a aumentar a 6% la cotización adicional, destinada íntegramente a solidaridad, y a implementar una reforma efectiva y duradera que termine con el fracasado sistema de AFP (Juan Pablo Letelier); ha liderado la defensa por el fortalecimiento del sistema público de salud y poner límites a Isapres y la privatización del sector privado (Rabindranath Quinteros); encabezó la acusación constitucional contra Andrés Chadwick (Manuel Monsalve, Marcos Ilabaca); está a punto de lograr ejecutar la reforma del Código de Aguas (Álvaro Elizalde) y lideró el acuerdo que dio pie al proceso constituyente (Elizalde, Alfonso De Urresti, Leonardo Soto). Además, solo en la última semana, junto con el Instituto Igualdad, hemos realizado encuentros constituyentes en La Florida, Valparaíso, Talca, Arica, Los Lagos y Providencia”.[/cita]

Uno, es la carta firmada por 99 personeros y que se autodenominó “Demócratas por la constituyente”, encabezada por la exdemocratacristiana Mariana Aylwin y que contó con la rúbrica de varios socialistas. En una parte de dicha misiva, se precisó que “las groseras funas, las intimidaciones verbales y físicas, las redes a veces usadas como resumidero de odios y mentiras, la prosecución de destrozos, saqueos, quemas de iglesias, los ataques a comisarías y edificios públicos, y los últimos e intolerables episodios de tomas y agresiones en el marco del desarrollo de la PSU, dan cuenta de una voluntad calculada o ciegamente impulsiva que pretende profundizar o mantener la crisis que afecta a millones de chilenos y chilenas que desean seguir estudiando, trabajando y realizando sus vidas en un país democrático e institucionalmente seguro».

El punto es que en el PS internamente cuestionaron que con ese gesto la colectividad «se compró» el discurso oficialista ante el estallido social y que, dado que la profundización de la agenda social y cambios estructurales está aún irresoluta, “subirse al carro de la discusión” de la condena a la violencia habría sido un profundo error.

El segundo ejemplo, agregaron, fue la aprobación en la Sala del Senado, esta semana, de uno de los proyectos más polémicos y emblemáticos del Gobierno de Sebastián Piñera: la denominada ley “antisaqueos”, que sorteó este segundo trámite constitucional con los votos del PS.

Uno de los diputados PS que defiende el trabajo de la directiva, Leonardo Soto, se declaró en desacuerdo con lo sucedido en la Cámara Alta, ya que “en el contexto en que nos encontramos la aprobación de un paquete de iniciativa legislativa que busca una mayor eficacia en la represión policial, creo que es completamente inconveniente y puede traducirse perfectamente en un aumento de las víctimas de la represión policial y de violaciones de Derechos Humanos que han comprobado diferentes organismos internacionales (…). No va a conseguir el efecto de que el país tenga mayores niveles de paz, sino que al contrario”.

Con ambos hechos –afirmaron en la interna del PS– se sinceró la crisis política «que se vive en toda su dimensión”, que en parte es responsabilidad de la mala conducción de Elizalde, quien “vive pensando en cómo neutralizar enemigos internos y cómo satisfacer a sus aliados”, con lo que –recalcaron– pierde la perspectiva de la dimensión del partido y su implicancia en la política nacional.

La falta de iniciativa política devenida de la falta de relato, fue resumida por un histórico militante, Jaime Pérez de Arce, quien señaló que “otra gran falla es que el PS ni siquiera puso en carpeta, en tanto, en el proceso constituyente, el énfasis en los cabildos y en cabildos que sean vinculantes, porque uno de los problemas que tiene la política hoy día es que es una crisis de la democracia representativa (…). Uno de los espacios más importantes de una democracia es la deliberación y acá no se están dando esos espacios, y no haber planteado eso es una mala señal”.

Ante las críticas, el secretario general de la tienda, Andrés Santander, señaló a El Mostrador que “la aseveración nos parece injusta e infundada. El PS ha sido el gran impulsor de una ampliación de la Reforma Tributaria (Carlos Montes); ha liderado la contrapropuesta en materia previsional con miras a aumentar a 6% la cotización adicional, destinada íntegramente a solidaridad, y a implementar una reforma efectiva y duradera que termine con el fracasado sistema de AFP (Juan Pablo Letelier); ha liderado la defensa por el fortalecimiento del sistema público de salud y poner límites a Isapres y la privatización del sector privado (Rabindranath Quinteros); encabezó la acusación constitucional contra Andrés Chadwick (Manuel Monsalve, Marcos Ilabaca); está a punto de lograr ejecutar la reforma del Código de Aguas (Álvaro Elizalde) y lideró el acuerdo que dio pie al proceso constituyente (Elizalde, Alfonso De Urresti, Leonardo Soto). Además, solo en la última semana, junto con el Instituto Igualdad, hemos realizado encuentros constituyentes en La Florida, Valparaíso, Talca, Arica, Los Lagos y Providencia”.

Un punto clave que la directiva del PS tiene sin resolver, el cual desde hace un par de años esconden bajo la alfombra cada vez que sale a la palestra, es el caso de las narcorredes de San Ramón, tema que dejó en jaque a la colectividad, porque les quitó el piso para proponer iniciativas en la materia. En el socialismo todos agachan la cabeza al recordar cómo la falta de reacción e iniciativa terminó por manchar las siglas del socialismo y vinculándolo con algo tan complejo como es el narcotráfico.

La salida de Díaz hizo que varios parlamentarios asumieran que con él se iba uno de los últimos atisbos de oposición interna a la mesa de Elizalde, porque era de los pocos que le hacía ruido a la directiva, aunque reconocieron que su papel como vocero de la disidencia durante la elección interna del año pasado «fue también muy dañino para toda la estructura partidaria”.

De esta manera, y en un año cargado electoralmente, existen pocas expectativas sobre un renacer de la disidencia, ya que es la directiva la que finalmente decide quién queda dentro y fuera de las listas de candidatos para las municipales, gobernadores y el proceso constituyente.

La falta de fuerza de la disidencia se debe –puntualizaron desde el Congreso– a que no existen ideas fuerza ni confrontación de las mismas, como también a que quienes en algún momento parecieron ser los abanderados del sector, decidieron no hacer “la vuelta larga”. En el caso de la diputada Maya Fernández, a quien erigieron en las últimas elecciones como líder, resulta para varios aún una incógnita saber sus pasos a futuro. Así, se asumió la falta de recambio, no se ven nombres capaces de instalar una nueva dialéctica y menos un debate que haga “saltar a las bases”, una falta de elenco que queda en evidencia si los nombres de Camilo Escalona y Osvaldo Andrade nuevamente aparecen como candidatos del partido para la ronda de elecciones de este año.

Frío con la DC

Por ahora, en la oposición existen cuatro comandos por el apruebo con miras al plebiscito del 26 de abril: el Partido Comunista, el Frente Amplio, la Democracia Cristiana y Convergencia Progresista (PS, PPD y PR). Nuevamente, y como ha sido la tónica desde que perdieron La Moneda en diciembre del 2017, los integrantes de  la oposición han demostrado su incapacidad para trabajar en conjunto y es ahí otro de los flancos donde en el socialismo se quejan por la falta de conducción e influencia política.

Desde un sector de la DC, de un tiempo a la fecha, se ha catalogado como “fría” la relación con el PS, porque consideran que Elizalde se encontraría “cooptado entre el Frente Amplio y el miedo a que se huela la Concertación”, lo que le impediría construir los puentes correspondientes.

Al respecto, Santander dijo que «el PS tiene como mandato llegar a los acuerdos más amplios posibles y continuará por esa senda. Si hoy día las alianzas no son más extensas, se debe a otras fuerzas políticas y no al PS”.

El próximo sábado se llevará a cabo un nuevo pleno del comité central del partido y en la instancia habrá cuatro comisiones: carta de navegación futura, agenda antiabusos, gobierno regional y descentralización, y agenda de gobiernos locales. Tras la jornada se espera, a través de un acuerdo, llegar a un nuevo mandato para la actual directiva, la que varios suponen que prorrogue su permanencia en un año, considerando que el término de su período se cruzará con la elección presidencial y no sería la primera vez que se opte por aquella opción.

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