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Elaborada por El Mostrador
La “troika de hierro” de Kast: el círculo que dirige el diseño del nuevo Gobierno
El elenco central en que se apoya el Presidente electo está compuesto por Arturo Squella Ovalle, Cristián Valenzuela, Martín Arrau y, como reciente incorporación clave, Claudio Alvarado. La mayoría lo acompaña desde 2017 y juntos diseñan desde articulación con la oposición a la marcha del Gobierno.
El Presidente electo de Chile, José Antonio Kast, ha construido una sólida troika de hierro que conforma su círculo estratégico y operativo, integrada por Arturo Squella, Martín Arrau y Cristián Valenzuela. A este núcleo se sumó esta semana el exdiputado de la UDI por Palena y exministro de la Segpres, Claudio Alvarado (ex-UDI).
Los tres primeros acompañan a Kast desde su primer intento por llegar a La Moneda en 2017, cuando se presentó como candidato independiente tras renunciar a la UDI. Este grupo, conocido como la “troika de hierro” de la derecha conservadora, ha sido clave en la trayectoria que finalmente lo instaló en la “casa donde tanto se sufre”.
Los cuatro comparten un pasado en la UDI y conocieron de cerca a Jaime Guzmán. Hoy, solo Alvarado mantiene su condición de independiente y es mencionado como una de las figuras que podría integrarse al comité político de La Moneda. Los demás optaron por emigrar al Partido Republicano, convencidos de que esa colectividad representaba de mejor forma los principios conservadores que defienden.
Otros nombres influyentes –o que estuvieron en el salón VIP acompañando a la familia Kast la noche del 14 de diciembre– son Rodrigo Álvarez, Alejandro Irarrázaval y Jorge Quiroz. Sin embargo, en el sector explican que se trata más bien de “un grupo de amigos personales que datan de sus años en la Universidad Católica, cuando el Mandatario electo era dirigente estudiantil, y que por supuesto participan de algunas definiciones políticas, porque también pasaron por la UDI y el gremialismo”.
Arturo Squella, el articulador de acuerdos
Tras la primera vuelta, dicen entre los republicanos, “el poder político de Arturo Squella aumentó y su amabilidad se mantuvo intacta”.
Esta semana, Squella zanjó una decisión clave para definir la presidencia del Senado: comunicó a sus aliados de RN y la UDI que los republicanos no desean asumir ningún cargo en la mesa del Senado, si eso ayuda a llegar a acuerdos.
Según explican en el sector, el exalumno ignaciano y exdiputado UDI por Marga Marga “ha envejecido bien desde que dejó el Congreso y la UDI para formar el Partido Republicano”. Squella está preocupado de articular acuerdos y que la agenda legislativa no sea aprobada por pocos votos sino que por mayorías.
“Es imposible decirle que no a Arturo Squella, porque es muy caballero, amable y diplomático. Es estudioso y minuciosamente persistente, un tipo que piensa en largo plazo. No es gritón, ni de hacer ostentación”, dice una senadora del actual oficialismo.
En 2017, con dos periodos como diputado de la UDI, fue el único de su partido que apoyó la candidatura presidencial de Kast, que había renunciado a la colectividad de la derecha. Squella, de 47 años, decidió no buscar un tercer periodo como diputado, renunció a la UDI y, junto a Kast, fundó en 2019 el Partido Republicano, de extrema derecha. Ambos estudiaron en la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, participaron de la política universitaria y comparten las posiciones conservadoras en materia de libertades individuales.
Squella trabajó en la Fundación Jaime Guzmán y, cuando dejó su cargo en el Congreso en 2018, se dedicó a la academia, a cargo de la cátedra de Derecho Constitucional y director de programas de postgrado de la Universidad San Sebastián.
Lideró, junto a Álvaro Pezoa, el equipo de la primera candidatura presidencial de Kast en 2017. Dejó la UDI para seguir a Kast. Es mencionado como concejero fundador y amigo personal de José Antonio Kast.
Ha acompañado al hoy Presidente electo en momentos importantes, como el viaje a Estados Unidos en noviembre de 2021 tras triunfar en la primera vuelta presidencial y en el viaje a El Salvador en abril de 2024.
El pasado noviembre fue elegido senador por Valparaíso. Está previsto que cumpla un papel de articulador de las fuerzas de las derechas en el Parlamento a partir de marzo de 2026.
Cristián Valenzuela, el estratega comunicacional
Cristián Valenzuela, abogado de 44 años por la Universidad Católica, conoció a Kast en 2000, cuando ambos eran militantes de la UDI. El vínculo entre ambos se estrechó cuando Valenzuela fue investigador del área legislativa de la Fundación Jaime Guzmán.
De bajo perfil, ha trabajado en las tres candidaturas presidenciales de Kast. En esta última se le atribuye la estrategia de no involucrarse en la agenda de valores y en presentar su campaña como la oposición al Gobierno de Boric, en vez de enfrascarse con los que fueron candidatos de las otras derechas, la tradicional y la libertaria. También se le atribuye la idea de referirse casi en exclusiva a las crisis de seguridad, economía y control migratorio.
Ha sido parte del equipo estratega comunicacional, responsable de diseñar los mensajes clave, enviar las minutas y alinear a los parlamentarios. Aunque ha dicho que no está dispuesto a ocupar cargos, su nombre se baraja como jefe de asesores del llamado Segundo Piso de La Moneda, como se conoce al lugar donde trabajan los asesores presidenciales.
La trayectoria de Valenzuela en la política chilena comenzó en 2005, cuando se unió al equipo de campaña de Joaquín Lavín. Según colaboradores de la UDI, su ingreso al comando se produjo tras enviar un correo electrónico con ideas para la campaña.
Después de que Lavín empatara prácticamente con Ricardo Lagos en la primera vuelta de las elecciones de 1999, Valenzuela se unió a la Fundación Jaime Guzmán, donde conoció a Kast y este lo incorporó a su equipo de asesores parlamentarios. Desde entonces, han trabajado juntos en diversas iniciativas.
Valenzuela es reconocido por su pasión por la historia de Estados Unidos y su admiración por figuras como Margaret Thatcher, Ronald Reagan y Winston Churchill. Además, ha analizado minuciosamente el triunfo de Donald Trump y su campaña, incorporando algunas de estas ideas en la estrategia de Kast.
Sin embargo, su estilo ha generado tensiones. Valenzuela ha tenido diferencias significativas con algunos parlamentarios, exconvencionales y personas cercanas a Kast.
Martín Arrau, el ingeniero del casting del gabinete
“Lo primero que vamos a hacer es el 28 de diciembre: nombrar a los delegados presidenciales de cada región y el ministro del Interior. No estarán RN y la UDI en el Comité Político, pero sí personas muy cercanas a ellos”, es uno de los statements que hizo Martín Arrau en una de las reuniones en “La Moneda chica”
Arrau, 46 años, ingeniero civil por la Universidad Católica, fue nombrado jefe de campaña del republicano para el balotaje semanas antes de la primera vuelta. Por estos días elabora un plan minucioso con los detalles del desembargo en La Moneda, el nombramiento de ministros. Trabajó en la Fundación Jaime Guzmán y fue el primer intendente de la Región del Ñuble bajo la segunda administración de Sebastián Piñera, cuando era militante de la UDI. Por ese partido se presentó y resultó electo como constituyente en el primer proceso para cambiar la Constitución, aunque renunció a la formación a mitad de camino.
Su labor en la campaña ha consistido en afinar el despliegue de José Antonio Kast en terreno, con las pautas fijadas por día, hora y lugar. Hizo lo propio durante la campaña del Partido Republicano en 2023 para el segundo proceso constitucional, donde la formación consiguió el mayor número de representantes.
Su labor se ha concentrado en afinar el despliegue en terreno del Presidente electo y elaborar un plan minucioso para la instalación del Gobierno, incluyendo el nombramiento de ministros. Arrau ha sido responsable de “atajar las altas expectativas” generadas por el triunfo, señalando que los cambios no serán inmediatos.
Claudio Alvarado, el factótum de la instalación
Cuentan en la UDI que el exalcalde de Quemchi, exdiputado por Chiloé y exministro Segpres, Claudio Alvarado, fue uno de los primeros en acoger a José Antonio Kast cuando llegó al Congreso en 2002, mientras el hoy Presidente electo hacía su debut como legislador ese año.
Ambos eran de orígenes distintos y formaciones profesionales diversas, pero tenían en común que venían de zonas rurales, ubicadas, una más que la otra, fuera del radar de la tienda de calle Suecia.
También tenían algo más en común. Alvarado había ingresado a la UDI en 2001 tras dos periodos como independiente y cuentan que rápidamente sintió una distancia con el grupo de los coroneles. Otros agregan que, al igual que J. A. Kast, rápidamente se hizo parte de la disidencia.
El Mandatario electo llegó a la reunión con el Presidente Gabriel Boric y los equipos de trabajo en La Moneda acompañado únicamente por Claudio Alvarado, quien se presenta como el único representante considerado de Chile Vamos. Lo hizo tras haber sido designado como el encargado de coordinar los detalles de la transición de poder con el ministro del Interior, Álvaro Elizalde. Algunos señalan que podría ser el primer funcionario en llegar a La Moneda el 10 de marzo. Otros sostienen que será uno de los ministros políticos.
Alvarado asumió un papel fundamental como enlace entre la nueva Oficina del Presidente Electo (OPE) y el Gobierno de Boric, un rol que ya desempeñó en los traspasos de poder de 2014 y 2018, durante las administraciones de Sebastián Piñera y Michelle Bachelet. Su experiencia en estos procesos lo convierte en una figura clave para facilitar el entendimiento con los líderes salientes.
Alvarado tuvo cierto liderazgo en la primera reunión con las distintas fuerzas políticas de la derecha en “La Moneda chica”, donde se discutieron los pasos a seguir en esta transición. Su nombre ha comenzado a sonar con fuerza para ocupar el cargo de ministro Secretario General de la Presidencia, un puesto que ya ocupó en el segundo Gobierno de Piñera (2018-2022).
La designación de Alvarado refleja la intención de José Antonio Kast de establecer un puente sólido entre su administración y el Gobierno saliente, buscando garantizar una transición ordenada. Con su experiencia y conexiones en el ámbito político, Alvarado se perfila como un actor clave en la consolidación del nuevo Gobierno y es recordado como un hombre desactivador de varias crisis de Sebastián Piñera. Una en Aysén y otra con camioneros.