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Mutilación genital femenina: La terrible costumbre que afecta a millones de niñas cada año Día de la Tolerancia Cero contra esta práctica

Mutilación genital femenina: La terrible costumbre que afecta a millones de niñas cada año

«Esta práctica vulnera los derechos a la salud física y psicológica de las mujeres, causando graves secuelas en la vida sexual y muchas complicaciones ginecológicas y emocionales”, asegura la especialista Odette Freundlich.


Sus orígenes no están claro. Se cree que es por razones religiosas, pero lo cierto es que la mutilación genital femenina es anterior a los comienzos del islam y del cristianismo. La ablación sigue practicándose en algunos grupos musulmanes, cristianos y judíos, así como por los seguidores de algunas religiones animistas.

Se considera una manifestación extrema de la violencia de género y se vincula con otros abusos, como el matrimonio forzado. Según Unicef, busca disminuir el deseo sexual en la mujer, mantener su virginidad antes del matrimonio y su fidelidad.

Para algunas culturas significa la iniciación de las niñas a la edad adulta y para otras se considera a los genitales femeninos como poco limpios y antiestéticos. También algunas creencias apuntan a que mejoraría la fertilidad, aunque las pruebas indican lo contrario.

«Intentaron cortarme. Mi padre quería, mi madre no, así que me ayudó a escaparme a casa de mi tía», contó Charity Elena, de 11 años, en un testimonio recopilado por la ONG Wanawake Mujer.

Cada año, tres millones de niñas son sometidas a esta práctica, en algún momento entre la lactancia y la adolescencia. Se calcula además que 200 millones de mujeres y niñas en todo el mundo han sufrido una mutilación de sus genitales, según datos de Naciones Unidas.

La práctica de la ablación genital no solo se realiza en África, Oriente Medio, Asia, sino también en comunidades de América Latina, como la tribu Emberá en Colombia.

La mutilación se puede realizar de diversas formas, principalmente con la extirpación de los labios menores y mayores y el clítoris, y el posterior cierre de la vagina mediante sutura. También se puede hacer con la amputación parcial o total del clítoris, la extirpación del clítoris y los labios menores y con técnicas lesivas como la perforación, incisión o el raspado de la zona genital.

Los efectos físicos y mentales en las mujeres y las niñas también pueden ser diversos. Además de dolor intenso inicial, se pueden producir hemorragias graves que pueden llegar a ser mortales, y problemas urinarios. Pero con el tiempo se pueden producir quistes, infecciones, infertilidad, complicaciones durante el parto y aumento del riesgo de muerte del recién nacido. En cuanto a  salud mental, puede ser causante de depresión, ansiedad y baja autoestima, entre otras cosas.

¿Has pensado cómo sería la sexualidad de las mujeres sin el clítoris? se pregunta la directora del Centro Miintimidad, Odette Freundlich.

“Sabemos que el clítoris es la única estructura que está en el cuerpo, cuya única función es producir placer, y tiene 8.000 terminaciones nerviosas a diferencia de la vagina que posee la mitad. La zona más sensible del genital femenino es sólo el tercio externo de éste”, responde la kinesióloga especialista en disfunciones del suelo pelviano y sexualidad.

Es tan importante, que el clítoris en la mujer representa al glande del pene en el hombre, en donde se encuentra la zona más placentera y de mayor sensibilidad.

En ese sentido la especialista le pregunta a los hombres «cómo sería su sexualidad, si se les realizara una mutilación del
glande, como a tantas mujeres les sucede con su clítoris en el mundo?”.

Freundlich manifiesta que esta práctica parte de razones profundamente erradas, y aclara que el deseo no se genera en el clítoris, sino que en el cerebro. “Esta práctica vulnera los derechos a la salud física y psicológica de las mujeres, causando graves secuelas en la vida sexual y muchas complicaciones ginecológicas y emocionales”.

Después de que la ONU en el año 2012 aprobó una resolución de prohibir la mutilación genital femenina, Nigeria fue el primer país en condenar esta práctica abiertamente.

“Hoy en día en donde el placer femenino es un derecho, esperemos que el mundo entero se una en contra de esta espantosa práctica, que afecta la sexualidad de 133 millones de mujeres”, manifiesta la directora del Centro Miintimidad.

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