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Debido al calentamiento de los océanos, una especie de medusas amenaza principal alimento de las ballenas CULTURA

Debido al calentamiento de los océanos, una especie de medusas amenaza principal alimento de las ballenas

El estudio del centro de investigación de la Universidad Austral de Chile apunta a las salpas, un organismo gelatinoso poco estudiado. El año 2017 se registraron condiciones excepcionalmente calurosas: la temperatura del agua fluctuó entre 1 y 2 grados promedio por sobre lo normal.


Una investigación advierte que una especie de medusas podrían desplazar el krill antártico, el principal alimento de animales como las ballenas, y provocar graves consecuencias en el medio ambiente.

El estudio del Centro de Investigación de Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL), de la Universidad Austral de Chile, apunta a las salpas, un organismo gelatinoso similar a las medusas.

«Esto podría traer grandes consecuencias para las tramas tróficas del continente blanco», advierte la investigación.

La Antártica es conocida como el principal lugar de alimentación de las ballenas.

Un ejemplo de salpas. Foto: Ricardo Giesecke.

«Enjambres»

Las salpas son un tipo de invertebrados marinos poco estudiados. La investigación, liderada por el director del Centro IDEAL, Humberto González, reveló cómo el aumento de temperatura del Océano Austral en la Antártica dio origen a una gran proliferación de estos seres y la disminución del krill, una especie clave en los ecosistemas del continente blanco.

Las salpas, similares a las medusas, pueden llegar a formar grandes agrupaciones llamadas “enjambres”. Gelatinosas, translúcidas y compuestas por más de un 95% de agua, es posible hallarlas en todos los océanos del mundo, aunque las mayores concentraciones se encuentran en el Océano Austral.

El krill, por su parte, es la principal fuente de alimentación de diversos animales del continente blanco. Ambas especies viven en la columna de agua y compiten por el alimento. Actualmente se prepara un «censo» para medir su abundancia.

El krill es el principal alimento de depredadores como pingüinos, ballenas, focas, aves marinas y peces.

Lugar del estudio

El estudio, realizado en Bahía Fildes y Bahía Sur, comenzó tras la segunda expedición antártica del Centro IDEAL, que se desarrolló el año 2017, donde se registraron condiciones excepcionalmente calurosas: la temperatura del agua fue entre 1 a 2 grados promedio más alta de lo normal, y la abundancia de salpas, mayor que en años anteriores.

En el hemisferio sur, debido al aumento de temperatura, las salpas son cada vez más frecuentes en la Antártica. Esto genera una posible competencia con el krill antártico para captar alimento.

“El verano de 2017 fue muy cálido y se registró un crecimiento masivo de salpas y, de forma simultánea, poco krill. En cambio, el verano de 2018, que fue más frío, ocurrió el efecto contrario”, explica González.

¿Y si no hubiera krill?

No todos los años se dan las condiciones ambientales favorables para que haya grandes poblaciones de krill. Cuando hay poco krill en verano, se asocia a la escasa formación de hielo marino durante el invierno anterior.

Una disminución del krill podría significar grandes problemas en las tramas tróficas de la Antártica, debido a que el krill además es el principal alimento de depredadores como pingüinos, focas, aves marinas y peces.

“De continuar este ciclo de calentamiento global, lo más probable es que lentamente hacia el futuro se vean favorecidas las salpas y perjudicado el krill”, advierte González.

«De ser así, las tramas tróficas de la Antártica podrían verse afectadas, debido que el krill es el eslabón clave dentro de los sistemas marinos antárticos», concluye.

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